martes, 28 de abril de 2020

ARCANGEL




A mi nieto Owen

El ojo en mano creativa
Cruza el tiempo iluminado
Busca el trazo caminado
Por la musa fugitiva

Veloz la raya furtiva
Asombra al asombro alado
Matiz con tinta elevado
A la hermosura cautiva

¿Qué uveros de Bari carga
Como colorida adarga
Este arcángel talentoso?

En esencia caraqueño
Tononó y gayón es dueño
De un hábil pulso grandioso




sábado, 25 de abril de 2020

EPISTEMOLOGIA



El problema hoy día es que no hay desiertos, sino sólo ranchos postizos.
THOMAS MERTON
Estadounidense
Monje trapense

Yo que no tengo abrazo para toda mi tristeza.
ROCIO NAVARRO
Venezolana
Cultora de la música y la poesía

Todo el barrio Mamera caía sobre mis hombros mientras pensaba al voleo de la mente, viendo en la inercia aquel cuartico de paredes azules desconchadas, alquilado para sobrellevar mis ausencias y separaciones, metido el ojo melancólico en el filamento del bombillo encendido como un pequeño mapa de las calles afluentes de la avenida intercomunal de Antímano, dadas a parecer de noche como un nacimiento navideño visto desde arriba o desde lejos o desde el Parque Central.

martes, 21 de abril de 2020

EL MONIGOTE FEMENINO SE TONGONEA DE NUEVO EN VENEZUELA





Deber impostergable de las fuerzas progresistas es,
por consecuencia, luchar con calor, entusiasmo y por todos los medios,
porque sean explotados directamente por la nación los recursos
naturales no renovables, el petróleo y el gas entre ellos;
por la independencia económica del país, por la liberación nacional.
¡No más concesiones, ni legales ni disfrazadas!
                                                                                 
SALVADOR DE LA PLAZA

ABRIL 14 DE 1970


Las mujeres han accedido a la política desde siempre. En las Europas las reinas tuvieron un protagonismo relevante hasta tal punto que algunas incidieron en el destino del mundo occidental con fiereza. Aunque tal vez la más famosa se caracterizó por la sensualidad; fue la troyana Helena, quien a punta de sus míticos encantos a Paris, fue transformada en el pretexto de una larga guerra. Isabel de Castilla tuvo rol decisivo en aquellos viajes de Cristóbal Colón más que con sus joyas, con su influencia; Elisabeth de Inglaterra promovió la famosa armada corsaria que incidió en la disputa por las tierras del Abya Yala y otras invasiones genocidas; Victoria, también inglesa, dejó huella en el mundo al imponer su famosa “moral” que reguló el humor, las procacidades, las traiciones y la hora del té. Incluso, se habla de que hubo una mujer papisa que mandó más que cualquier Papa en el Vaticano.

lunes, 20 de abril de 2020

MUHAMMAD ALI ZAIRE Y LA LUCHA CONTRA EL IMPERIALISMO

 


Hace un par de años, quizás tres, un compañero de trabajo nos refería con cierta nostalgia, cómo llegó a ser fanático de una actividad tan brutal como el boxeo, motivo por el cual, hoy no debía ser catalogada como deporte. Él hacía su comentario tras revisitar en internet ese prodigio de pelea cuerpo a cuerpo que fue el célebre combate Alí-Foreman llevado a cabo en Zaire, país africano.

domingo, 19 de abril de 2020

DESAFIO A LA SALUD



RAFAEL RANGEL 

(1877- 1909)  

CIENTIFICO VENEZOLANO

Tierra de extraordinarios y extraordinarias cuentistas es Venezuela, cuya proyección internacional ha sido trunca debido a la brutal y tradicional estolidez y torpeza de la institución cultural de la IV República que lamentablemente a la Revolución Bolivariana le falta superar.

