sábado, 31 de diciembre de 2016

PIRITU

El jardín de esta casa se adorna de cayenas
Son rojas y rosadas brotando de mañana
Abejas en secreto esculpen sus colmenas
Cada tanto se escucha del canto de Doñana

Siempre un ardiente sol nos da las horas buenas
Hay gente en bicicleta que da voces tempranas
 Mientras Lulú maúlla desde su piel morena
Su blancura algodona nubes en caravanas

Las niñas son curiosas cuando el árbol florea
En miradas de niños que la brisa marea
El tiempo y los amores la luna desapega

Las chicharras orfean la marcha de las ruecas
Allí los hilos bailan despertando muñecas
En todo el firmamento donde Zobeyda juega

viernes, 30 de diciembre de 2016

DOBLE SEIS

Esa bolsa de valores que es la calle
Donde el pueblo ha administrado la economía
Está llena de hecatombes y el detalle
Que en las noches el bolívar no dormía

Buscaba que al bolsillo el billete falle
La mafia de Mayami en cuatricomía
Conchupando con las de nacional talle
Y a la paciencia ciudadana carcomía

¡Zas! Llegó Diciembre con la gran jugada
Bachaqueros con la cara amortajada
¡Venga el billete de cien! Ley por el pecho

Duro golpeó Maduro al que se creía Rey
Al escusado del patio y a Dólar Tudey
Puso la piedra  bien con el derecho

AMANECIO DE GOLPE

 
Tal vez el filme venezolano más consustanciado con una coyuntura histórica trascendental sea Amaneció de Golpe (Azpurua, 1998). Muchos venezolanos y venezolanas debemos reconocer que las luchas emprendidas antes y desde el 27-F, hacían presagiar escenarios estupendos que brindarían visiones de historia heroica a la sociedad venezolana, sin embargo, es difícil imaginar cuán influyentes se vuelven estos hechos mirados con la lente de la participación de los sectores y las personas que los planifican y llevan a cabo.

Amaneció de Golpe dibuja de manera extraordinaria un suceso, al cual se le escogen particularidades de la cotidianidad que lo hacen un trabajo cinematográfico relevante. No es nada fácil tomar un acontecimiento social y llevarlo a la pantalla con resultados conmovedores como lo realizó el equipo dirigido por Carlos Azpurua. Aprovecharon la idea de una manera tan acertada que fueron hilando una historia dentro de la historia, para lograr un dibujo bien colocado en el acontecer de nuestro cine, desde un punto de nuestra historia patria que jamás se podrá olvidar.

Técnica de telenovela

Una de las genialidades de Amaneció de Golpe es la adaptación del guión a la técnica de la telenovela, lo que para el cine venezolano significa una innovación. Sabemos ya que la telenovela tiene una armadura secuencial muy atractiva que logra un hilo dramático de efectos emocionales contundentes. La trama que se teje en torno a Isbelia (Ruddy Rodríguez) y Miguel (Daniel Lugo) tiene el genial parentesco emocional con la telenovela. La dualidad amorosa que es rota por un triángulo (en apariencias un cacho trivial) que la misma realidad social torna profundo, cuando en el cese del tiroteo los personajes dialogan.

Ese mismo cacho clásico de las telenovelas se traslada a Beatriz (Elizabeth Morales) hija del adeco Aníbal y Rafael (Yanis Chimaras) militar corrupto encumbrado dentro de la cuarta república, quien está emparentado con una mujer de más edad que le plancha el uniforme militar. Y además, ese mismo cacho se vislumbra en la relación entre Aníbal (Héctor Mayerston) y su mujer (Dalila Colombo) que tiene como tercer factor del cacho a la corrupción. Son varios anillos de traiciones amorosas propios de las telenovelas que se develan en un filme de factura extraordinaria.

¿Qué les pasó a estos tipos?

Algo les pasó a los hombres de este país. Cuando Isbelia descubre la traición de su marido, lo primero que le dice es: «Coño Miguel, ¿Qué te pasó?». Esa pregunta bien puede trasladarse a toda la realidad social planteada. Es una metáfora de alto vuelo en la trama, que Miguel quiera separarse de Isbelia, justo en el momento en que se desata la asonada militar. Se había convertido en un tipo gris, indiferente, fastidiado de todo cuanto le rodeaba, tanto que le reclamaba a Isbelia por su trabajo como periodista participante de la realidad social. Mientras Miguel balbuceaba las palabras para decirle a su mujer que se iba de la casa, Isbelia preparaba un documental acerca del 27-F.

Es incomprensible cómo Miguel puede cambiar a la bella, inteligente, sensible, comprometida con la realidad social de Isbelia, por la insípida, oscura, pálida, echalapendeja, españoleta de Paloma Guerra. Es que hay una interesante metáfora detrás de este cuadro emocional: Isbelia le pregunta a Miguel, en medio de un profundo despecho: «Ya sé por quién me cambias. Por la de la piscina, la española, que tiene los pies de pato». Se trata de una imagen de la realidad social venezolana, donde la banca española llegaba al país en los años 90 con su facha de salvadores y los “pies de pato” que significan la representación del “Rico Mac Pato” (el imperio de USA). Es igual de pertinente que la amante española se llame “Paloma”, en clara alusión a la imagen popular sexual de lo que se está dejando meter Miguel (y Venezuela): cambia a su belleza nacional que vive del esfuerzo, por una española que tiene el dinero fácil (la banca). Eso fue lo que le pasó a los adecos, siempre cambiaron a Venezuela por el dinero fácil de los gringos.

