miércoles, 4 de enero de 2017

LA REVOLUCION NOS ESTA MONTANDO CACHO

El día 30 de noviembre de 1992 fue sembrado el poeta del Barrio Mamera, Antímano, Miguel Rivera. De manera accidental e insospechada se fue de sus familiares y amigos. Travieso cultor de la escritura, elevado intelectual y hombre político de izquierda, Miguel visitaba y a veces pernoctaba en casas amistosas, dejando poemas entre libros de esos nichos afectivos. Una pareja de estos amigos almorzaba cierto día y en la sobremesa se les ocurrió leer algo de un libro atesorado en la biblioteca y al abrir el volumen se encontró una servilleta rectangular donde había un poema con la firma del bardo. Emocionados se aprestaron a leerlo y accidentalmente un vaso de jugo se volteó sobre la mesa, manchando la servilleta de la cual sólo quedó legible el título de aquellos versos que rezaba así: LA REVOLUCION NOS ESTA MONTANDO CACHO. Enterados del incidente, amigos cercanos del poeta les quedó la incertidumbre de los sentidos de aquellos versos perdidos.

Conocedores de las tendencias políticas radicales del poeta, panas vinculados a las organizaciones del pueblo y al movimiento popular, organizaron una actividad en el año 1995, alrededor de un espacio de participación política llamado Los Factores de La Yaguara, contexto nacido luego de los sucesos del 27 de febrero de 1989, donde había participado el poeta malogrado. Allí hacían vida organizativa compañeros vinculados al medio obrero, sindical, gremial, profesionales y técnicos, cultural, estudiantil y se planteaban desafíos a las políticas gubernamentales de entonces. En dicha actividad, entre cantos y poesías, compañeros y compañeras facilitaron un espacio con metódicas de educación popular, donde dialogaron preguntas generadoras para aproximarse a las motivaciones que llevaron al poeta a escribir aquel misterioso texto y llegaron a la conclusión de que la revolución nos estaba montando cacho con el neoliberalismo. Por tal motivo, soñadores como eran, se comprometieron a redoblar esfuerzos por luchar bajo las consignas y referentes revolucionarios, para regresar la revolución al seno del pueblo. Recordemos que apenas seis años antes había caído el Muro de Berlín y ante este suceso, los jerarcas del Fondo Monetario Internacional habían gritado brazos al aire y tomados de las manos: “¡Perdieron los Pobres!” y uno de sus analistas (Francis Fukuyama) decretaba el supuesto “Fin de la Historia”.