Nada
más extraordinario que la política porque nos permite saber y establecer a
favor de quienes estamos y en contra de quienes pugnamos en el escenario social,
mientras colocamos en arte a nuestra conciencia. Esta dialéctica se dinamiza a
diario frente a nuestros ojos, debido a la velocidad con que los tiempos de la
autopista tecnológica aceleran los sentidos. Apenas con fracciones de segundo
las políticas en el tinglado de la Pacha Mama cambian, mientras pareciera que
todo sigue igual. Esta percepción siempre va a depender del lugar que se ocupe,
la información que se tenga, las posibilidades de diálogo comunicativo que se
puedan establecer, las proximidades a los espacios de decisión, la mediación
cultural que se realice, el indispensable ejercicio memorístico siempre al
vuelo y la conciencia que se tenga expandida para aceptar o rechazar lo que
armoniza o desarticula la percepción de la realidad; toda esta maravilla está
sumergida en un estado de complejidad
inimaginable.
jueves, 7 de noviembre de 2019
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