Zapato e’ puta

Habría qué ver libra por libra (hablando en términos boxísticos) si alguna actuación cinematográfica nacional se iguala a la Héctor Mayerston en Amaneció de Golpe. El adeco Aníbal fue reproducido con genial histrionismo por Mayerston, como el propio politiquero venal, superficial, mediocre, envalentonado, machista a quien la asonada militar encuentra rascao y amanecido producto de una de sus juergas diarias con whisky 18 años. Con extraordinaria visión, este filme nos muestra la decadencia del patriarcado que se mete a la política para aprovechar los espacios de poder y corromperse. Un ejercicio de la politiquería local que hoy han mostrado en el mundo gentes como Berlusconi, Menem, Mubarak.

El día 21 de mayo de 1993 toma posesión como Presidente provisional de Venezuela el Dr. Octavio Lepage y pronuncia uno de los discursos más grises y lamentables que hayan podido producirse en la historia política del país. Se cree que estaba pasado de tragos cuando inició diciendo que “se había atrevido a cambiar la profesión de abogado por la de político” en una demostración de su visión fragmentada de la realidad. Afortunadamente la doctora Lolita Aniyar de Castro le sucedió en el derecho de palabra para demostrar con creces toda la dignidad que le faltó a este vencido politiquero. Cuando mirábamos al personaje Aníbal, no podíamos más que recordar a este lamentable Lepage que en mala hora ocupó la presidencia de Venezuela por 30 días.

El diálogo de Aníbal con su mujer (Dalila Colombo) es una pieza magistral de denuncia de la situación social en Venezuela. Con actuaciones supremas, ambos se tranzan en la visión de la familia adeca que guarda profundos resentimientos por sus actuaciones frente al poder desde la corrupción. En total subestimación de su mujer, Aníbal defiende su actuación política, pero se ve avasallado por las visiones de ella quien le espeta hasta su amistad con Fidel Castro (en alusión a la coronación de CAP). Un adeco acomodado que vivía cerca de la casa presidencial es derrotado por los argumentos de su mujer, quien presenció cómo la corrupción lo volvió un pobre hombre.

Cuando Anibal entra a la casa de Patricio, un vecino agente encubierto de los gringos, mira un zapato de mujer en el recibidor y exclama: «Zapato e’ puta», demostrando la visión que siempre tuvieron los adecos de la mujer y de Venezuela y refrendando aquel verso de Alí Primera: «En ves de darle cariño lo que hacen es manosearla.» Genio el mostrado en el filme Amaneció de Golpe donde hombres y mujeres emergentes emergieron de un sector militar de la República para desplazar a quienes habían vendido la dignidad por fastidio, por corrupción o por la indignidad en sí misma.

     

PULP FICTION: ¿LA PELÍCULA PERFECTA?

Parece no existir persona amante del arte cinematográfico a quien no le guste el filme Pulp Fiction (Tarantino 1994). Hasta la aparición de La Naranja Mecánica (Kubrick 1971), ningún equipo de cine había conmovido más las artes visuales con una puesta temática acerca de la violencia social como lo hicieron con este filme de malandros glamurosos. La pandilla delincuente es una visualidad permanente en la pantalla hollywodense y en épocas ha tenido muestras trascendentes, sin embargo, éstas nunca habían quedado como íconos del séptimo arte hasta la llegada de aquel atolondrado bellaco interpretado con tanta maravilla por Malcom Mc Dowell, el cual nos dejó una plástica suprema del mal social bajo la letra de Anthony Burguess y el ojo de Stanley Kubrick tan avasallante, demoledora y política, que ha quedado como cita obligada a la hora de evocar cuando la perversidad se mostró con tanta calidad e intencionalidad. Pulp Fiction significa aportes en otro diámetro y sin duda alguna hay que colocarlos en perspectivas inéditas, para apreciar sus verdaderos esplendores y sacarle cultura que al fin y al cabo es lo significativo desde un ejercicio de plena ciudadanía frente al arte.

Malandros con alma
s. jacKSON. U. THURMAN. J. TRAVOLTA. B. WILLI
Cinco grandes homenajes al folletín podemos destacar desde el cine: Asesinos por Naturaleza (Stone 1994) Caballos Salvajes (Piñeyro 1995), Sin City con el referente de los comics de Frank Miller (Rodríguez 1995), El Ojo de la Serpiente (De Palma 1998), y Pulp Fiction. La estructura del folletín sugiere brevedad y rapidez de temáticas. Es un capítulo de capítulos donde las situaciones se suscitan sin fragmentaciones situacionales aunque no exista necesariamente un vínculo histórico tangible, el cual se le otorga como búsqueda y encuentro al (lector) espectador. La temporalidad no es lineal, más bien se trata de una circularidad donde se describen circunstancias entrelazadas. Las escenas no guardan compromiso con lo venidero, de manera tal que se mantiene una expectativa de emocionalidad sutil que llega a ser deliciosamente sorpresiva. Los héroes del folletín suelen ser antihéroes y comienzan a morir desde el mismo inicio, pero su muerte (si ésta llega a suceder en el argumento, como sucedió con Vincent Vega en Pulp Fiction) es el producto de un andamiaje argumental de alta factura.

