«El Paisa: Y el punto final fue esta gesta epopéyica popular.
Periodista: ¿Puede repetir eso?
El Paisa: ¡Gesta epopéyica popular!
Periodista: Esta bien Don Gustavo: lo
que no entiendo es todo esto ¿para qué?
El Paisa: ¿Para qué? ¿Cómo que para
qué? … ¿Para qué le sirve a usted la dignidad? ¿Ah? ¿Esa palabra no existe o
qué? ¿O no la usan ya en televisión? ¿Cómo que pa’ qué? ¡Pa’ la dignidad,
hombre! ¡Pa’ la dignidad nuestra! ¡Cómo que pa’ qué… pregunta este guevón!
(dice molesto dándole la espalda al periodista).»
Al
pueblo siempre se le subestima y es tarea permanente de los poderes
oligárquicos, hacerlo. Mostrar las luchas populares como episodios
fragmentados, dispersos y fracasados está en la capitoneada agenda de la
burguesía. Es por esto que en algunos sitios de la web se habla del filme
colombiano La Estrategia del Caracol
como una película “optimista”: ¡Claro! Es optimista plantear que el pueblo no
pierde, plantear que obtiene logros, que resulta victorioso. El optimismo puede
ser ideológicamente tramposo, si se plantea sólo como un mensaje superficial,
para engordar el entretenimiento y tranquilizar los ideales; es por esto que a las
manifestaciones del pueblo se les destina un optimismo hipotético, etéreo,
celestial como el planteado en muchas religiones, o en ciertas leyendas, nunca
se habla de un optimismo permanente cuando se trata del espacio popular. Al
pueblo siempre se le pretenden las migajas y la boca abierta, mientras unos
pocos privilegiados se comen el pan recién salido del horno. En cambio, en el
filme La Estrategia del Caracol dirigido por Sergio Cabrera (1993) el planteamiento es diferente. Aquí se relata
que el pueblo gana y además se dice el porqué obtiene la victoria. Esta parece
ser la clave.
Legalidad oligarca versus creatividad
popular
«Y la próxima vez que usted me llame Perro,
lo denuncio».
Defensor
Romero
LA MAGIA DEL PAISA |
Quizás
estamos ante el filme latinoamericano más genialmente realizado y lo decimos por
muchas razones que en esta página no se lograrán explicar totalmente. Se
entrecruzan sus planteamientos y símbolos de tal manera que surge uno nuevo en
cada oportunidad de remirarlo y analizarlo. Deben ser infinitas las veces que
La Estrategia del Caracol ha sido honrada con el Foro-Cine —la más alta
distinción para cualquier realización cinematográfica— y deben ser enésimas las
interpretaciones emanadas de sus escenas vinculadas por un guión y montaje sin
precedentes.
En
primera mirada se trata de la antigua confrontación entre el estamento leguleyo
oligarca y la alternativa popular que motiva el filme, impulsado por sucesos
ocurridos en una Bogotá donde se desaloja de sus casas de pensión a personas
del pueblo, por un grupo de nuevos ricos que pretende hacerse de esos bienes,
al imponer su propia ley, a través de argucias y trampas. La tríada formada por
el juez complaciente Díaz: (Edgardo
Román), el abogado tramposo Mosquera
(Humberto Dorado) y el dueño mafioso Holguín
(Víctor Mallarino) es enfrentada por otra tríada integrada por el abogado defensor
—sin título— Romero (Frank Ramírez), el
anarquista español Jacinto (Fausto
Cabrera) y los inquilinos de la Casa Uribe, quienes forman una diversidad significativa,
pero angustiada por el inminente desalojo. Mientras el bando mafioso está muy claro
en sus pretensiones usurpadoras, entre los inquilinos hay diversidad de
criterios, porque el defensor Romero (a quien llaman El Perro) quiere actuar apegado a Ley, mientras que Jacinto plantea
una salida creativa, inédita, sorpresiva.
El milagro de la
organización popular
«Pongo como condición que lo primero que
salga sea la virgencita.»
Misia
Trinidad
EL MILAGRO POPULAR |
Una
de las clave está en la decisión de los inquilinos de organizarse alrededor de la
propuesta creativa de Jacinto, desplegada paulatinamente en la medida en que vamos
comprendiendo el móvil y la estrategia. Jacinto convence a Romero de actuar con
ambas propuestas, mientras convencen a Misia
Trinidad (Delfina Guido) quien es la dueña de la casa (víctima de la
usurpación). Mediante conversatorios, discusiones y consultas permanentes, la
estrategia de Jacinto es comprendida y la táctica del defensor Romero es
utilizada como apariencia para ganar tiempo del juez y de los mafiosos que presionaban.
