ESPADA DE SIMON BOLIVAR |
Mientras recibía un homenaje en su parroquia, un líder
comunitario y luchador social muy estimado, reveló que en algún momento de su
participación política, pasó por su mente estar formando las actitudes para ser
Presidente de la República, debido a los alcances que había logrado su vínculo
con el tejido social venezolano, aunado a sus dones personales en pleno
desarrollo. En este sincero testimonio podemos encontrar una clave inicial de
análisis del liderazgo del Presidente Chávez en el proceso bolivariano
venezolano.
Sentimientos
y percepciones líderes
ENCUENTRO CIVICO MILITAR |
Muchos miembros de la clase política que ha militado en el
puntofijismo y otros muchos que añoraron
su derrota, se imaginaron como inquilinos de Miraflores. Contrarios al general Emiliano Zapata, quien construyó ironías
despreciativas al mirar la silla presidencial en el Palacio de Cuidad de
México, la mayoría de quienes han hecho lucha política en Venezuela han vivido
con el delirio en la cabeza de “mandar” el país y portar la banda presidencial,
como aquel personaje (José Bardina) de la película venezolana Bodas de Papel (Chalbaud, 1979), quien
soñaba hablar con Fidel Castro desde su oficio de ingeniero, mientras el
matrimonio se le derrumbaba. Todo ese “chiripero militante” cargado de
arribistas principales y clientelistas secundarios, que aún sonríen al pueblo y
luego lo traicionan al doblar la esquina, aspiraron presidir los destinos del
país y al adversar al Presidente Chávez, un cúmulo de sentimientos encontrados
los embarga.