domingo, 19 de abril de 2020

DESAFIO A LA SALUD



RAFAEL RANGEL 

(1877- 1909)  

CIENTIFICO VENEZOLANO

Tierra de extraordinarios y extraordinarias cuentistas es Venezuela, cuya proyección internacional ha sido trunca debido a la brutal y tradicional estolidez y torpeza de la institución cultural de la IV República que lamentablemente a la Revolución Bolivariana le falta superar.

Uno de los cuentos más geniales jamás escritos es El Diente Roto de Pedro Emilio Coll. Insuperable en eficiente brevedad; sencillez y asombroso planteamiento por lo novedoso. El nuestro escribe en varios párrafos el avasallamiento de la modernidad, los pasos del método científico y el fenómeno del positivismo.

Sin pretender analizar tan fabulosa historia, recordemos que el inquieto Pedro recibe un guijarro que le rompe un diente y lo aquieta para siempre. Lo destacable del cuento para este momento es que su comunidad no se explica el por qué Pedro ha cobrado ese mal hasta que llega el médico y dictamina. Este detalle signa la cultura científica y de salud de nuestros pueblos ya que los médicos y médicas desplazaron todo el acervo cultural habido en torno a la salud.

Tradicionalmente para nuestras sociedades, los médicos y médicas constituyen la profesión más prestigiosa. Como en todos los pueblos de nuestro Abya Yala, la medicina siempre ha sido un lujo estudiarla (filtro en las universidades) y proveerse de ella (objeto mercantil). Muy pocas familias de bajos recursos tienen posibilidades de tener un médico en su seno y difícilmente pueden acceder a su servicio por vías privadas.

La llegada de la Revolución Bolivariana a Venezuela produjo un cambio en este sentido, al promover la inclusión del pueblo a un posible sistema de salud a través de la promoción y puesta en práctica de un programa de formación de médicos (y médicas) integrales comunitarios (MIC) que ha tenido como profesores y profesoras a médicas y médicos de la República de Cuba (de las más avanzadas medicinas del mundo) cuya filosofía apunta a socializar la práctica médica, para ponerla al servicio de todo el pueblo y que deje de ser un lujo. Este programa dio como resultado la creación de la Universidad de las Ciencias de la Salud en donde el pueblo se forma para velar por la salud de sus hijos e hijas.

Las dificultades que atraviesa una revolución como la venezolana, tiene en el sistema de salud su más sorprendente logro debido a los resultados integrales obtenidos frente a la pandemia llamada coronavirus (COVID-19). La abominable y pertinaz campaña de desprestigio que los sectores imperiales y sus lacayos han lanzado contra Venezuela, su gobierno y su pueblo ha tenido en el sistema de salud (sobre todo en los MIC) uno de sus blancos más visibles. Los sectores reaccionarios han criticado la incorporación educativa, técnica y científica de la medicina cubana, han infamado el origen popular de la mayoría de los y las estudiantes con saña racista y de los médicos y médicas que ya egresaron del programa para incluirse en el sistema de atención primaria de salud del pueblo. Hubo burlas en el medio universitario acerca de la probidad formativa del programa. El endeble edificio de estas críticas se ha venido abajo con el despliegue nacional que desde el Presidente Maduro hasta el más sencillo de los trabajadores y trabajadoras del sistema de atención primaria ha demostrado, aunado a la participación solidaria de los hermanos médicos y médicas de la República de Cuba en combate contra la pandemia. Sin el esfuerzo, basado en esta estupenda estrategia, nuestra situación sanitaria frente a la pandemia fuese en estos momentos igual o peor que la de varios pueblos y gobiernos del orbe.

Este logro increíble debe despertar la inmensa cólera del monigote imperial y su corte de lacayos. Es por esto que el monigote autonombrado anuncia un bono en dólares para los trabajadores de la salud. Sabemos que no es ardid de sus ideas pues su papel es lacayuno. Se trata de una amenaza económica gansteril, forajida de los sectores imperiales, ya que esos dineros son los robados a todos y todas los venezolanos y las venezolanos y ahora formarían parte de una batea dineraria para chantajear al pueblo que busca quebrar la moral, utilizando los efectos del bloqueo genocida que implementan.

Despojando cualquier velo emocional que obnubile el análisis, vemos que se trata de una acción de guerra, una agresión bélica que va a poner a prueba al pueblo vinculado a todo el sistema de salud y por sobre todo a ese pueblo médico, terapista, enfermero, camillero, camarero, dietista, bioanalista que resiste heroicamente, demostrando una efectividad que los gringos no esperaban.

¿Podrá más el puñado de dólares sucios del imperio y sus lacayos que la dignidad de un pueblo sanador que se bate en hospitales, CDI, dispensarios con las armas de la sensibilidad social y la formación comunitaria? ¿Qué médicos darán la cara y a favor de qué: los médicos tradicionales que examinaron a Pedro desde el pedacito de diente que el guijarro hizo expulsar con su impacto o aquellos médicos y médicas que dialogan con el pueblo las posibilidades sociales de sanar juntos con la Pacha Mama? ¿Qué piensan los otros y otras trabajadoras y trabajadores? ¿Qué decidirán? ¿Qué medidas tomará el gobierno del Presidente Maduro?

Amén del impacto económico que esta agresión imperial tendrá en la cotidianidad está el beneficio ideológico que buscan obtener. Hasta el presente el pueblo venezolano, en construcción de su Revolución Bolivariana, ha superado escollos más graves y hoy está de pie frente a la posibilidad cierta de su segunda independencia, mientras el imperialismo que lo ataca, de tanta inmoralidad, se cae a pedazos.



1 comentario:

  1. No es fácil negarse a recibir un chantaje en situaciones extremas como la que nos toca vivir por atropello que nos causa el imperialismo y sus lacayos, pero es momento de reaccionar a tiempo y no permitir que esa acción de chantaje se concrete nuestros médicos necesitan mejores condiciones vamos a dárselas nosotros...

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