domingo, 18 de febrero de 2018

“¡ME LOS RASPO A TODOS!”


Sólo una cosa no hay: Es el olvido”


Jorge Luis Borges


El Comandante Hugo Chávez supo aprovechar el poderoso estado tecnológico del mundo en el siglo XXI, para quedarse en el imaginario de la gente, en todo sitio hasta donde llegó su influjo; y el mundo de este siglo decisivo para la humanidad, también se entregó, mientras pudo, a los encantos de un personaje inédito que salió de las catacumbas del pueblo venezolano. Cuando era Presidente, una tarde Chávez, en su querido y admirado programa televisivo, quizás cansado ya de que le llegaran las innumerables quejas de la gente frente a las ineficiencias y venalidades de funcionarios de su gobierno, que gozaban a costa de su prestigio, configuró una feroz autocrítica que finalizó señalando con su mirada y palabras a los partidarios que lo veían atónitos. El Comandante finalizó su dramático llamado amenazando: “¡Me los raspo a todos!”; en clara alusión a que sacaría del cargo a los responsables. Esto le costó no pocas acusaciones de los reaccionarios que editaron esta última frase, para señalar los acostumbrados lugares comunes. Sin embargo, muchos pensamos expectantes: “Al fin Chávez va a sancionar a alguien de su tren ejecutivo”. No fue así. No tuvo el tiempo. Continuaron los enroques y salidas silenciosas.