«Trazo
y palabra lloran su viaje
hacia
el origen de Amalivaca
Yo
digo que sólo cambió de paisaje
Y
para sentirlo vivo
llevo
un poco de su vida
dentro
de mi guitarra»
Alí
Primera:
Canción
Al
Pueblo lo que es de César
Sembrar
a extraordinarios seres humanos y humanas es un oficio eterno de alta
humanidad. Cuando la vida cumple sus últimos hálitos sobre estos y
estas militantes del porvenir, quedan tareas por hacer para
preservarles la obra donde plasmaron la dinámica de los pueblos a
través del cultivo de conocimientos, de la investigación con
pertinencia social, de la práctica política a favor de la humanidad
o de la más bella solidaridad en el despliegue de las artes. Además
del dolor que embarga cuando la ausencia marca el paso entre estos y
estas seres estupendos y la vida cotidiana, queda la tarea de
preservación en la memoria de los pueblos para darles trascendencia,
queda abrir espacios donde dialoguemos con amor y pasión critica su
legado imperecedero, queda hacer de esa huella un estandarte de
bienes culturales para disfrute y reflexión del sujeto pueblo en
revolución, queda la siembra permanente.