Uno de los cuentos más geniales jamás escritos es El Diente Roto de Pedro Emilio Coll. Insuperable en eficiente brevedad; sencillez y asombroso planteamiento por lo novedoso. El nuestro escribe en varios párrafos el avasallamiento de la modernidad, los pasos del método científico y el fenómeno del positivismo.

jueves, 16 de abril de 2020

CUARENTENA




Cerrarse la puerta con llave es como embutir el mundo de afuera hasta muy cerca de la piel. No debe haber aldaba para llamar, ni timbre qué tocar sin antes echar una mirada de nariz y boca tapada de un lado a otro. Aunque la abriéramos, debe quedar la sensación de que continúa cerrada. Quienes están encerrados sólo pueden vivir de recuerdos. Todo comienza a ser ese poquito de intimidad siempre ahí, como esas beatas que hablan y oran a través de sus sombras y cuando se van las dejan para velar por el cumplimiento de sus penitencias. Hasta el televisor pierde su autoridad de tanto verlo sin mirarlo, cambiando sin cambiarlo de canal. Se nota aburrido el eterno amigo de nuestra alienación. Le saco la lengua y me río. Nada peor que un televisor frustrado y gobernado por nuestro fastidio. Su ojo acuoso apenas sirve para recordarnos atrapados en su red. Apagado, a veces me da la impresión de que Eduardo Liendo saltará de la pantalla vestido como El Enmascarado de Plata. También me han recomendado unas dosis de ajilei por las tardes, apostando con botones de varios tamaños. Una mujer me impide que desbotone las camisas. "Tranquila" le digo. "Los compramos cuando pase la cuarentena"; yo víctima de asaltos nietísticos. ¿Qué leer cuando la biblioteca siempre te ha mirado con sus tapas seductoras? ¿Educación? ¿Filosofía? ¿Religión? ¿Autoayuda? ¿Ciencia ficción? ¡Esto es ciencia ficción! No sabía que tenía tantos libros que no he leído. Te silba. Te llama ese orden cerrado de hojas subyugantes como prisioneras cansadas de ser adorno lánguido. Más valen esos títulos que dejamos a medio leer, recostados en la nada de un rodapié cómplice de nuestras siestas, que una laureada recomendación, al final somnífera. Suele ser gracioso un libro que termina infinitamente en cualquier página con nuestro sueño cada noche; como si tuviera una Sherezade oculta en el índice. No me encuentre yo a Corín Tellado compitiendo mis predilecciones con Heidegger o Condorito. Las arañas me temen porque no les dejo tela que adorne por más de media hora las paredes y el techo. Les pido disculpas arácnidas. Les deseo arácnidos sueños. Les aconsejo inextricables motivos arácnidos. Una mujer me ofrece café si hago el almuerzo. Varios niños me recuerdan que soy su abuelo, mientras riegan la sala de algarabía al comenzar un reggetón. Les evoco a Bartok y es como si les hablara en húngaro. Una niña me pide que escoja entre un sueño, un cuento o una utopía. Le recuerdo de cuando fuimos a la maternidad por ella misma y recibimos un bojotico de perfume dormido. ¿Por qué quiero encender un bombillo que ya encendí? ¿Por qué siento que ya agoté los recuerdos? Busco mis mejores anécdotas y ya me las conté en celebraciones vetustas. Apuesto a que es lunes y un coro de párvulos pilas me grita: "¡Sábado!", restregándome la abuelidad. "Ya me extraviaron el celular" -replico para vengarme y una mujer sale de la cocina en defensa de la nietidad: "Lo dejaste sobre el tanque de la poceta". Entonces me hago el institucional para dejar de pasar pena: "¿Ya habló el Presidente?". La mujer pasa medio rastrillando el reguero de juguetes: "Habló Jorge y dijo que hay que apretar las medidas". Esta mañana me devolví de un quiosco cerrado a buscar la mascarilla que dejé olvidada en el asombro. Escuché varias sonrisillas vecinas ocultadas por la sorna. Sentí cierta desnudez desconocida. De tan miradas circundantes, de tan ojos vigilados por un cielo donde Dios en lejanía parece asustado de nosotros, de tan pasos pisando a una amenaza que nos aplasta desde las suelas de los zapatos, quise inútilmente pasar desapercibido y lo logré. Todos andábamos huyéndonos. ¿El sospechoso imperialismo tendrá madre?, porque en ese momento se la recordé como letanía al viento. ¡Cómo no sean mis insultos, virus de retruque que lo acaben! Corro con la lentitud más apresurada que tengo. Recuerdo la escuela primaria guardando la distancia en la cola para preguntar por azúcar. En rastrear las ofertas, unas vituallas, el pan, algún amigo para hablar de las estadísticas (tema de moda) y vitoquear el desproporcionado cadereo feminil –ahora de incógnito- se me va mediodía. El broccoli no se ve ni tan mal, tampoco el jabón azul, ni la berenjena. Hay una tomatera enrojecida de tan madura, casi piche, que no puedo comprar. Recuerdo que nunca recuerdo textualmente lo que dijo Socrates en un mercado. A él lo perseguía una cicuta diferente a ésta que algunos instalaron en una contaminación provocada. Hablar con mascarilla tiene su filin. Hasta las mujeres expresan el engolamiento atenorado de los doblajes de las películas. Mirar a través de la ventana es escuchar un susto oculto, viajero de otros sustos más ocultos y así sucesivamente hasta el infinito. He fregado los trastos varias veces y nada pasa, nadie me felicita. Mi hija médica y sus colegas triplican el horario y la aplauden por las redes. Cada quien en su hazaña. Aquella mujer que creo haber nombrado hace rato, me recuerda que soy su esposo, si le rasgo un picor que tiene en la espalda. Cuando se tongonea por el paso de mis uñas la hallo como la abuela más hermosa del mundo. Me pregunta con cariñoso mandato: “¿Regaste las matas?”. “¡Y hasta recé con ellas!” –le respondo con el heroico desdén de mis doce años. He ido del baño al cuarto, del cuarto al baño, como en diez kilómetros; me miro la barriga, juro que la mido con una cinta métrica para ver si da resultado. Ni pienso revelar nada porque mi barriga no es objeto sanitario: ¡Creo yo! Que la gata nos encuentre extrañamente reunidos tan seguido es como demasiado sencillo para ella. Le basta con venir a restregarse y ya. No sabe de este susto. El aburrimiento de los gatos es su mayor atributo. No llamaremos a ningún psicólogo para hipnotizar su progenie felina. La tortuga me observa desde un rincón y nada me aporta. Dicen que los animales no mueren de esta pandemia; no aparece en la Biblia. Ya sabemos del único animal que muere. Mi padre me habla: -“te lo dije siempre”- desde una cañuela marrón. “Despedirte siendo marxista no te da la potestad de seguirme criticando. ¡Quién te viera con tu mascarilla! ¡Mira que te la dibujo en el retrato!” -le susurro amenazante en medio de un silencio que ya se ha transformado en pegoste y finalmente le hago el saludo militar. Esto es como si el año se terminara cada noche y no hay Billo que ayude a despedirlo. Mientras mis nietos se hacen viejos yo me hago más joven. Cada vez que suena algún timbre en el pasillo siento que el virus me solicita. “¿Está fulano?”, preguntaría a la mujer que no descansa (el muy sátrapa) mientras yo le hago señales negativas a su lado. Si llegara cerca, pienso enfrentarlo con mi mascarilla colgada en el baño, mis guantes de doctor House y mi batallón de valientes hipertensivos. Jamás pasará. Lo detendrá la esperaza. 



