domingo, 29 de diciembre de 2019

A DOS SIGLOS DE QUESERAS DEL MEDIO Y LA BRAVURA DEL PUEBLO VENEZOLANO INTACTA


 A los Bravos del Ejército de Apure.

"¡Soldados!: Acabáis de ejecutar la proeza más extraordinaria que puede celebrar la historia militar de las naciones. Ciento y cincuenta hombres, mejor diré ciento y cincuenta Héroes, guiados por el impertérrito General Páez, de propósito deliberado han atacado de frente a todo el ejército español de Morillo. Artillería, infantería, caballería, nada ha bastado al enemigo para defenderse de los ciento y cincuenta compañeros del intrepidísimo Páez. Las columnas de caballería han sucumbido al golpe de nuestras lanzas; la infantería ha buscado asilo en el bosque; los fuegos de sus cañones han cesado delante de los pechos de nuestros caballos. Solo las tinieblas habrían preservado a ese ejército de viles tiranos a una completa y absoluta destrucción.
¡Soldados!: Lo que se ha hecho no es más que un preludio de lo que podéis hacer. Preparaos al combate, y contad con la victoria que lleváis en las puntas de vuestras lanzas y vuestras bayonetas.
Cuartel general en los Potreritos Marrereños, a 3 de abril de 1819.
BOLÍVAR"

“Cuando en mi pueblo escuchamos un trueno gritamos:
¡Viva Páez!”.
ZOBEYDA JIMENEZ 
La muñequera de Píritu, Portuguesa.



LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR
Llevamos la herencia de vencer. Como el pueblo que somos tenemos fortalecido un arraigo ontológico de libertades, logrado con esfuerzos sin límites. Como república guardamos una herencia rebosada de logros inestimables que blindan a nuestras dimensiones estamentales y legitiman toda iniciativa que garantiza la preservación de nuestra memoria histórica, el resguardo de la identidad y el cuido de la independencia a riesgo de lo más preciado que puedan tener los seres humanos. Es mucho más que una territorialidad, más que la data de unos números destilados de esfuerzos investigativos, que referencias salteadas de hitos historiográficos registrados y resguardados en folios con celo institucional. Venezuela, que así se llama, es una espiritualidad patria hecha de sólidos retazos independentistas, cosidos a hilo y aguja de un tejido ancestral firme, con la mano de un colectivo humano que lleva en la memoria el perenne afán de ser un pueblo libertario. Cuando es urgente y necesario puede ser el tizón que se vuelve llama abrazadora con el viento de luchas, y empuja el caudal de un río que inunda las tierras de alegrías y de victorias. Cuando se le acorrala con amenazas de ignominia o invasión muestra su cariz de cuero seco que si la pisan por un lado se levanta por el otro.