LAS FRESAS DE LA AMARGURA O COMO EMBOBECER A LA JUVENTUD

Tin soldiers and Nixon's comin'.
We're finally on our own.
This summer I hear the drummin'.
Four dead in Ohio.
Crosby Still Nash y Young

¿Son irresponsables los jóvenes?
Hasta la década de los años 60 del siglo XX, el único símbolo válido para los jóvenes era la inmolación en la guerra. Tal como lo plantea Peter Weir en el filme Gallipoli (1981), por encima de cualquier meta posible, ofrendar la vida en cualquier conflicto bélico estaba en el imaginario de la juventud con una fuerza impetuosa. El fin de los horrores provocados por la llamada segunda guerra mundial (1945), producen una honda reflexión en las sociedades. El Plan Marshall no se impuso a los pueblos de Europa sin que las masas de gentes hambrientas y desempleadas, se disputaran en las calles el derecho a decidir su destino y la instauración gringa costó no pocas vidas en inmensas manifestaciones que fueron reprimidas a balazos. Durante la llamada posguerra (década de los años cincuenta) se preparó el escenario para que los jóvenes abrieran los ojos con inmensidad de cielo, tal como lo muestra Pink Floyd en su genial filme La Pared (Alan Parker, 1982) y emergieran a la calle de los años sesenta para reclamar el mundo que se les iba entre los dedos.

Estados Unidos no escaparía a esta oleada de despertares mundial. Una reacción en cadena se precipitó sobre el mundo, luego del triunfo de la revolución cubana (1959) y la insurgencia del liderazgo mundial del Che Guevara. Jóvenes negros a la escucha de voces como Martín Luther King, Malcom X, Angela Davis, Aisha Mohammed`s deciden inflamar la calle con sus milenarios gritos de libertad. El movimiento hippie toma las calles desde California con sus planteamientos en contra de la guerra y del establishment. Un gigantesco movimiento contracultural se escucha desde La Sorbona en París, desde las calles de Checoslovaquia y producen el siempre recordado Mayo Francés y la increíble Primavera de Praga que hacen llegar fuertes ecos de reforma a las Universidades gringas, mientras en esa Francia flameante de libertad se filma la película Lejos de Vietnam (Resnais, Ivens, Klein, Lelouch, Varda, 1968) que también abrió los ojos del mundo. Con la muerte de Martín Luther King, los hermanos Kennedy y Malcom X se llenan las calles de USA de jóvenes enfrentando a la fuerza armada. Nadie ponía en duda que una revolución se levantaba allí. El legendario líder vietnamita Ho Chi Ming llegó a decir que el principal aliado del pueblo vietnamita para el fin de la guerra era el propio pueblo norteamericano y no se equivocó. Necesitaba USA un filme que tergiversara el sentido de las luchas habidas en su propio patio y allí la Metro Goldwind Mayer produjo Las Fresas de la Amargura (Stuart Hagmann 1970).

CANCION MANSA PARA UN PUEBLO BRAVO: UN CANTO DE PELICULA

«A veces pienso que todo el pueblo, es un muchacho que va corriendo, tras la esperanza que se le va»
Alí Primera

Una película necesaria para una canción necesaria 

La dimensión artística en términos siderales del padre cantor Alí Primera viene a propósito de todo lo abarcado por su canto. Si lo vemos desde el enfoque filosófico, cada una de sus canciones va tejiendo una forma de concebir al mundo donde el ser y los valores de transformación de la realidad social y humana tienen centro esencial. Desde las temáticas, cada canción está dirigida al sujeto pueblo en sentido multiversal, como crónica donde la justicia social, la sensibilidad humana, la igualdad de derechos, los personajes cobran una vida en nuestras vidas para conmovernos con permanencia. Alí le cantó a todo lo humano con una calidad artística sin par y es por ello que su canto merece artículos como los de William Mantilla, libros como los de Andrés Castillo, poemas como los de El Tano, papagayos como los de Nicolás Agüero, relatos como los de Zobeyda Jiménez y una estupenda película como Canción Mansa para un Pueblo Bravo de Jean Carlo Carrer (1976). 
 
La monstruosa ciudad capitalista

De un lirismo conmovedor es la pieza de Alí Primera Canción Mansa para un Pueblo Bravo. Atrapados por ese bello inicio, cuyo centro es la inolvidable tonada salida de la mandolina de Emiro Delfín, Alí nos describe la visión de un hermoso campo venezolano abandonado y a través de metáforas hermosas deja el mensaje de volver. Ese poderoso sentimiento es detenido con magistralidad por Jean Carlo Carrer en su filme, donde jamás aparece el campo maravilloso y añorado sino la monstruosa ciudad construida por la hegemonía capitalista, capaz de moler los sentimientos del pueblo y hacer olvidar ese campo y su esperanza.

En este filme hay la presencia subliminal de otra canción inmortal denominada Coquivacoa, donde Alí advierte: «La inocencia no mata al pueblo pero tampoco lo salva, lo salvara su conciencia y en eso me apuesto el alma». Un trazado fiel de la malignidad capitalista en el argumento, demostrativo de cómo la ciudad aplasta toda la inocencia propia del pueblo se nos muestra en el filme, para hacer brotar todo lo vivido a diario en la Caracas de los años setenta del siglo XX, sorda a la más mínima sensibilidad y todo lo que ha sido naturalizado por la cruel molienda del capitalismo, que ha sido normalizado en la ciudadanía por mecanismos perversos de alienación, disfrazados de diversión, entretenimiento, risas fáciles y nos espeta a la cara la trampa escondida en su verdadera faz de dolor, engaño, represión, intolerancia, falsedad, hipocresía, vicio, truculencia. 
El guión significativo nos lleva a la visión de desprecio que siente la ergástula capitalista por el pueblo. Por momentos logra Carrer la tendencia a reírnos de nuestras desgracias humanas o por lo menos a que las tomemos en cuenta como anécdotas posible de ocurrirnos, si no estamos atentos a nuestros valores y conciencia. Nos interroga en nuestra ciudadanía, nos escruta acerca de ese individualismo espantoso que recorre los centros comerciales y los estrados de diversión, donde mucha gente ve pasar el drama humano y voltea la cara con indiferencia.