lunes, 13 de abril de 2020

EDUARDO GALEANO: ABRIL PARA LAS MEMORIAS DEL FUEGO


Ojalá Memorias del fuego pueda ayudar a devolver a la
 historia el aliento, la libertad y la palabra.
A lo largo de los siglos, América Latina no sólo ha sufrido
el despojo del oro y de la plata, del salitre y del caucho, del cobre y del petróleo:
también ha sufrido la usurpasión de la memoria.
Desde temprano ha sido condenada a la amnesia
por quienes le han impedido ser.
EDUARDO GALEANO 


El fuego es uno de los cuatro elementos esenciales de la vida. Junto al agua, el aire y la tierra, nos constituye. Somos fuego. Toda la ancestralidad cultural de la Pacha Mama tiene grandes referencias a la creación y origen del fuego. Es central. Así como el terremoto de la tierra, el huracán del aire, el tsunami del agua, el volcán puede mostrar su fuerza transformadora. Sin embargo, Nada como, -en esa soledad consigo mismo o misma o en comunión- sentados y sentadas sobre la tierra, tomar un puñado de sus elementos en las manos, olerla, besar a nuestra madre; mirar las grandes montañas, los riscos, las explanas, los desiertos. Nada como sentir la brisa sobre el rostro, irse con el viento que anima los árboles a perpetuarse en las semillas que flotan hacia la fecundidad. Nada como estar frente al mar sosegado y sentirse pequeño o pequeña, ante ese murmurar sagrado en movimiento perpetuo del líquido que nos cuenta la historia del universo. Nada como sentarse alrededor de la fogata benefactora, calórica, antigua, para mirarnos en lo que somos, en lo que seremos, en lo que seguiremos siendo: vida. Ese fuego que emana la tierra desde aquella primera singularidad es encontrado y brindado para nosotros y nosotras por el escritor uruguayo Eduardo Galeano, desde lo que seguimos siendo en nuestro Abya Yala, en un libro: Memorias del Fuego.

