COVACHA DEL HUESPED


Son amables quienes vienen a filosofar, poetizar, criticar, problematizar, amar. Quienes vienen con las pócimas humeantes del deseo, de la pasión, del ardor por dialogar cualquier cosa que nos haga vivir, ser conciencia, espiritualidad teniendo al cosmos como mediador infinito aquí tendrán, siempre, el pan de la amistad.

JORGE LARROSA (España 1951): "Lo importante al leer no es lo que nosotros pensemos del texto, sino lo que desde el texto o contra el texto o a partir del texto podamos pensar de nosotros mismos. Si no es así no hay lectura. Si lo importante fuera lo que nosotros pensamos del texto, habría erudición, filología, historicismo. Tendríamos, al final, un texto esclarecido. Quizá hubiésemos aprendido algo que antes nos sabíamos. Pero a nosotros no nos habría pasado nada. Y de lo que se trata, al leer, es de que a uno le pase algo".
 
IVONNE BORDELOIS (BUENOS AIRES 1934): Todos sabemos que en innúmeros casos es la frescura de una primera aproximación al lenguaje la que hace de los niños maestros del habla. El chico cuestiona la lengua, irrumpe con lógica de cabo contra el anómalo quepo y adjetiva y redefine sorprendentemente los términos del común vivir. Una antología privada me permite coleccionar las freses celebres de los hijos y nietos de mis amigos que revelan incesantemente este don. Por ejemplo, uno de ellos corría por el living de su casa dictaminando: “La libertad es libre pero estrecha”. Otro señalaba con precoz metafísica e impecable ritmo: “Vivir se puede pero no te dejan”. La hija de Arnold, un amigo holandés, pasó copérnicamente de la precoz curiosidad sexual a una filosofía cósmica prenatal cuando le preguntó: “Papá, ¿Cómo se hace para tener padres?”. En un viaje en colectivo he oído a un chico preguntado a su madre: “Mamá, ¿En esta iglesia hay campanadas?”. Y un periodista porteño sostiene que su hija, a los dos años, definía: “Hoy es el mañana del ayer”.


HUGO ASSMANN (VENÂNCIO AIRES, BRASIL 1933 - SÃO PAULO, BRASIL 2008): “¿SER EDUCADOR o educadora es aún una opción de vida que entusiasma? ¿Se puede hablar de fascinación de la educación sin pecar de ingenuo? En el mundo actual, la privación de educación es una causa innegable de muerte. Nadie encuentra un lugar bajo al sol en la sociedad del conocimiento sin una flexibilidad adaptativa. El mundo se está transformando en una trama compleja de sistemas aprendientes. Hablar hoy día de nichos vitales —y no hay vida sin ellos— significa hablar de ecologías cognitivas, de ambientes que propician experiencias de conocimiento.

Las Ciencias de la Vida han descubierto que la vida es básicamente una persistencia de procesos de aprendizaje. Los seres vivos son seres que consiguen mantener, de forma flexible y adaptativa, la dinámica de seguir aprendiendo.

Se afirma incluso que los procesos vitales y los procesos de conocimiento son, en el fondo, la mJORGE LARROSA (España 1951):isma cosa. Y esto sirve para las moléculas y todas las formas de manifestación de la vida, sin excluir a las instituciones sociales JORGE LARROSA (España 1951):no esclerotizadas. Para resaltar aún más esa perspectiva que une procesos vitales y procesos de conocimiento hay algunas novedades fascinantes en la investigación sobre el cerebro/mente.

En este libro quiero hablar de esas cosas en clave ascendente, de motivación positiva para que la educación nos fascine. Sé que no basta con recurrir a algunos temas científicos para eliminar la desmotivación de muchos educadores, pero considero que puede ser útil.

La escuela debe ser un lugar agradable, pero sabemos que muchas veces no lo es. El panorama educativo es desolador, especialmente en las escuelas. Es tal el desprestigio de la profesión de educador en algunos países que a muchas personas les resulta ingenuo e idílico plantear directamente la propuesta de sumar esfuerzos para que, en nuestras escuelas, se pueda disfrutar de las experiencias de aprendizaje. La lucha por la revalorización y la redignificación salarial y profesional de los docentes ha adquirido tal prioridad que muchos de ellos no se acuerdan de anclarla también en el atractivo pedagógico de la experiencia educacional.”

MANUELA SÁENZ (QUITO, ECUADOR 1795 – PAITA, PERÚ 1856):

"Mi adorado Simón

Este último mes ha sido de conversar con usted. Me siento muy feliz de leer sus apreciables que ahora recibo con mayor frecuencia. Me hace recordar la fruición con que nos escribíamos en Perú.