cuando la ficción se vuelve real

Junto al adeco Aníbal, personaje del filme Amaneció de Golpe (Azpúrua, 1998) interpretado por Héctor Mayerstone y el guerrero León Perfecto puesto en pantalla por Cheo Perera en el filme País Portatil (Feo y Llerandi, 1976), sea quizás este personaje actuado por Orlando Urdaneta quien complete las tres grandes actuaciones masculinas del cine venezolano. Apoyado en la dirección de Carrer, Urdaneta desarrolla, con elevado sentido actoral, a un personaje que vive varias etapas emocionales, las cuales desarrolla extraordinariamente.

Al momento de llegar a Caracas, es apresado en una redada y el policía metropolitano lo interroga por su nombre y su procedencia. Con cara de inocencia responde: «Yo soy de Moruy». El policía vuelve: «¿Eso queda en Colombia?». «No, eso queda en el estado Falcón» responde. «Cóño —termina diciendo el policía— Venezuela sí que es grande». De inicio se despliega el enfrentamiento entre el espíritu libre y la represión, donde se coloca cara a cara a la inocencia en secreta batalla con la más profunda inconciencia. El policía representa a ese individuo que ignora lo esencial y está inmerso en el vicio que se ha sembrado para que lo reproduzca en todas sus acciones.

Luego Urdaneta nos hace ver todos los cambios que va experimentando el personaje, en la medida de su encuentro con los vicios de la ciudad. El muchacho falconiano, silvestre, ingenuo que venía a Caracas en busca de su padre, con la sola señal del anillo de graduación que éste le dejó a su madre, va diluyendo la inocencia por obra de la perversidad y cae en el vicio. Al perder su sentido de pueblo, se desdibuja como ser humano, se convierte en un delincuente y termina desconociendo a ese pueblo del que provino. Es un proceso que parece cumplirse inexorablemente en muchas personas cuando acceden a las grandes ciudades capitalistas. 

Parece asombroso el parecido que tienen los resultados presentados por este filme de Carrer y la realidad del Orlando Urdaneta de hoy, cuando con perversidad asume el desconocimiento del pueblo que lo vio nacer, al cual desprecia con los peores calificativos, reivindicando el fascismo como actitud de vida y a la intolerancia para juzgar a los demás. A Urdaneta le pasó lo mismo que a su personaje y termina pareciéndose al anillo que vemos al final del filme, dando vueltas en la escalera mecánica, después que lo bota, como el último signo que lo ataba a su pasado campesino.
La canción se volvió cine para más concienciar

Una de las mayores cóleras de Urdaneta podría ser, haber contribuido con el proceso revolucionario actual, al participar de manera tan genial en el filme Canción Mansa para un Pueblo Bravo, que seguirá siendo un espacio para crear conciencia de quiénes somos como pueblo y lo que debemos trabajar para transformarnos como sociedad. Habría que investigar en cuál momento del cine mundial se unieron una canción y una realización cinematográfica para producir resultados tan conmovedores. 

Con los efectos políticos del filme Canción Mansa para un Pueblo Bravo queda demostrado, entre otras cosas, el poder filosófico, educador y concienciador de la canción de Alí Primera y la genialidad de un equipo de cine dirigido por Jean Carlo Carrer, quienes supieron poner en pantalla de manera cruda, la severa advertencia que se escondía tras las bellas metáforas de la melodía. El tiempo ha demostrado que en realidad somos ese pueblo bravo, capaz de andar bien despierto y consciente sobre la maravillosa cabalgadura de una mansa canción.


AGRADECEMOS AL SEMANARIO LAS VERDADES DE MIGUEL POR LA PUBLICACIÓN DE ESTE TRABAJO EN EL AÑO 2011

LOS SUEÑOS DE AKIRA KUROSAWA

A. Kurosawa: genio cinematográfico del siglo XX
Memorizado con los y las grandes cineastas del planeta se halla el querido y admirado japonés Akira Kurosawa. Su genio de factura artística memorable nos hace viajar desde el clarividente territorio de su ancestral cultura japonesa, hasta el dimensionamiento del profundo ser humano y humana que somos. Ha sido capaz de levantar una espiritualidad cinematográfica cuya visualidad nos muestra la complejidad de una realidad que rodea al hombre y a la mujer en crisis, para destilar el tiempo cinematográfico entrecruzado y transversalizado hacia el detalle ancestral y nos confronta con la avasallante fenomenología occidental, y así posibilitarnos una mirada a múltiples realidades donde han sido llamadas nuestras emociones.

En la histórica resistencia del pueblo japonés mostrada en Los Siete Samurais (1954), en el sencillo y maravilloso poder creador del sujeto pueblo constatado en el inolvidable Dersu Uzala (1975), coincidente en sentimientos con el poeta venezolano Aquiles Nazoa, en la contundente denuncia a la burocracia, con la profundidad humana liberada en Ikiru —Vivir—(1952), en el riguroso señalamiento que nos hace con inconmensurable ternura a su pueblo y a la humanidad toda, desde la tragedia atómica de la ciudad de Nagasaki, en Rapsodia en Agosto (1991) y en otros no menos significativos filmes, Kurosawa supo dejarnos un legado de advertencia y predicción que tal vez se demuestra con asombrosa y hasta dolorosa precisión en su sorprendente obra maestra Sueños (1990).

