Aquel 27
Todos éramos pardos
Todos éramos negros
Todos éramos pueblo
Aquel 27
Se nos acabó la historia
Las vidrieras no soportaron la nostalgia
Aquel 27
Compartimos la carga
Porque hasta para saquear montamos la fiesta
Aquel 27 será
El recuerdo que en mí vivirá…
Efraín Valenzuela
Poeta venezolano
En los
primeros intentos de sobrevivencia, cuando apenas buscaba protección en el
medio que lo rodeaba y se vio obligado a encontrar la vida junto a los demás de
su género, había creado en la relación con el otro y con la otra, esa
posibilidad de armonizarse con la realidad y así perpetuarse en el diálogo y en la
acción. Era una fuerza que le hacía posible solucionar los problemas y vencer a
la muerte. En la civilización occidental, a través de la cultura griega, el
filósofo Aristóteles la identificó como un animal: una bestia que en la
división social del trabajo quedó en poder de la clase poseedora, de los
acumuladores, de los ricos: LA POLITICA. Es el fuego que Prometeo robó a los
dioses y quiso ocultar frustradamente de la acción y praxis de los pueblos. El Zoon Politikon: el animal que sólo
colectivamente tiene el poder del entendimiento que como humanos y humanas somos
en el mundo, de la comprensión para andar juntos y juntas y solucionar los
problemas. Los poderosos, las hegemonías se lo apropian para siempre usufructuar
con el poder de unos pocos, el poder popular que lo disputa y lo hacen salir al
ruedo de la realidad para encontrar la felicidad del caos y el sosiego del
orden de todos y todas. Este es el gran desafío humano. Los imperios se apropian
de este animal benéfico reprimiendo a los pueblos para que no lo tengan, no lo amaestren,
no lo suelten, razón por la cual éstos últimos lo mantienen oculto, lo
alimentan a discreción, lo aprehenden para soltarlo en momentos determinados, en
instantes históricos y así dignificar el nombre de la libertad, de la justicia,
al amparo de la emancipación humana.