viernes, 10 de abril de 2020

VENEZUELA: EL SILENCIO DEL 12 DE ABRIL DE 2002




Entonces yo pregunto por la noche. Qué silencio de luz.
Francisco Salazar Martínez (venezolano)
POEMA: SOL AMERICANO


AQUILES NAZOA 
El poeta venezolano Aquiles Nazoa (quien dicho sea de paso, en este año 2020, está de centenario) dijo que para finales de los años 50 del siglo XX, los venezolanos y las venezolanas tenían el mejor manejo oral del idioma castellano de todo el Abya Yala, por sindéresis, fraseo, pronunciación, belleza, creatividad; y además veía con preocupación, cómo desde los años 60 esta bondad idiomática se estaba deteriorando. Seguramente, la dichosa aseveración del poeta se debió en parte, al proceso político de luchas por alcanzar la democracia entre estas décadas, que significó un tránsito de repunte en las lecturas de la realidad, con énfasis en la formación política dialogante entre los grupos que pugnaban por los cambios y la sociedad plena; recordemos también que en Venezuela, desde el período de gobierno del general Isaías Medina Angarita  (1941-1945) se implantó el modelo de las Repúblicas Escolares que respondía a la llamada corriente mundial de la Escuela Nueva, y que colocó a este país entre los primeros con mayor nivel educativo de la región. Es probable que la preocupación del poeta girara en torno al establecimiento de la IV República (1958) que estatizó al llamado Pacto de Punto Fijo, el cual trajo consigo, entre muchas calamidades, la represión social y política que invisibilizó a sangre y fuego las acciones populares, la merma de aquel nivel educativo ganado con esfuerzo de años, la imposición del silencio ante las manifestaciones de cualquier índole. Sin embargo, todo silencio impuesto por las hegemonías siempre ha sido respondido por el pueblo venezolano con la movilización y las acciones colectivas necesarias.

viernes, 3 de abril de 2020

LA CONSULTA

 


LA CONSULTA O EL REMEDIO
DE CONTEMPLAR EL ENGAÑO
ESPERANDO SIN EL TEDIO
AGUA CALIENTE DEL PAÑO

Charango Figueroa

EL AUTOR
Es un escrito supuesto
Para un pueblo vencedor
Del triunfo merecedor
Que al truhan le da su puesto

NARRADOR O NARRADORA
En esta obra señores
Preciada de ser sainete
El público es el jinete
Las señoras ruiseñores

No es obra del mal de amores
Ni de viles dando fuete
Tal vez se encuentren los siete
Pecados con sus dolores

Se trata de un monigote
Que se dice atormentado
Porque se siente pagote

Está bajado de grado
Mandado para el cipote
Va de consulta infiltrado

PORTERO
¿Eres tú quien pidió cita
Parando a Don Godofredo
El que desata el enredo
Para quien lo necesita?

MONIGOTE
Te exijo ser más prudente
Y al vuelo no me tutees
No sé qué diablos te crees
Mira que soy Presidente

PORTERO
Perdone Usted que fue en broma
Disculpe mi poco tino
No me pareció tan fino
Más bien mezclote de goma

MONIGOTE
Pues señálame derecho
Deja ya de tanto pujo
Dirígeme adonde el brujo
Que ya me tienes arrecho

PORTERO
¡Pase pase majestad!
Siéntesele bien de frente
Deje que se lo presente
Que ya tiene potestad

NARRADOR O NARRADORA
Y pasó el autonombrado
Tapándose la espinilla
A tientas buscó una silla
Cintura de medio lado

DON GODOFREDO
Evitándonos el trece
Número de mala junta
Don Godofredo pregunta
Qué carrizo se te ofrece

MONIGOTE
Me desayuno con vino
Y con arepa redonda
Cómo quieres que responda
Si tú eres el adivino

DON GODOFREDO
No creas que estoy estrellado
Mi cabello no es de nieve
En cartas soy quien la mueve
Y ya te tengo pillado

MINIGOTE
Aquí no hay buena presencia
Ni algún diploma en cañuela
Sólo la foto en tachuela
de una vieja en imprudencia

DON GODOFREDO
No habrá bochinche o bululú
tampoco un dragón choreto
un poco de más respeto
ésa es Madame Kalalú

MONIGOTE
Creí que estaba perdida
Millonaria por salsosa
Bola de cristal golosa
Dime ¿Qué fue de su vida?

