El prescolar sirve para ir a la primaria,
la primaria sirve para ir al bachillerato,
el bachillerato sirve para ir a la universidad
y la universidad no sé para qué sirve.
Testimonio de una
estudiante argentina de Escuela Básica
PELÍCULA LA ESCUELA DE
LA SEÑORITA OLGA (PIAZZA, 1991)
En este momento las visiones y prácticas sobre
la pandemia generadas por el virus COVID-19 son variadas y están colocadas en
distintas esferas de las sociedades con sus intereses e influencias grupales; se
trata de un problema de salud mundial. De la extensión y duración del mal igual
se tienen distintas ópticas que mantienen a los gobiernos, las clases
dominantes y a los pueblos en alerta y expectativa. De varios países han
surgido prototipos de vacunas augurando combatir y acabar con la afección, lo
que da esperanza y buena vibra, sobre todo desde la posibilidad de frenar la
indeseable y sufrida cadena de decesos, amainar el tormentoso contagio que
obliga al encierro, fortalecer la prevención, retomar el ritmo productivo en
todos los espacios (sobre todo el económico), recobrar la cotidianidad como el
bien social integral, el tesoro colectivo más apreciado y afectado: salir paulatinamente y con visos ciertos de terminar la cuarentena para
volver al confiado afecto de la calle, a la siempre seductora sociabilidad
política, a la conspiración para la amistad, a la defensa permanente de la vida, en
cualquier condición política en que se encuentre, pareciera ser muy importante.