Si quieres seguir la pista de los
pueblos, sigue su pista de baile.
Aníbal
Nazoa
PERIODISTA
VENEZOLANO
Si
algo es patrimonio cultural de todos los pueblos de la Pacha Mama eso es el acto
de bailar. Su ejecución personal y colectiva pertenece al género humano y se
incorpora desde la ancestralidad a todos los rituales hasta hoy. Así como la
división social del trabajo separó a la humanidad en desposeídos y poseedores,
en acumuladores y desheredados, de la misma manera el baile la divide desde la
emocionalidad en alegres y rígidos o amargados y a diferencia discretos. Alegres
son los pueblos desinhibidos, sumados al desenfreno del placer de mover el
cuerpo, de vincularse con lo desconocido a través de la música como mediadora. Rígidos,
amargados son las hegemonías, apegadas a su temor de perder el poder (el
control) o compartirlo, guardan las formalidades para ocultarse de lo humano. Discretos
son aquellos y aquellas que deciden ver el baile desde la barrera y con
sinceridad abstenerse de echar un pie.