LA SAYONA

Es un espectro urbano.

Sale por las madrugadas a perseguir borrachos.

La ven flotando por caminos oscuros hacia callejones neblinosos.

Los encanta con una risita estridente que suena en la noche como el lejano frenazo de un automóvil.

Mueve su cuerpo serpenteante desde la cadera a los hombros y su cabellera fogosa brilla en la oscuridad como llamas ardientes.

Hace caminar a sus seguidores largos trechos y sólo les muestra la mitad de su rostro extrañamente embellecido.

Los conduce a cualquier callejuela solitaria. Allí suelta carcajadas horrorosas que sólo escuchan las víctimas y les muestra la otra parte del rostro.

Dicen que esa faz y la cara del demonio tienen la misma versión.

Se conjura con la oración de las tres divinas personas.

¡FIDEL!

¡Conocerte en mis cinco años!
Aquellas fotografías de guerrero verde
Barba diamantina
Perfil indomable
Voz invencible
Invicto paso por la selva

Andabas de sinsonte
Riachuelo turquino y rebelión
No hubo ciénaga ni mentira que te detuviera

Preguntaba a la brisa de Lomas de Urdaneta
¿Quién era el hombre?
Y susurraba muy bajito
¡Fidel! ¡Fidel! ¡Fidel!

Preguntaba al Araguaney de ojos amarillos
¿Quién era el hombre?
Y sonreía con largos brazos vegetales
¡Fidel! ¡Fidel! ¡Fidel!

Preguntaba a los gigantes caminos de mi barrio
¿Quién era el hombre?
Y las abuelas cantaban a mi recuerdo
¡Fidel! ¡Fidel! ¡Fidel!

Pregunté a mi primer libro de lectura
¿Quién era el hombre?
Y Martí escribió
¡Fidel! ¡Fidel! ¡Fidel!

Anduviste secreto en mi bochinche
En mi pelota de goma
En la tiza con que pintaba mis aventuras
En los rincones más seguros de mi escuela
Revisaste las geometrías
De mi cuaderno de matemáticas
Me ayudaste a pintar los rostros
De Bolívar y Miranda para la cartelera
Me diste clandestina voz el 19 de abril
Del Acto Cultural

Andas vivo y militante en los libros
De nuestros eternos comunistas perseguidos
Lloraste en Lecherías
Junto al fecundo cadáver de Lovera
Custodiado por la sal de la memoria

Hoy que no tengo dónde caerme vivo
Porque todos los caminos andan abiertos
Le dejas al niño eterno que te mira en el horizonte
Un barco que zarpó hace 60 años para buscar mi amanecer
La canción de la tarde en el bulevar
El secreto para ganar en la carrera de sacos
La cayena del jardín
La Odisea de Homero
La fotografía de Korda que hizo el Ché
Las coordenadas para enamorar a la Tierra
Y la paz con dignidad
Aprendida en el combate diario
Que nos dibujaste una vez en una Sierra
Esta tarde iré a la Plaza Bolívar
Y allí te veré conversando con el Libertador
Eternos
Pensando en Nuestra América

MANOS AL REFUGIO



“Una mano lava la otra y las dos lavan la cara”
Dicho popular

El ser humano alcanzo la magia de la técnica y el milagro de la tecnología cuando constituyó sus manos. Aquel ser primigenio seguramente inició su autoaprendizaje siendo mujer y luego logró al hombre en el forjamiento de la aotoorganización de la vida, entre la oscilación experiencial de todas las especies juntas para ser ameba luchadora de su néctar, liquen pintor de las primeras hojas, hormiga maestra del esfuerzo increíble, ave pedagoga del andar por el aire para esculpir nubes y prefigurar sueños, pez escritor de la historia del origen del universo en los en los archivadores párrafos del agua, reptil detector de las palpitaciones de la tierra, batracio héroe de la ambigüedad y del canto sagrado del tiempo, hasta amantar del seno lácteo de las constelaciones, de la teta proveedora de la tierra, de las infinitas ubres de la existencia la posibilidad de un cuerpo –visto por la hermana mona entre sus brazos- y de allí las manos, su recuerdo de cuando fue árbol; las manos, sus maestras más fieles; las manos juntas –cuenco, mazo, tenazas, mensajes actrices, flores, pinceles, caricias, energía, placer, anuncios- imbatibles sus manos, nuestras manos, imperecedero refugio.

Reprimir las peligrosas manos

Ya desde los inicios de la división del trabajo, las manos son objeto de persecución y castigo. Son ellas la hacedoras naturales y el símbolo de la transformación de la realidad. Con las manos se escribieron los primeros jeroglíficos, se llevaron a cabo las primeras tareas laboriosas, se construyeron las incipientes herramientas para aproximarse a la técnica y las necesarias armas para defenderse de la adversidad. Sin embargo, desde los primeros códigos se establecen graves y abominables sanciones contra quienes transgredían los acuerdos dominantes de la propiedad y las gentes poderosas. Fue común la amputación de los dedos o de las manos completas cuando la falta era considerada más grave. Quienes imponían este indescriptible castigo sabían que la víctima perdía voluntad sobre su realidad o era lesionado en el abrigo energético esencial e imborrable para la continuidad de su vida, pues tiene analogía con la rotura de un espejo.