He de preguntarle ¿A qué tanta ley santanderista? Sólo sirve para desplazar su autoridad cada día más en el Gobierno. ¿No se da usted cuenta? Pare ya eso. Después, no dirá que no se lo advertí. Yo tengo mis reservas con el tal Carujo; no voltee ante ellos nunca sus espaldas.

Si quiere, le mando el almuerzo con patacones como a S. E. le gusta,

Manuela"

JOSÉ MARTÍ (LA HABANA 1853 – DOS RIOS 1895): “Hay hombres que viven contentos aunque vivan sin decoro. Hay otros que padecen como en agonía cuando ven que los hombres viven sin decoro a su alrededor. En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana. Esos hombres son sagrados.”

LENIN (SIMBIRSK, IMPERIO RUSO 1870 - GORKI, URSS 1924): “¿En qué debe consistir la educación política? ¿Podemos limitarnos a propagar la idea de que la clase obrera es hostil a la autocracia? Está claro que no. No basta con explicar la opresión política de que son objeto los obreros (de la misma manera que era insuficiente explicarles el antagonismo entre sus intereses y los de los patronos). Hay que hacer agitación con motivo de cada hecho concreto de esa opresión (como hemos empezado a hacerla con motivo de las manifestaciones concretas de opresión económica). Y puesto que las más diversas clases de la sociedad son víctimas de esta opresión, puesto que se manifiesta en los más diferentes ámbitos de la vida y de la actividad sindical, cívica, personal, familiar, religiosa, científica, etc., ¿no es evidente que incumpliríamos nuestra misión de desarrollar la conciencia política de los obreros si no asumiéramos la tarea de organizar una campaña de denuncias políticas de la autocracia en todos los aspectos? Porque para hacer agitación con motivo de las manifestaciones concretas de la opresión es preciso denunciar esas manifestaciones (lo mismo que arpa hacer agitación económica era necesario denunciar los abusos cometidos en las fábricas).”

ROBERTO FERNANDEZ RETAMAR (LA HABANA, CUBA 1930): “Una pregunta Un periodista europeo, de izquierda por más señas, me ha preguntado hace unos días: «¿Existe una cultura latinoamericana?» Conversábamos, como es natural, sobre la reciente polémica en torno a Cuba, que acabó por enfrentar, por una parte, a algunos intelectuales burgueses europeos (o aspirantes a serlo), con visible nostalgia colonialista; y por otra, a la plana mayor de los escritores y artistas latinoamericanos que rechazan las formas abiertas o veladas de coloniaje cultural y político. La pregunta me pareció revelar una de las raíces de la polémica, y podría enunciarse también de esta otra manera: «¿Existen ustedes?» Pues poner en duda nuestra cultura es poner en duda nuestra propia existencia, nuestra realidad humana misma, y por tanto estar dispuestos a tomar partido en favor de nuestra irremediable condición colonial, ya que se sospecha que no seríamos sino eco desfigurado de lo que sucede en otra parte. Esa otra parte son, por supuesto, las metrópolis, los centros colonizadores, cuyas «derechas» nos esquilmaron, y cuyas supuestas «izquierdas» han pretendido y pretenden orientarnos con piadosa solicitud. Ambas cosas, con el auxilio de intermediarios locales de variado pelaje.”

JOHN REED (PORTLAND, OREGON 1887 – MOSCÚ 1920): "Lejos de ser una fuerza destructiva, me parece que los bolcheviques eran en Rusia el único partido con un programa constructivo y capaz de imponer ese programa al país. Si no hubiesen triunfado en el momento que lo hicieron, no hay apenas duda para mí de que los ejércitos de la Alemania imperial habrían entrado en Petrogrado y Moscú en diciembre, y de que el zar cabalgaría hoy de nuevo sobre Rusia. Aún está de moda, después de un año de existencia del régimen soviético, hablar de la revolución bolchevique como de una "aventura". Pues bien, si es necesario hablar de aventura, ésta fue una de las más maravillosas en que se ha empeñado la humanidad, la que abrió a las masas laboriosas el terreno de la historia e hizo depender todo, en adelante, de sus vastas y naturales aspiraciones. Pero añadamos que, antes de noviembre, estaba preparado el aparato mediante el cual podrían ser distribuidas a los campesinos las tierras de los grandes terratenientes; que estaban constituidos también los Comités de fábrica y los sindicatos, que habrían de realizar el control obrero de la industria, y que cada ciudad y cada aldea, cada distrito, cada provincia, tenían sus Soviets de Diputados obreros, soldados y campesinos, dispuestos a asegurar la administración local. Independientemente de lo que se piense sobre el bolchevismo, es innegable que la revolución rusa es uno de los grandes acontecimientos de la historia de la humanidad, y la llegada de los bolcheviques al poder, un hecho de importancia mundial. Así como los historiadores se interesan por reconstruir, en sus menores detalles, la historia de la Comuna de París, del mismo modo desearán conocer lo que sucedió en Petrogrado en noviembre de 1917, el estado de espíritu del pueblo, la fisonomía de sus jefes, sus palabras, sus actos. Pensando en ellos, he escrito yo este libro. Durante la lucha, mis simpatías no eran neutrales. Pero al trazar la historia de estas grandes jornadas, he procurado estudiar los acontecimientos como un cronista concienzudo, que se esfuerza por reflejar la verdad."
 
