“Evangeliza y dominarás”
THEODORE ROOSEVELT
Presidente de los Estados Unidos (1901-1909)
“¿Qué otra cosa son aún estas iglesias
que tumbas y estelas funerarias de Dios?”
FEDERICO NIETZSCHE
Filósofo alemán
La
religiosidad de los pueblos siempre ha sido vulnerada y manipulada por las
hegemonías, los ricos, los poderosos. Esa voluntad de creer en algo más allá de
lo que somos, ese mirar al cielo creyendo que allí hay algo que nos ha creado y
nos gobierna, ese sentimiento de creer que en ese espacio desconocido hay un
Dios que nos ampara y nos acompaña, fue secuestrada en sectas, cultos e
iglesias con el fin de dominar. A través de líderes políticos y religiosos (que
vienen siendo casi lo mismo) lo más subjetivo de los seres humanos que son las
creencias ha sido convertido en cerrados espacios de manipulación y dominio al
servicio de las clases poderosamente económicas. La llamada conquista y
colonización de territorios y pobladores llevada a cabo contra los seres
humanos y sus culturas en el continente Abya Yala ha tenido en la bandera de la
imposición religiosa su más sangriento ondear. Nuestros aborígenes vieron cómo
sus templos y otros lugares de culto religioso fueron demonizados,
estigmatizados, arrasados, desaparecidos y prohibidos en todas sus prácticas,
por el invasor europeo quien suplantó aquellas adoraciones, muchas de ellas
milenarias, por la simbología traída para mediatizar, manipular, alienar la
visión cósmica habida en aquellas idolatrías que fueron llamadas “paganas” por
un Dios castigador, cruel, perseguidor, represivo. La cruz que para los pueblos
ancestrales significaba la medición científica del tiempo, vista con el paso
del sol sobre la propia tierra para el trayecto de la siembra en el proceso de
agricultura, les fue impuesta por los invasores como un seco objeto de idolatría
y terror para significar la muerte. Esta avanzada invasora europea mató,
asesinó, masacró a millones de personas para imponer un sistema económico, una
forma de mirar y practicar la existencia, en nombre de un Dios cuyos misterios
jamás fueron más importantes que las realidades habidas en las culturas atropelladas,
más que como una deidad impuesta para ejercer el dominio basada en la guerra,
su poderío bélico y la omnipotencia del dinero.
Transformado
en síntoma patológico, el fanatismo es el mejor aliado de esta colonización
religiosa. Hermano del dogma, las verdades absolutas, la fe ciega, la violencia
se desarrolla en la conducta sembrando el campo de esa ideología brutal que es
el fascismo. La religiosidad humana en su estado natural, cuando es poseída por
el dogma se transforma en religión y cuando esta religión está encadenada a la falta
de estudio profundo, razón, diálogo complejidad, convivencia solidaria,
dignidad se convierte en ideología aliada a las clases dominantes que atizan a
través de sus agentes, un desquiciante fanatismo que embrutece las conductas y
nubla las conciencias. En el Abya Yala hay ejemplo de pueblos que han sufrido
la imposición evangélica con el fin de entorpecer su conciencia nacional y su
independencia como es el caso de Borinquen. Hoy esta plaga social, que cundió a
inicios del siglo XX y fue caldo de cultivo de la ideología nazi que produjo 65
millones de muertos durante la llamada Segunda Guerra Mundial, está tomando poder
nuevamente en todos los países de la Pacha Mama en nombre de un Dios que
predica la destrucción, la crueldad, la violencia, la guerra apoyándose en la
xenofobia, el racismo, la misoginia para tratar de impedir el acrecentamiento
de la crisis que tiene el patriarcado. Es la misma cruzada que en 1936 inició
el general Francisco Franco para echar leña al fuego de una guerra “Por la Gracia de Dios” que
dejó en España 1.000.000 de muertos y está volviendo por sus fueros invocando
el mismo Dios racista, machista, xenófobo que hoy pretende implantar una nueva
esclavitud.
Este
Dios tiene sus días contados. El reinado de este Dios patriarcal, machista, opulento,
ricachón, masacrador, racista está llegando a su fin. Con esta nueva masacre, el Dios capitalista cava su propia tumba. Otra fuerza habida en
Bolivia benefactora, clarividente, lúcida, buena (vinculada a las de otros
pueblos de la Pacha Mama) ha fortalecido sus raíces en poco más de cinco siglos
de resistencia, logrando gobernar en una década (tal vez la más pequeña
singularidad del universo) a un país donde la Whipala es ahora símbolo visible
de unidad y fuerza no sólo de Bolivia sino de la humanidad entera: la palabra HERMANO-HERMANA es una voz política posible en un nuevo entendimiento entre hombres y muejeres. Todos los
dioses que habitan en el corazón de los pueblos (y que se parecen entre sí)
formarán un nido hermoso de creencias con la desaparición del Dios patriarcal. Por
sobre la humareda que asoma la enorme tragedia boliviana de hoy, también asoman logros hasta hace poco tiempo inimaginables. Lo mismo que la Pacha Mama en el Pachakutik, la
causa indígena ha vuelto a su sitio en la conciencia de hombres y mujeres por obra de la gesta que han emprendido los pueblos indígenas
bolivianos con el liderazgo del presidente Evo Morales Ayma. ¿Cómo obrará ese
Dios dólar-fascista ante la resistencia de las comunidades organizadas y conscientes
de su porvenir? Mientras esa fuerza patriarcal fascista del capitalismo cae
estrepitosamente como su último eslabón, ese acoplamiento que está siendo en la
Pacha Mama como resultado del Pachakutik, hace crecer y fortalecer el espíritu
ancestral y la conciencia cósmica de los pueblos indígenas en el corazón de la
Pacha Mama para beneficio de toda la humanidad.
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