Hoy
que el puñado de familias poderosas que gobiernan al mundo ha
decidido arruinarlo al esclavizar a los pueblos, el acto de gobernar
un país a contracorriente de este dictamen resulta una acción
complicada y difícil. Lo que esperaba el hegemón una vez que
concluía la década de los años 80 del siglo XX era un mundo
unipolar con los pueblos completamente de rodillas. Sin embargo, los
pueblos organizados y con referentes no han sido lo que la hegemonía
capitalista había esperado. Del pueblo que menos suponían, surgió
una respuesta insurgente que dejó huella social el día 27 de
febrero de 1989, cuando el gobierno cipayo que gobernaba Venezuela
recibió los signos claros de una rebelión, la cual reprimió
bestialmente. Ese pueblo aparentemente domado durante 40 años lanzó
su grito de rebeldía en las calles y echó a andar un proceso
político que no ha parado hasta hoy. Quienes pensaron que ese pueblo
había despertado se equivocaron, bien despierto andaba; tanto, que
con su acción despertó al mundo que negaba sus virtudes históricas.
Los
amos del capitalismo y sus agentes en el mundo han sorbido el
bebedizo rebelde de un pueblo que en 30 años se ha colocado a la
vanguardia política de la Pachamama, del Abya yala y de los pueblos
que la unifican. Ninguneado y subestimado, incluso por quienes han
liderado los espacios emancipatorios, ese pueblo se dio a la tarea
durante un tiempo de acumulación de fuerzas y experiencias, de
fortalecer un movimiento popular sólido y arisco que no toleraba
liderazgos impuestos por la politiquería y la demagogia, más bien
se fue desplegando en liderazgos colectivos, protagónicos,
circulares, espirales, presenciales, hasta la llegada del Comandante
Hugo Chávez, quien gana la presidencia impulsado por esa fuerza
social que no pocos se empeñaron en subestimar.
LOS
ETERNOS TIEMPOS DEL COMANDANTE PUEBLO
Sabido
es ya que el Presidente Chávez debió soportar toda clase de acosos
y puñaladas traperas, organizadas por los enemigos internos y por
los agentes externos del hegemón capitalista que intentaron
deponerlo para colocar a un monigote que respondiera a los intereses
que siempre han perseguido para esquilmar a los pueblos. Hasta el
secuestro de su persona, aún investida con la banda presidencial,
se atrevieron a perpetrar los enemigos de la Patria, tramando hasta
la masacre en las calles que enlutó a familias venezolanas. Caído
el tinglado del 11 de abril de 2002, la victoria popular no se hizo
esperar, con el apoyo de un sector de militares patriotas. El
Presidente Chávez logró consolidar un gobierno con base en el
pueblo que lo apoyó en las urnas electorales, asestando victorias
contundentes al enemigo histórico que convirtieron a Venezuela en el
país más democrático del mundo y con más rango de superación de
la dependencia y las dificultades sociales del pasado. Hasta su
cambio de plano, el liderazgo del Presidente venezolano había
rebasado las fronteras y ganado la aclamación de los pueblos. Tanta
fue la significación planetaria de su liderazgo, que los agentes
gringos se dieron a la tarea de difundir que ellos habían inoculado
por vía pseudo científica, una enfermedad que terminó con su vida,
logro que les convenía mucho llevarse para minimizar su
trascendencia; mentira que les da una omnipotencia jamás poseída.
VENCER
CON EL PRESIDENTE MADURO
Como
pueblo nos ha tocado con el Presidente Nicolás Maduro, la parte más
aguda del acoso imperial. Fortaleciendo su liderazgo día a día, con
el apoyo de un alto mando militar que ya es una referencia
bolivariana, constitucionalista, patriota a los ojos del pueblo, se
ha agigantado con planes de contingencia frente a la guerra económica
y al bloqueo genocida perpetrado por los grupos económicos del
imperio y los planes agresivos que han puesto en práctica para irse
sobre su gobierno y el pueblo que somos y que lo apoya. Debe ser
asombroso para el enemigo histórico y sus agentes nacionales e
internacionales, presenciar cómo ponen en práctica toda clase de
artimañas pseudo legales, todo tipo de medidas delincuenciales que
han afectado gravemente los recursos del pueblo, cómo han promovido
la violencia que ha afectado la vida cotidiana y cómo ese mismo
pueblo que subestiman resiste heroicamente con su Presidente, con la
inmensa reserva moral que le asiste y los referentes históricos que
blindan su memoria frente a tanta mentira venida de la infamia
internacional. Cada bono económico de protección a las familias
venezolanas frente a esta guerra capitalista inhumana es un refuerzo
material y moral que contribuye con la enorme resistencia
atrincherada en nuestra solidez histórica, donde está colocado el
indeleble signo que nos llama a vencer; espíritu popular que estuvo
ocultado, reprimido, invisibilizado por las fuerzas reaccionarias que
nos gobernaron y que ahora no va a decaer jamás.
LO
QUE SE DERRUMBA ES EL CAPITALISMO
El
descaro con que hoy se están moviendo los agentes del capitalismo,
al pretender coletearse al mismo derecho internacional, en arremetida
chantajista contra Venezuela y el resto de países, para colocarse a
la cabeza de un bandidaje cínico, como si al mando los auparan
Hitler y Al Capone, no es más que el síntoma inequívoco de
derrumbe moral estrepitoso y descalabro material irremediable. Las
medidas económicas que los dueños del mundo se han atrevido a tomar
contra el pueblo venezolano, al robarle una media de treinta mil
millones de dólares de sus ingresos petroleros y en reserva de oro,
no son más que el asalto a mano armada de ese estadio forajido e
ilegal que han constituido para hacerse con el porvenir y dejar al
resto con migajas para siempre. Al promover un mundo en total
esclavitud, al componer unas relaciones internacionales con la
hegemonía de un puñado de gobiernos poderosos, imponiéndose sobre
el resto empobrecido, al irse de todas-todas con violencia económica
y bélica sobre los pueblos, no hacen más que provocar la
resistencia de quienes tenemos abiertos los ojos, andantes los pasos,
laboriosas las manos, ardientes los corazones, el porvenir desde el
presente en la mente. Una voluntad de paz y democracia se levanta en
contra de la debacle de un sistema que ya agotó sus últimas leñas
morales y que no le permiten hacer hoguera virtuosa que le dé calor.
Su fin está ya próximo.
INDESTRUCTIBLE
Con
la paz como acertada bandera activa que levanta conciencias en toda
la Pachamama, vamos venciendo con el Presidente Maduro. Su sabiduría
y la de su equipo de gobierno contrarresta hoy, con medidas
contingentes y efectivas la agresividad económica del Plan
hegemónico, su arremetida diplomática hipócrita, su sardónica red
de sociedades turbias. Las contundentes acciones internacionales
demostradas por el Canciller, el vice canciller y el cuerpo
diplomático venezolano, como portavoces de la verdad que
enfrentamos, son un acicate trascendente en esta lucha que lleva el
pueblo en sus acciones diarias. En estas horas, la unidad del pueblo
es y será decisiva para confrontar las acciones del enemigo.
Mientras tanto ni el Abya Yala de pueblos hermanos, ni los pueblos de
la Pachamama son ajenos a ninguna lucha hoy desplegada. Vamos
venciendo con la paz, la democracia y el Presidente Nicolás Maduro
como guía de nuestra querida Pachamama que bajo la égida de los
pueblos que somos, pervivirá siempre.