martes, 11 de julio de 2017

EL MELODRAMA DE TODOS LOS TIEMPOS


«Rick: ¿Por qué crees que ayudaré a Víctor Laszlo?
Louis: Porque detrás de esa apariencia
cínica se esconde un sentimental.»


Cuentan que el escritor cubano Guillermo Cabrera Infante (1929-2005) pasó sus últimos días londinenses mirando hasta tres veces el filme Casablanca (Michael Curtiz 1942) y quizás no le faltaban razones. Contiene este melodrama claves importantes que permiten ubicarlo entre los más significativos de cuantos se han filmado en toda Hollywood. El triángulo amoroso descrito en la trama es tal vez el más relevante de cuantos se han hecho. Los conflictos generados tienen el contexto de la guerra como escenario esencial. Los vaivenes dramáticos entre sufrimiento, tensión, pasiones, persecución, lágrimas desatados son imborrables. Las contradicciones evidentes —amor-odio; lealtad-traición; patriotismo-opresión; fascismo-libertad; secreto-verdad; objetividad-relatividad— se sumergen en el glamour prefabricado, para mostrarnos una genialidad tan cotidiana que a veces pasa desapercibida.