domingo, 24 de febrero de 2019

UNA MEMORIA QUE SE LEVANTA ESPAÑA: APARTA DE MÍ ESTE CÁLIZ





«¡Oh vida! ¡Oh tierra! ¡Oh España!
¡Onzas de sangre,
metros de sangre, líquidos de sangre,
sangre a caballo, a pie, mural, sin diámetro,
sangre de cuatro en cuatro, sangre de agua
y sangre muerta de la sangre viva!»
 
César Vallejo


En este Abya Yala, somos en trascendencia hijos e hijas de nuestra Pachamama ancestral maravillosa que ha resistido mil tragedias en el corazón de nuestras culturas indígenas, hermanadas con el Asia paciente. Somos África sonora, percusiva, musical, negra, árabe, desértica, cimarrona, cruzada por fieras aguas y el rugir de culturas intrincadas. Somos Europa en cientos de pueblos migrantes, perseguidos por el hambre y la injusticia de una y miles oligarquías rapaces que han sabido engañar con avieso puño. Y desde esta complejidad de hondas pobrezas acosadas por reinados miserables europeos tenemos también a España.

La llevamos en la sangre de aquellos marinos enloquecidos de crueldad e incertidumbre que vinieron a invadir y matar culturas, sin darse cuenta que quebraban su propio espejo. Ya lo dijo el Indio Seattle: «Aún el hombre blanco, cuyo Dios se pasea con él y conversa con él -de amigo a amigo no puede estar exento del destino común-. Quizá seamos hermanos, después de todo. Lo veremos. Sabemos algo que el hombre blanco descubrirá algún día: que nuestro Dios es su mismo Dios.». Llevamos a España en la fuerza invisible de El Cid, en la terquedad maravillosa de Don Quijote, en la compasión de De Las Casas, en la ciega tempestad de Lope de Aguirre, en la justiciera horda de José Tomás Boves, en la pluma del Siglo de Oro, en los primeros alientos de la República Española, en la atronadora voz de Dolores Ibarruri, en los cantos eternos de los poetas andaluces, en el holocausto de Guernica, en la monumental resistencia de Madrid sitiada, en la muerte aquella: artera, abusiva, monstruosa de aquel genocidio ignominioso llevamos a España con todo el corazón.

Hay una poderosa memoria que nos hermana y nos llama a no olvidar la maldad desatada por el fascismo contra uno de los pueblos más pobres de la tierra entonces. Guerra provocada por las falanges en contra de la República Española ha sido bosquejada desde el cine. A través de un eje trazado con siete voces fílmicas, haremos homenaje a ese pueblo mártir que hoy se levanta de nuevo y a ese grito de justicia pendido en los aires de la historia como una acusación. 

LOS SANTOS INOCENTES (CAMUS, 1984) 

Es el dibujo de la España humillada, del pueblo empobrecido a merced de una pandilla de oligarcas crueles y despiadados, terratenientes sin conciencia humana. Miramos en esta estampa, cómo es la lógica criminal de los oligarcas, cómo es su visión del pueblo, cómo ejecutan su realidad opulenta y la imponen a los humildes de una manera abusiva, miserable, de inaudito cinismo. Aprovechan la ignorancia de Paco (Alfredo Landa) y Régula (Terele Pávez) para despreciar su sencilla vida. Es la descripción genial de toda la crueldad de la que son capaces, en su paz y en sus guerras. 

LAS BICICLETAS SON PARA EL VERANO (CHÁVARRI, 1984) 

Allí está la guerra, al lado, cerca, como lobo al acecho mientras se trabaja día a día por la República que vigorizaba el presente y esperanzaba la vida. Se trabaja en la cotidianidad, siendo lo que el pueblo siempre ha sabido ser: gente. Siendo gente Luis (Agustín González) y Dolores (Amparo Soler) mantienen a su familia con honradez y humildad, colaborando con la República que era incidir sobre el futuro. Luisito (Gabino Diego) quiere una bicicleta y aspira ir a la universidad, pero la guerra ha transformado las esperanzas y las vidas, cuando la asesina falange desata su venganza. 

LIBERTARIAS (ARANDA, 1996) 

La República Española desató las pasiones más extraordinarias, en un pueblo esquilmado por siglos de explotación y oscurantismo, en una sociedad donde reinaban la mediocridad y la hipocresía. La calidad generada por la República redunda en gritos libertarios que encendieron calles y pueblos. Entre los llamados más vehementes estuvo la diversa voz anarquista y sus contundentes pasos. Un grupo de milicianas decide incorporarse al frente de guerra, luego de reclutar varias mujeres de un prostíbulo y a la monja María (Ariadna Gil) que llega huyendo del convento. La dirigente Pilar (Ana Belén) arma con disciplina y heroísmo su avanzada de mujeres, quienes viven inolvidables aprendizajes. María es violada por sus captores, pero salva la vida por su condición. 