GABRIEL GARCIA MARQUEZ (ARACATACA, COLOMBIA 1927 - CIUDAD DE MEXICO 2014): "Cuando yo terminé "La Hojarasca", mi primera novela, se la di a varios amigos, de esos que suelen ser muy críticos, y me dijeron: "Es muy buena, pero, por supuesto, no es una gran novela". Deben haber notado algo en mi cara, porque se apresuraron a añadir: "Ninguna primera novela es una gran novela". Sufrí una desilusión tremenda; pensaba: "Ahora si que me jodí; yo soy incapaz de escribir algo mejor que eso". Sentía que el mundo se me venía abajo y no hacía más que repetir: "Me jodí, me jodí".

U.G. KRISHNAMURTI (INDIA
U.G. KRISHNAMURTI (INDIA 1895– ESTADOS UNIDOS 1986): 1895– ESTADOS UNIDOS 1986): “Realmente no puedes mirar las puestas del sol porque estás separado de ellas, en el momento en que te separas de ellas, sale en ti el poeta. De esta separación, los poetas y pintores han intentado expresarse y compartir sus experiencias con los otros. Todo esto es cultura.”

RIGOBERTO LANZ (GUAYANA 1945 – CARACAS 2013):
“… hoy, en una transición epocal (posmoderna) como ésta en la que nos encontramos, me parece ridículo estar distrayéndose con preguntas a Marx. Estamos en otra realidad, la agenda ha cambiado radicalmente, los problemas son otros, las preguntas son otras. Desde luego que hay similitudes y contenidos estructurales que persisten hoy como ayer (la pobreza y la exclusión, por ejemplo). Pero sería ocioso planteárselo en clave del siglo XIX. Tan ocioso como querer hacer quedar bien a Marx estirando los argumentos, como si Marx estuviese haciendo la cola en un McDonald.”

FEDERICO GARCIA LORCA (FUENTE VAQUEROS, GRANADA, ESPAÑA 1898 - GRANADA 1936): "Así, pues, el duende es un poder y no un obrar, es un luchar y no un pensar. Yo he oído decir a un viejo maestro guitarrista: “El duende no está en la garganta"; el duende sube por dentro de la planta de los pies. “Es decir, no es cuestión de facultad, sino de verdadero estilo vivo"; es decir, de sangre; es decir, de viejísima cultura, de creación en acto. Este “poder misterioso que todos sienten y que ningún filósofo explica” es, en suma, el espíritu de la tierra, el mismo duende que abrazó el corazón de Nietzsche, que lo buscaba en sus formas exteriores sobre el puente de Rialto o en la música de Bizet, sin encontrarlo y sin saber que el duende que él perseguía había saltado de los misterios griegos a las bailarinas de Cádiz o al dionisíaco grito degollado de la siguiriya de Silverio”.

GABRIEL GARCIA MARQUEZ (ARACATACA, COLOMBIA 1927 - CIUDAD DE MEXICO 2014): "Hay que aprender a desechar. Un buen escritor no se conoce tanto por lo que publica como por lo que echa al cesto de la basura. Los demás no lo saben, pero uno sí sabe lo que echa a la basura, lo que va desechando y lo que va aprovechando. Si desecha es que va por buen camino. Para escribir uno tiene que estar convencido de que es mejor que Cervantes; si no, uno acaba siendo peor de lo que en realidad es. Hay que apuntar alto y tratar de llegar lejos. Y hay que tener criterio y, por supuesto, valor para tachar lo que hay que tachar y para oír opiniones y reflexionar seriamente sobre ellas. Un paso más y ya estamos en condiciones de poner en duda y someter a prueba incluso aquellas cosas que nos parecen buenas. Es más, aunque a todo el mundo le parezcan buenas, uno debe ser capaz de ponerlo en duda. No es fácil. La primera reacción que uno tiene, cuando empieza a sospechar que debe romper algo es defensiva: «¿Cómo voy a romper esto, si es lo que más me gusta?» Pero uno analiza y se da cuenta de que, efectivamente, no funciona dentro de la historia, está desajustando la estructura, contradice el carácter (del texto), va por otro camino."

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