DON QUIJOTE |
Todos
participan guardando discreción maravillosa. Apelando al planteamiento cultural,
Jacinto evidencia gran conocimiento de la simbología propicia en el teatro y la
música, para plantear de manera digna una estética visual de su estrategia a Misia
Trinidad y a Gabriela (Florina
Lemaitre) y así conmoverlas para enaltecer los valores de la cultura popular en
la cultura del mundo. Luego sucede el milagro de la religiosidad en
sincronicidad con el milagro político de la organización. Todas y todos
participan como sujeto pueblo organizado aportando lo que tienen, con respeto
de ambos milagros que se desencadenan para dar fortaleza a la estrategia. Hasta
el cura párroco Fray Luis (Gustavo
Angarita) hizo de administrador de la estrategia. Todo sucede bajo la mirada y
los consejos de “El Paisa” (Luis F.
Munera) que se dejaban ver con sigilo en cada acción, en cada decisión, en cada
consejo. Este personaje es el símbolo del pueblo sabio que siendo bebedor, jodedor,
cuidador de su culebra pitón (la cual cuelga de su cuello como un problema
resuelto) es el cronista de toda la experiencia, porque tiene la respuesta
precisa, la memoria que resguarda el suceso pertinente, la solución adecuada ante
los problemas.
Ahí tienen su hijo e’ puta
casa pintada
«La dignidad es el reconocimiento de los
otros como legítimos otros.»
Humberto
Maturana
EL JUICIO FINAL |
El
juez Díaz no supo qué hacer con sus leyes, la corrupción del abogado Mosquera
quedó en evidencia y el mafioso Holgín puso el ridículo total, cuando la
estrategia irrumpió con todo su esplendor. El silencio cargado sobre la
humanidad paralizada de Lázaro (Ernesto
Malbran) se rompe, cuando explotan las razones de lucha del pueblo oprimido,
desalojado, usurpado. Es el silencio doloroso del sufrimiento antiguo que toma
revancha victoriosa frente a la ignominia de las clases poderosas. El silencio
de sus muertos que el pueblo lleva a cuestas en cada tránsito emancipatorio. El
mismo silencio de los masacrados, desaparecidos y torturados. El silencio
golpeado por quienes atropellan la memoria para llenarla de miedo y muerte; aunque
se fortalece con la memoria de todos los pueblos. Es el silencio de luchadores
y luchadoras guardado en el corazón del pueblo transformado en guarida de perseguidos (*).
JACINTO DISEÑA LA ESTRATEGIA |
A las
necesarias organización y creatividad surgidas de la estrategia, se suman
varios factores imprescindibles que se hacen clave para su realización, a saber:
alegría siempre presente en el alma
del pueblo, discreción de las
acciones frente al conocimiento del enemigo, sorpresa que causa desconcierto al adversario y a la lucha el
provecho del tiempo, autenticidad
que permite actuar desde quien somos y no con imposturas, arrojo que pone a prueba el compromiso, cultura como un canto poderoso que recuerda luchas pasadas de los
pueblos, caordia para organizar
acciones sin perder el sentido caótico que tiene el pueblo como virtud para
romper formalidades rígidas, amplitud
para comprenderse entre quienes no piensan igual pero están juntos. Y dos
claves poderosas redondean este filme imperecedero, a saber: la primera nos
dice que las pequeñas o grandes victorias de los pueblos, siempre estarán en la
memoria de los paisas que se
encargarán de ser los cronistas activos de sus aprendizajes y cada quien debe
ser paisa de sus luchas; con la segunda aprendemos que como pueblos somos el caracol
que siempre llevará consigo toda su experiencia de lucha, como una digna casa cuya
puerta es la victoria.
(*)
Frase de Zobeyda Jiménez: La
Muñequera de Píritu, estado Portuguesa, Venezuela.
AGRADECEMOS AL SEMANARIO LAS VERDADES DE MIGUEL POR LA PUBLICACIÓN DE ESTE TRABAJO EN EL AÑO 2012
EN CELEBRACIÓN DE NUESTRA ENTRADA NÚMERO 100
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