EL LABERINTO DEL FAUNO (DEL TORO, 2006) 

Hay dos mundos en los cuales transitan dos hadas: la niña Ofelia (Maribel Verdú) quien descubre su universo a través de una fábula ancestral y subterránea y una mujer, Carmen (Ivana Baquero) quien ayuda a la guerrilla republicana donde está su hermano Pedro (Roger Casamayor) mientras sirve al militar fascista Vidal (Sergi López). Ambas hadas buscan preservar la memoria: una intuitiva (de la ancestralidad), la otra histórica (de la sociedad) y se encuentran en medio de un conflicto que comienza a hundir su puñal asesino. Para que la España naciente tenga las dos memorias es necesario matar a Vidal y que Ofelia se sacrifique. 

13 ROSAS (MARTÍNEZ LÁZARO, 2007) 

Las tumbas de las 13 Rosas están en toda España porque simbolizan el martirio de la juventud española. Falsamente acusadas de subversión, son apresadas, torturadas y fusiladas mediante un juicio sumario que tardó menos de 72 horas. Siete de ellas eran adolescentes. En una República democrática y revolucionaria, las Trece Rosas pudieron haber sido profesionales, compañeras, madres, militantes, artistas, astronautas; y sin embargo, la falange sangrienta, con su dictadura asesina, las convirtió en mártires. 

LA VOZ DORMIDA (ZAMBRANO 2011) 

La mazmorra franquista ha sido uno de los sitios más abominables jamás creados. Ninguna ficción alcanzará siquiera un ápice de toda la crueldad y perversidad allí desatada. El poder literario en la novela homónima de Dulce Chacón aproxima, junto a este trabajo cinematográfico, la denuncia contra la iglesia, en la depravación y fanatismo de Sor Serafines (Sissi Sánchez) y en la fiereza del tribunal militar impune. El sacrificio de mujeres como Hortensia (Inma Cuesta) que mantuvo la frente en alto ante el pelotón de fusilamiento y frente a la ignominia, no será olvidado. 

MORIR EN MADRID (ROSSIF, 1962) 

La gran épica y la brutal tragedia que significó para el pueblo español la guerra civil, se muestra en este grandioso documental. Llevar a nuestras emociones y dejar en la memoria estas imágenes imperecederas, supone mostrar los antecedentes sociales, el levantamiento ignominioso, la resistencia heroica, las brigadas internacionales, el apoyo de Hitler y Missolini a Franco, los estragos de la barbarie y la tristeza del pueblo derrotado. Imágenes que acusan al fascismo, a las socialdemocracias cómplices de la ignominia, a la oligarquía rapaz. 

ESPAÑA EN EL OJO FÍLMICO PRESENTE 

Muchos filmes surgen de este país europeo. Algunos nos llegan muy cerca debido a la proximidad histórica, cultural e idiomática. Sin embargo, aquellos que reviven los estragos y perversidades generados en la guerra civil por la falange fascista, encienden un fuego memorioso necesario de mantener, porque son crepitares que buscan, entre las oscuridades dejadas por la impunidad ¡JUSTICIA! ¡Aún buscan justicia!


Nuestro agradecimiento al Semanario Las Verdades de Miguel por la publicación del presente artículo en el año 2011

EL RESPLANDOR PUEDE LEER TU TERROR



Lo culturalmente dedicado a niños y niñas es relativamente moderno. En los llamados periodos de antigüedad y edad media, la infancia era un tránsito humano muy difícil, por las enfermedades y por el maltrato. Todas las mitologías de las culturas europeas están llenas de historias donde dioses y reyes planean asesinar recién nacidos por temor a ser desplazados de sus reinos. En Roma los sumos sacerdotes asesinaban a los varones catalogados de «elegidos» al mirarlos a los ojos, porque venían a enfrentar sus poderes. Cuando El Nazareno dijo: «Dejad que los niños se acerquen a mí», estaba expresando algo verdaderamente revolucionario, por esto Herodes ya lo había matado mil veces en el dolor de otros niños. Lo que hoy llamamos «cuentos infantiles» no tiene ese origen. Eran historias que según el estudioso ruso Vladimir Proff, explicaban los ritos iniciáticos y luego tornaron hacia la crítica social.