DON GODOFREDO
Fue maestra y mi levante
Me aprehendió todos los trucos
Paralizaba vejucos
La justicia le echó el guante

MONIGOTE
Entonces veme diciendo
Lo que pasa por mi mente
Pues ya me siento impaciente
Vayámonos entendiendo

DON GODOFREDO
Te diré cómo esto encaja
Qué me ofrece bendiciones
Porque son combinaciones
De espíritu con baraja

NARRADOR O NARRADORA
El brujo muy concentrado
Cerró los ojos con fuerza
Demostró que quien almuerza
Se conecta involucrado

DON GODOFREDO
¡Invoco y amanso la fiera
Barajando la jugada
Conjuro toda celada
Y que sea lo que Dios quiera!

NARRADOR O NARRADORA
Cerrado todo vocablo
Porque la lengua se enreda
Entre azufre y humareda
Se presentó el mismo Diablo

DIABLO
¡Oh brujo cómo me azoras!
Dime cuál es el asunto
Intrigado te pregunto
¿Por qué llamas a estas horas?

DON GODOFREDO
Te llamo Rey tenebroso
No esperaba tu presencia
Perdóname la impaciencia
Que este tipo es quejumbroso

DIABLO
Te recuerdo que soy jefe
Y mi tiempo vale fuego
Intrigado por el juego
¿Quién es este mequetrefe?

MONIGOTE
Esto ya se puso feo
Y me he quedado sin credo
Dígame Don Godofredo
¿Dónde está que no lo veo?

DON GODOFREDO
Aquí yo pongo estas cartas
Las parto inmediatamente
Mete la mano y presiente
Entre décimas las cuartas

MONIGOTE
¿Esta jugada es a ciegas?
¿En qué lio estoy metido?
Ahora le veo sentido
O te subes o te friegas

DIABLO
A esta baraja la tiento
Habla de la procedencia
Ya te explico mi presencia
Este tipo es mi instrumento

MONIGOTE
¿Qué futuro me depara?
¿Lucifer qué te comenta?
Brujo sácame la cuenta
¿Por qué pones esa cara?

DON GODOFREDO
Él no da saltos de rana
Y no tiene desperdicio
Tal vez tú has perdido el juicio
Pero él dice que es tu pana

MONIGOTE
No lo veo ni le conozco
No me consta lo que dice
Es mejor que te precise
O yo me pondré muy hosco

DIABLO
Lo hizo sin disimulo
Precísale la incidencia
En una marcha de urgencia
Al gringo le peló el diente

DON GODOFREDO
El Diablo conoce al cliente
Ya me dijo tu cloquera
Los gringos te dan loquera
Y que te ponen caliente

NARRADOR O NARRADORA
La consulta agarra clima
El monigote no alcanza
El brujo le da balanza
Y el Diablo pierde la rima

MONIGOTE
Este Diablo sí es sincero
Lo gringos me han dado todo
Pero ahora que soy lodo
Quieren dejarme el pelero

DIABLO
No disfrace de cautivo
No se sienta destrozado
Bastante lo que ha gozado
Que no se guarde el motivo

DON GODOFREDO
Belcebú ronca y murmura
Que tú estás en la jugada
Con la moral amarrada
Y que eres leña segura

MONIGOTE
Brujo por favor ¡Pregunta!
Por si lo puede observar
Si yo podré conservar
La presidencia presunta

NARRADOR O NARRADORA
¡Por Ulises y Jonás!
Espectadores sensibles
Entre sucesos terribles
¡La risa de Satanás!

DON GODOFREDO
No me hagas reír al medium
Que para mí es un lingote
Modérate monigote
¿Es que no tienes remedium?

