“…
el
lenguaje convencional propio de la era de la comunicación, ese
lenguaje lleno de clichés y de frases hechas, ese lenguaje oído a
diario y que ya no dice nada, ese lenguaje no nos deja ver ni hablar,
porque nos lo da todo visto y nombrado. El lenguaje de nuestro mundo
es palabrería, cháchara insustancial, una especie de rejilla
convencional y falsa que nos impide ver, que nos impide expresarnos y
que nos impide la comunicación”.
Jorge
Larrosa
Una
de las zonas de dominio de los poderes imperiales sobre los pueblos
es el lenguaje. Desde distintas posiciones en los medios y con
diversas estrategias, los agentes imperiales, a través de sus
laboratorios de guerra constante imponen el lenguaje del
sometimiento. Fue así desde las antiguas Grecia y Roma poderosas,
pasando por los reyes medievales hasta la modernidad que aún estira
su voz manipuladora para hacerla llegar con poder a nuestro momento.