A mis nietas
Ghandi, Alanis,
Britny, Fabiola, Bárbara,
Valentina, Miranda y Eduaryelin.
Algunas tal vez serán guairistas
O tal vez magallaneras
O caraquistas como su abuelo
O prefieran el fútbol, o el cine
O la física cuántica, o la agricultura
porque así es la pelota:
redonda,
pero viene en una caja cuadrada.
A Carlos Tovar Bracho
In memoriam
quien nos aprendió
a nombrar el beisbol
a lo venezolano
ESTADIO DE SAN AGUSTIN |
Nada como conocer el beisbol cuando se tiene la edad de ustedes. Entonces me acercaba a la puerta del cuarto de mi Papá por las noches, como si fuese el fantasmita Gasparín, para escuchar el ruido de la gente salir de su radio transistor y la voz de los narradores hablando ese lenguaje de discurso venezolano y algunas palabritas inglesas, echando un cuento de gentes lanzándose una pelota, golpeándolas con un madero y corriendo hacia unas almohadillas. La afición del bisabuelo viene de por allá, por el siglo XX, de cuando el Cervecería Caracas era el equipo principal y rival del Magallanes. Él se había venido del pueblo yaracuyano de Urachiche y ancló por los predios de la avenida San Martín en Caracas.