viernes, 19 de abril de 2019

PACHAMAMA




latidos urgieron en la noche eterna
avalancha de estertores iracundos
estrellas y piedras produjeron soles
tantas llamaradas de muerte como sombras de vida
en aquella elipsis cual semillas placentarias
ese silencio oculto en lo paulatino de nuestro grito fuimos
esta tierra para reivindicarnos posibles hacía falta
una brisa fundida en algún rostro es el tiempo
un mar agonizante sin barcos insolentes es la historia
murió la oscuridad entre sonrisas volcánicas
de singularidad a insignificancia
y apareciste tú montañal emolumento
destruirte ha sido fácil
dilapidar la vivacidad fue apenas cosa de siglos
y obtener tu perdón
¿qué de infortunios traerá a quienes no seremos?
¿qué de olvidos sangrará a quienes no estaremos?
¿qué de imposibles perseguirá a quienes no haremos?