Un ejemplo de utilización de la imagen de las manos como visualización del castigo para el dominio y el triunfo, lo constituyó el acto de cercenar las manos al cadáver del Che Guevara. Con ese abominable acto, la CIA quiso representar el triunfo del capitalismo sobre símbolos que supo construir el guerrillero heroico para ser utilizó en las luchas de los pueblo. La escritura política, la sanación activa, el trabajo voluntario, la lúdica en el discurso oral, el arma bélica por la libertad, la energía impulsora de acciones, el espejo para el rostro de los pobres, la revolución permanente, el abrigo universal y otros tanto que representaron las manos del Che, se pusieron en tela de juicio cuando los esbirros del imperio las separaron de su cuerpo. Afortunadamente el mundo revolucionario negoció a la ignominia aquellas manos heroicas por una copia del diario de Bolivia. Además, una foto fractálica del Alberto Korda sintetizó la integralidad imperecedera del comandante amigo para la eternidad.

El aula de clases también ha torturado

Ha sido común la utilización de la palmeta como arma represiva para agredir las manos de niños, niñas y adolescentes. Un sector autoritario de la escuela venezolana, hasta entrada la década de los años 70 del siglo XX, aún legitimaba el maltrato (sobre todo de las manos) con este despreciable instrumento sobre el cuerpo de la infancia. Por lo general se trataba de una regla de madera (a veces de metal) utilizada en paz para medir superficies y volúmenes, pero que cobra un terrible efecto represivo y de tortura cuando era utilizado, por no pocos maestros, sobre las palmas de las manos del estudiante.

Las minuciosas escalas milimétricas dibujadas sobre la palmeta representaron un genuino símbolo del positivismo instrumental que todo lo pretende imponer en mediciones y comprobaciones por vías reduccionistas, aplicadas para sacar lágrimas y subordinación a fuerza de golpes. Además, contribuyó al mecánico –y a veces inútil- aprendizaje memorístico, cuando se utilizó para reprimir en los niños y niñas la natura, útil y legítima posibilidad matemática de contar con los dedos de las manos. Esta pudiera significar la acción más criminal que la escuela autoritaria ha cometido contra la pedagogía y el aprendizaje de las matemáticas.

El refugio de las manos

Muchas mujeres reivindican a diario la significación de las manos como esencial abrigo humano, cuando dedican un tiempo a su cuidado y embellecimiento estético. Uno las ve en el Metro y hasta en los yises de ruta troncal, aplicando sobre sus uñas, con maestría  de Picasso, el colorido óleo de la vida. Tambien el arte de la quiromancia ofrece un trascendental uso de las manos para construir perennidad y augurios.

Hoy la escuela se reivindica con el refugio de las manos a través de la promoción del arte y del trabajo en los proyectos de aprendizaje; también en el ejercicio del derecho de niños, niñas y adolescentes a contar con los dedos, a hacer sombras chinescas frente al aburrimiento, a jugar metras, a tocarse cualquier parte del cuerpo sin lesionar el buen gusto y el sentido común, a tomar otra mano para la solidaridad o la amistad, a rasgar las cuatro cuerdas de la pequeña guitarra venezolana llamada cuatro, a comunicarse con las personas discapacitadas del oído, a acariciar el mundo con todo el amor posible. La manos humanas son el papagayo capaz de abrigar el universo.

Intercambio de manos

¿Es feliz y práctico comprar el regalo hecho y además saber su precio? Maestras de escuelas imaginan en sus aulas el origen de los regalos intercambiados por sus estudiantes en diciembre. “Éste lo compraron en tal almacén, éste en tal tienda y éste en tal centro comercial”, suelen decirse.
¡Cuidado, maestras! Algún estudiante puede presentarse al intercambio con un regalo no comprado, con un regalo construido con sus propias manos. No las sorprendan su creatividad, su belleza y su desprendimiento.

La mano de Rilke

El poeta moría. Victima del tifus, moría el poeta al poner sus manos al servicio de la galantería, del merecimiento de la mujer a recibir una rosa junto a unas metáforas que halagaran su ser profundo, su belleza, su paso sensual por el mundo.

El agujón de una rosa se clavó en el pulgar del poeta, cuando pidió permiso a la eternidad y arrancó del jardín su belleza para unirla a la femineidad. Y en su muerte estaba la vida de sus manos, ofreciéndose con profunda poesía al sagrado riesgo de la sencillez.


REDUNDANCIA



Quiero quererte queriendo
Queriendo para quererte
Quererte quiero queriendo
Para queriendo quererte

Y mientras te voy queriendo
Me inspiro para quererte
Porque si te voy queriendo
Se me hace fácil quererte

Ojalá vayas queriendo
Lo que yo te voy queriendo
Y tú me dejes quererte

Si tú querer es queriendo
Lo que yo te estoy queriendo
Será mi querer quererte




jueves, 29 de diciembre de 2016

AQUÍ NO SE REGALA NADA


Fue dueño del 80% del petróleo venezolano

En una de las tantas incursiones que hizo en Venezuela, al magnate multimillonario estadounidense Nelson Aldrich Rockefeller le fue preguntada cuál era la palabra que más vende en el capitalismo y él respondió: “La que más vende en todo el capitalismo es la palabra GRATIS (Free)”. Muchos cayeron en la sorpresa entonces, pues aún no estaban en la posibilidad de comprender las infinitas dotes y virtudes que tiene el capitalismo para preservarse y perpetuarse a costa de los demás. Se vendió en la mediática, la gracia del opulento que gozaba su victoria.