MONIGOTE
La risa la he comprendido
Sé que es una presunción
Con ninguna solución
Pero me siento ofendido

DIABLO
Cómo va este seso hueco
A pretender continuar
Lo que no tiene lugar
Ni simulando ser sueco

DON GODOFREDO
El espíritu declama
Que nunca tuviste nada
Sólo fuiste una carnada
Para tontos en proclama

DIABLO
Pregúntale por los riales
Que le dieron en el Norte
Por eso tiene ese porte
Colocado en los sitiales

DON GODOFREDO
Este Diablo sin orgullo
Quiere que la insidia junte
Él propone que pregunte
Qué hiciste con el biyuyo

MONIGOTE
Soy joven que siempre gana
Y alboroto el avispero
Pero si he de ser sincero
Estoy en la carraplana

DIABLO
¿A qué sesión me trajiste?
No se ha quedado en la suela
Por esto te cae a muela
¡Ay brujito te embromaste!

NARRADOR O NARRADORA
No hay truculencia que baste
A un monigote con plata
Lo digo con toda lata
“Superchero equivocaste”

DON GODOFREDO
Yo no equivoco la rima
Como Satanás se jacta
Lo que es a mí no me pacta
Después de estar en la cima

DIABLO
No soy un diablo grosero
Yo tengo vocabulario
De tormentos solidario
A cualquiera dejo en cero

MONIGOTE
El Diablo ¿qué te runruna?
Los presiento modositos
Trozándome en pedacitos
Como en batalla moruna

DON GODOFREDO
Vienes emperifollado
Con tu facha rebuscada
A mí me das mi mascada
Y que caiga de contado

DIABLO
Dile que a mí no me engaña
Ni que le den contorsiones
Conozco sus inversiones
Colocadas en España

DON GODOFREDO
Satanás no tiene rabo
Para lucirse con diablas
Espera el millón de tablas
Constantes al fin y al cabo

MONIGOTE
Con infierno no hay apuesta
Mi perfume es de cosecha
No soy el que da sospecha
Con bromuro que no apesta

DIABLO
Recuérdale de su tranca
En la Asamblea engordada
La presidencia engañada
Con whiskey en la Casa Blanca

DON GODOFREDO
Te pregunta el sulfuroso
Por las juergas bacanales
Que en los washington son tales
Como en un cuento escabroso

MONIGOTE
El trajín a mí me estresa
Y yo busco relajarme
La juerga va a despojarme
De lo que no me interesa

DIABLO
Fronteras él va gozando
Festivales en remesas
Mientras rompe las promesas
Sus seguidores guindando

DON GODOFREDO
Satanás siempre entromete
La pregunta complotada
¿Por qué dejaste embarcada
A tu gente en el paquete?

MONIGOTE
La política es compleja
Placeres a compinchar
Y se debe aprovechar
Que la gente es muy pendeja

DIABLO
Dicen que uno se enrolla
Siendo diablo con espuela
Me pregunto en cuál escuela
Educaron a esta joya

DON GODOFREDO
Tu palabra va adelante
Pero coincido contigo
¡Este tipo ni de amigo!
¿No lo quieres de ayudante?

MONIGOTE
Aunque al Diablo no lo avisto
Interpreto la conversa
Lo que la vida reversa
No lo arregla Jesucristo

DIABLO
En mis hornos tengo establos
Suficientes con hornilla
Para chamuscar parrilla
De quemar a pobres diablos

DON GODOFREDO
Tú causas mil sufrimientos
Buscando la perdición
Igual que la maldición
De un patán sin sentimientos

DIABLO
Si van con el lagrimero
Ese sí que no es mi estilo
Al tormento yo lo alquilo
No me calo a Calimero

MONIGOTE
Luego de la cuarentena
Que los gringos me cesanten
Al pire antes de que canten
Me les voy sin la condena

DON GODOFREDO
No esperes ponerte viejo
Huyendo cuando te apuren
Dirán cuando te capturen
"El proclamado pendejo"

DIABLO
Mientras lo juzgan él baila
No le saldrá pena leve
Cuando la parca lo lleve
Allá le guardo su paila

NARRADOR O NARRADORA
Aquí el sainete se acaba
Con moraleja en candor
Diciendo este mediador
Se acabó lo que se daba

Mejor se guarda la aldaba
Y se corre el pasador
De una puerta que el pudor
A la historia no cerraba

Hay políticas mejores
Que esta politiquería
Infectada de favores

Distinto mundo sería
Donde no hubiera temores
De sufrir esta jauría