jueves, 23 de marzo de 2017

MEMORIAS DE UN EXORCISMO ANTICIPADO


«Grité:
"¿Quién mató a los Kennedy?"
Cuando después de todo,
Fuimos tú y yo
»

VIDEO DE ZAPRUDER
Ningún imperio mantiene su dominio sin una fuerte dosis de prevención, para esto destinan millones en recursos las 24 horas del día. La capacidad del imperio capitalista actual, de anticiparse a los acontecimientos futuros es sorprendente, si revisamos la historia reciente de su gran cancerbero EEUU. Es crucial el asesinato del presidente Kennedy (1963), tal y como es significativo el derrumbe de las Torres Gemelas (2001): 38 años que tienen detrás, sucesos donde hay una seguidilla de imposturas, producidas por agentes del poder mundial. Demostrado está que a Kennedy no lo mató Oswald, tal y como las famosas Torres no las derribó un complot suicida árabe. Ambos atentados vinieron de la ultra-oligarquía que manejó como siempre sus marionetas.

RONALD REAGAN
A un imperio, truculento como todos, ¿podríamos creerle que dos atentados cruciales, sucedidos en el año 1981, hayan ocurrido una vez ante los ojos del mundo y no millones de veces en las ediciones de cadenas multinacionales de telecomunicación? El 30 de marzo un tal John Hinckley Jr., disparó contra el recién electo presidente de EEUU Ronald Reagan y el 13 de mayo, un tal Mehmet Alí Agca (turco) disparó contra el Papa Juan Pablo II, el sacerdote polaco Karol Wojtyla. Ambos indiciados, cuyo móvil terminó siendo la victimización de los agredidos, fueron absueltos. Hoy a 31 años de falsedades y con tantas guerras inventadas ¿Por qué no pensar que ambos atentados fueron repetidos hasta el morbo, como parte de un montaje prefabricado? No olvidemos que Reagan iba a ser punta de lanza de la imposición del modelo neoliberal en el mundo y Wojtyla sería celebrado por las oligarquías globales como el Papa que acabó con el Pacto de Varsovia. Aquella victimización era coherente con lo cumplido luego por ambos personajes y una película estrenada en 1973 ya anticipaba este tinglado anticomunista de una forma sorprendente; se trata de El Exorcista (Friedkin).