El capitalismo es tanto más efectivo, no sólo cuando invierte muy poco o nada (que lo sabe hacer a la perfección) para obtener ganancias inimaginables, sino cuando nos hace creer que somos nosotros quienes recibimos sin invertir y sin hacer ningún esfuerzo y sin vender nuestra alma al diablo; como en realidad sucede. Allí el capitalismo da muestras del inmenso dominio que tiene sobre las mentes de las sociedades y de los individuos. Cuando N. Rockefeller confesó que es la palabra GRATIS la que más vende en el capitalismo, demostró con el mayor desparpajo, frente a nuestros ojos ciegos, que el sistema capitalista está sostenido por miles de millones de ardides engañosos que nosotros pasamos a creer y COMPRAR mansamente (y hasta con atronadores aplausos).

Este Rockefeller, perteneciente a una cuna orificada de herederos multimillonarios, pasaba como filántropo en Venezuela, apareciendo en las clásicas obras de beneficencia de la “high society” criolla, reseñadas en las páginas sociales de los periódicos, cuando en realidad era dueño del 80% del petróleo habido en nuestro suelo a través de la compañía gringa Standard Oil y sus filiales que son propiedad de su familia. Como buen capitalista, el “pana” Nelson, siempre nos hizo creer que era un hombre… “bueno”...

Cuando vemos la palabra GRATIS en todas las exhibiciones, los ciudadanos del mundo pensamos que el capitalismo nos está regalando algo, sobre todo, si aplicamos la traducción en castellano: gratis = “sin costo”. Aunque la ganancia ideológica mucho mayor parece estar en todo Estados Unidos, porque allí “gratis” (free) es traducción literal de “libre”; algo que ha sido dejado para que el hombre con suerte lo obtenga. El “gratis” que se nos ofrece en este lado Sur de América, lleva el sello ideológico de: “Usted se lo ganó porque trabajó”, en cambio, allá en el Norte, la marca es: “Usted se lo ganó porque es un hombre con suerte”. A nosotros se nos trata de “flojos”, “holgazanes”, “vivianes”, por esto nos premian, porque le hicimos el trabajo al capitalismo que, supuestamente, a muchos no les gusta hacer. A los norteños les dicen: “activos”, “voluntariosos”, “fuertes”, “aventureros” y como, supuestamente, todos allá sí saben trabajar, a quienes corresponda la “suerte” les sale “libre” (free). Debiera estar claro que la confesión de Rockefeller despierta la llamada fiebre del emprendimiento capitalista. Desde el más exitoso empresario, la fila de ágiles gerentes, los tenderos de los mercados libres, hasta el buhonero más esforzado y modesto pasan a creerse émulos de aquel alcalde de Nueva York que fuera amigo íntimo del ex presidente Rómulo Betancourt y a quien, desde los tiempos en que sus abuelos fueron socios del general Juan Vicente Gómez, toda inversión en Venezuela le salía prácticamente de gratis.

La suerte es ciega: ¿y usted?

La suerte es ciega: ¿y usted?
Durante una mañana del mes de enero de mis ocho años, me correspondió presenciar una dura reprimenda ciudadana. En las Lomas de Urdaneta natal de Catia, en Caracas, vi cómo un viejo de mi bloque 12, apaleaba con una vera encebada a un hombre joven que ofrecía “el lorito de la suerte”. Con duras palabras, aunque sin pronunciar ninguna procacidad, aqauel abuelo hizo correr a un tipo que mostraba una cajita con pequeños papeles doblados, donde se suponía estaban escritas frases sortarias y rondaba un pequeño loro que silbaba y le remedaba algunas palabras. El ave estaba entrenada para tomar uno de los papelitos y ofrecerlo a cualquier incauto que jugase y pagara un módico importe. Pájaro y ofertante desaparecieron con la arremetida. De aquel curioso episodio quedó en mi recuerdo, para siempre, la exclamación: “¡Anda a trabajar!” que gritaba éticamente el abuelo muchas veces en su ira.

Aquel abuelo representaba la lucha que dieron algunos venezolanos por defender la productividad del trabajo frente a lo que hoy se llama el modelo rentista. A inicios de los años 60, cuando el puntofijismo se apoderaba del devenir político, todavía había en Venezuela un alto concepto del trabajo, debido a la enorme migración campesina que tenía ya tres décadas llenando a las ciudades de gente venida de los campos diezmados por el latifundio. Dedicarse a la buhonería y otros oficios que no evidenciaran el esfuerzo físico, el empleo y el salario era visto con muy malos ojos por aquella ciudadanía amante del esfuerzo y del sudor de la frente con que debe ganarse el pan. Los poquísimos buhoneros que comenzaban a atreverse a tomar las calles de las principales ciudades eran echados al desprestigio y tratados de flojos. Eran épocas donde existían boticas y pulperías en las cuales se repartían, a los niños mandaderos, las “ñapas” que significaban ese diminuto “gratis de Rockefeller” que promovía el capitalismo hasta en sus más recónditos lugares.

¿Qué mal le haces, bachaco, a la economía?

