martes, 22 de diciembre de 2020

MARIO BENEDETTI: CELEBRACION DE UN CENTENARIO DESDE UN BOTIQUIN

 




Hoy se me hace preciso escribir por la ansiedad. Estoy sentada frente de la hamaca que está quieta como si esperara a su dueño. El aire también está quieto; esta tarde es sorda. Los árboles del huerto están como pintados. En este silencio mío, medito. No puedo olvidar.

MANUELA SAENZ

 

Un poema que expresa la soledad, puede ser la asunción de una crisis individual, pero también representar la incomunicación o el aislamiento de toda una generación, de un pueblo entero.

MARIO BENEDETTI

 

Lectoescribiremos este texto cuidándonos, como siempre, de no caer en la fuerte tentación del texto académico que, ofreciendo grandes posibilidades expresivas y de análisis, tiene sus propios escenarios, casi nunca en el reconocimiento de la poética que inevitablemente llevan consigo. Preferimos, como es nuestra costumbre, abastecernos en explanadas literarias más propicias a las proximidades de las incidencias humanas, de la heurística y la hermenéutica –bebedizo mundano- para voltear las realidades, del debate contradictorio de lo invisible vuelto visible y, sobre todo, por tratarse de una conversa sobre el poeta uruguayo Mario Benedetti y su digno centenario, la cual pretendemos irla desenrollando como si estuviésemos en un botiquín de la avenida Baralt de Caracas o una fonda de Mérida o en un sucucho de El Tigre; con énfasis entre gentes de izquierda de cualquier época o de todas.