lunes, 23 de enero de 2017

DISTANCIA

ARMANDO REVERON



















Vengo de lejos mujer
Vengo de lejos
De no probar café ni aliento
De amargarme por el sudor y los recuerdos
De no echar una siesta
Ni mirar la palidez de la montaña
Ni detenerme en una plaza
Ni cerrar los ojos al viento

De allí vengo
De muy lejos
De recordar que olvidamos con facilidad
Que nos volvemos viejos sin mirar atrás
Que jamás guardamos soles en los bolsillos
Para cuando una noche no quiera irse
Al otro lado del mundo

De tan lejos vengo mujer
Que la esquina la cerveza y la taberna
Quedaron en algún desierto de mis delirios
Los recibos de pago volaron a la boca de un perro
Las busetas pasaron vacías de espacio
Gentes saludaron con su cansancio

Créeme
Vengo de muy lejos

He llegado sin anhelos
Se quedaron allá
Aguardando tus abrazos

He llegado sin besos
Se ahogaron en almohadas
De tanto soñarte amada en mi destierro

He llegado con la maleta llena de remordimientos
Cada uno para cada ausencia tuya recordada

Y pensar que te tuve tan cerca
Que aseché tu aliento en mis oscuridades
Que palpé con esta mano tu ausencia tu partida
Que escuché tu retorno abrir la puerta
Entrar sin que estuvieras

Ahora que vengo de tan lejos
Me atrevo a presentirte con tu vestido de flores
Tu reloj de sol en la mirada
El ovillo de melancolías entre tus dedos
Aquella canción llena de síncopas
Diciendo de alguien que no se acuerda de alguien

Recopilo angustias
Para cuando te acerques llena de pasado
Espero haber guardado suficientes lágrimas
Algo de penas y cansancio


Vengo de lejos mujer
Para denunciar tus ausencias
Con mi presencia

Del poemario inédito El Pozo de los Anhelos