¿QUÉ MAL LE HACES, BACHACO, A LA ECONOMÍA?
La consolidación del modelo burgués (“ta’barato dame dos”) terminó arrinconando el prestigio del trabajo defendido por generaciones de venezolanos y, junto al desarrollo de una banca especulativa, la monopolización de la distribución de alimentos en manos de un par de familias ricas, la corrupción de las instituciones públicas, la buhonería y otras actividades similares de poca productividad fueron llenando las calles de las principales ciudades hasta apoderarse de una parte significativa de la distribución de alimentos, en lo que se da en llamar “bachaqueo”. Esta actividad fantasmal de la economía, intermediaria del sector terciario, no es nueva y es financiada con capital privado de diversa y hasta dudosa procedencia. Por esta razón no es extraño ver los ventorrillos de la llamada “economía informal” al lado de una mediana o gran tienda comercial en calles y bulevares, conviviendo en una relación simbiótica. La enorme y dinámica versatilidad que poseen los movimientos de la economía informal (“bachaqueo”) hace que crezca su actividad, en tanto los mecanismos de la macro economía (banca) impulsan una crisis. Recordemos cómo el “bachaqueo” se instauró visiblemente en nuestras calles en meses posteriores a los sucesos del 27 de febrero 89; y si no fue llamado así, fue porque los grandes grupos económicos que trataban de acomodarse frente aquella crisis que provocó el pueblo en la calle, no pudieron sacar partido a esa actividad como para fortalecer una gran matriz de opinión.

La llamada economía informal siempre ha sido un ejército de reserva del capitalismo y en su forma actual llamada “bachaqueo”, especula abiertamente con los productos alimentarios con pingües ganancias porque durante décadas, sus mercaderes, han logrado formar una estructura cuya solidez y poder articulador es sorprendente. No pocos ciudadanos culpan al gobierno de la ineficiencia frente a este “fenómeno del bachaqueo”, sin reparar la inimaginable estructura que representa en los actuales momentos, en donde se colocan, desde el negociante del gran capital que compra y oferta, el agente de policía que matraquea, la oculta red distribuidora, los  funcionarios que se hacen de la vista gorda, hasta los vendedores directos que se hacen visibles o invisibles según la circunstancia.

Los participantes de esta buhonería, con cara abúlica o atenta desde sus ventorrillos, tienen perfectamente claros sus objetivos y funciones desde su colocación en la economía. Esta es una clase económica aparentemente poco explorada por los factores investigativos de la sociedad, sin embargo, salvo políticas excepciones, es un ejército económico que se las juega a favor del capitalismo y sus reglas. La voracidad y especulación de sus precios es consultada en el nefasto “Dólar Today”. Se creen pequeños Rockefeller (o sea, empresarios), su nivel de competencia desdice cualquier ética (dignos sucedáneos del capitalismo), son enemigos del empleo, de la socioproductividad y del trabajo, al cual confunden con lo que hacen.

Sería tal vez un terrible eufemismo decir que en Venezuela hay una guerra económica, cuando sabemos que todo el capitalismo, como sistema hegemónico se monta sobre una gran guerra permanente y demencial contra todos los pueblos y el planeta en su integralidad: esto desde siempre. Cuando este tránsito de “guerra económica” se agudizó en Venezuela, como plan del imperialismo y de la burguesía interna, en muchos ventorrillos de la “buhonería-economía informal-bachaqueo” y en no pocos comercios colocaron un cartel que dice: AQUÍ NO SE REGALA NADA. Este cartel ha tenido como finalidad, rechazar a los compatriotas en mayor condición de vulnerabilidad producto de la guerra. Es ésta la forma de evocar al Nelson Rockefeller de aquellas épocas del “buen capitalista”. Cuando el capitalismo promueve una crisis extrema como la que sufre Venezuela, se quita su careta de “gerente bueno”, se deja de mentiritas y muestra su verdadera faz egoísta, depredadora y rapaz. Ya no vende la palabra GRATIS porque NO PAGA y como vocablo económico desaparece de sus cuentos gringos, del comercio, de la buhonería; porque la realidad es que el capitalismo NUNCA HA REGALADO NADA.

¿Libre?

¿LIBRE?
Hace un año se comenzaba a hablar a soto voce de un “sálvese quien pueda” en la sociedad venezolana. Se trataba de la moderna visión burguesa del Titanic, aunque pocos decían qué era lo que se hundía en las frías aguas de la guerra económica. La guerra contra el pueblo que somos cobraba su pico más alto. Pero, si algo jamás desaparece, eso es el pueblo y allí hemos estado como ese pueblo que somos, recuperándonos de esta embestida brutal capitalista, en medio de las diferencias, las coincidencias y los matices que nos signan, enarbolando la paz, impulsando el diálogo en todos los escenarios (hasta en los más difíciles), escribiendo con el doloroso buril de la escasez la palabra solidaridad, echando adelante los espacios sociales para la organización.

Paulatinamente, el acto de regalar con solidaridad ha comenzado a renacer en la resistencia, convocado en las actitudes ciudadanas: los pueblos también tienen el derecho a “reacomodarse” frente al enemigo histórico y además a “prepararse” para jornadas aún más duras. Nos han querido convertir en el pueblo egoísta que nunca hemos sido, ni seremos. El capitalismo aún no nos ha vencido. El abonado territorio socialista que lleva todo pueblo en su ancestralidad ha comenzado a fortalecerse y a tomar cuerpo presente en muchos sectores de la Venezuela que lucha. Los aprendizajes forjados en la refriega contra la cultura rentista impuesta por la burguesía se expresan en cada espacio social de encuentro y diálogo. Recetas culinarias, medicina alternativa, yerbas sanadoras, trucos para optimizar la siembra, reciclaje del desperdicio, trabajo voluntario, venta organizada, trueque socioproductivo, intercambios artísticos, propuestas formativas son varias de las muchas salidas que nuestro pueblo despliega para enfrentar la crisis burguesa.

Ahora es cuando hay pueblo venezolano para sacar frutos del trabajo y así dimensionar una profunda transformación social. Los aprendizajes seguirán costando duros esfuerzos a nuestro pueblo porque así tiene que ser: nunca serán de gratis.