domingo, 23 de abril de 2017

BATALLA



Soy tu combatiente

Aparto algas de tu desnudez
Restos de espumas y caracoles
La arena de tus senos
Los ecos de un alcatraz de tus ojos

Soy tu combatiente

El Ave Fenix me recibe con tu abrazo
Indago la próxima batalla
Hay una fogata en el lecho
Sonrisas conjuran la muerte

Batallas de piel brotan de nuestras raíces
Tempestades corpóreas auguran sudores
Una cadena de ruidos universales baja de los infiernos
Tuyo y mío es el desafío de elevarse o no hasta los confines

¿Por qué si no estás oigo tu voz?
¿Por qué tus angustias me recuerdan a Palestina?
Eres esa reinvención que me espera ardiendo
Sé que una aurora te anida en palpitares

Soy tu combatiente

Y en cada saliva tuya hay un eco en alerta
Renazco en la tierra donde acaecí sorprendido
Me escuchan una selva un canto y tus anhelos
Apuñalo el delirio con cuentos de mi vida

Soy tu combatiente

¿Acaso estas olas esta arena y este mar me lo has regalado?
¿En qué lugar las tempestades del sur hicieron nido?
Basta con imaginar la distancia entre tu ombligo y tus rodillas
Apareces… y tus justanes huyen despavoridos ante mi avalancha

Deletreo oraciones invocando llamados
Habrá templos donde acepten mis desvelos por tus caderas
¡Qué manía verte como la diosa de una taberna en jolgorio!
El trago en un pequeño vaso y una rocola recitando canciones olvidadas

Carta de una baraja entre nosotros
Lees la vía láctea con embrujos calmados
Invocas todos los desiertos y todos los silencios
Decretas las artes de creer en mí como un augurio

Soy tu combatiente

Y te dejo mis armas esenciales
Mis ojos para tus insomnios
Mis manos para tus artilugios traviesos
Mis pasos para que dibujes el silencio

Y eso sí… te dejo mi cuerpo
Para que tu pubis lo mantenga despierto
Restregado en dianas imbatibles

Porque soy tu combatiente











Del poemario inédito El Pozo de los Anhelos

TAZA DE MANZANILLA HUMEANTE


PAPAGAYO
Tenía cuatro colores cruzados en su figura romboide: blanco, verde, rojo y negro. En el espacio de cada color se explayaba una estrella contrastante: en el blanco era negra, en el verde era roja, en el negro era blanca y en el rojo era verde. En derredor le revoloteaban flecos amarillos que pasaban por sonrisas o saludos. Para la Tía Lina era un duende caído del cerro, atrapado por las ramas del mango. Reprendió al tristón árbol por atrevido y desconsiderado, conminándolo a dejar libre su presa; le habló con consideración y mucha preocupación al duende. Se lamentó de su traviesa suerte: “Vaya que a los duendes siempre les pasan cosas graciosas”, dijo en voz alta mientras buscaba en el suelo una vara larga (ya se sabe de la peculiar estatura de los mangos: ni muy alta para escalarlo con heroísmo, ni muy baja para planificar acrobacias sin correr peligro); la Tía sonrió con tranquilidad al ver impotencia en el cuerpo del duende atenazado por la enramada.

Fue a la cocina y trajo una taza de manzanilla humeante para ofrecerla al duende observado desde abajo. Intentaba zafarse ayudado por el viento, pero su esfuerzo era inútil, sólo sonreía o saludaba con sus flequillos, mientras la Tía Lina pensaba cómo ayudarlo a salir de su prisión. “Salta”, le decía, “Utiliza tus poderes mágicos”, pero el cruce de colores parecía sentirse agradado entre el enramado. “Vuela”, gritó al momento de mirar al cielo y sentir las nubes rozar al duende en su limitado movimiento. Cuando el viento se iba, dejaba una brisita coquetona y la Tía Lina se esperanzaba a sí misma, pues creía a su duende alcanzar el azul de la inmensidad. “No te dejes dominar por ese monstruo de mil tentáculos”, gritó con todas sus fuerzas, “Diré las palabras mágicas para que esa monstruosidad te deje libre: Viento y brisa reúnan su poder / A su montaña al duende dejen volver”. Extendió su brazo izquierdo, abrió su mano como si de los dedos salieran potencias invisibles y dio una mirada penetrante a aquellos colores bailantes.

LA ESTRATEGIA DEL CARACOL: CLAVE DEL PODER POPULAR


«El Paisa: Y el punto final fue esta gesta epopéyica popular.
Periodista: ¿Puede repetir eso?
El Paisa: ¡Gesta epopéyica popular!
Periodista: Esta bien Don Gustavo: lo que no entiendo es todo esto ¿para qué?
El Paisa: ¿Para qué? ¿Cómo que para qué? … ¿Para qué le sirve a usted la dignidad? ¿Ah? ¿Esa palabra no existe o qué? ¿O no la usan ya en televisión? ¿Cómo que pa’ qué? ¡Pa’ la dignidad, hombre! ¡Pa’ la dignidad nuestra! ¡Cómo que pa’ qué… pregunta este guevón! (dice molesto dándole la espalda al periodista) 
  

Al pueblo siempre se le subestima y es tarea permanente de los poderes oligárquicos, hacerlo. Mostrar las luchas populares como episodios fragmentados, dispersos y fracasados está en la capitoneada agenda de la burguesía. Es por esto que en algunos sitios de la web se habla del filme colombiano La Estrategia del Caracol como una película “optimista”: ¡Claro! Es optimista plantear que el pueblo no pierde, plantear que obtiene logros, que resulta victorioso. El optimismo puede ser ideológicamente tramposo, si se plantea sólo como un mensaje superficial, para engordar el entretenimiento y tranquilizar los ideales; es por esto que a las manifestaciones del pueblo se les destina un optimismo hipotético, etéreo, celestial como el planteado en muchas religiones, o en ciertas leyendas, nunca se habla de un optimismo permanente cuando se trata del espacio popular. Al pueblo siempre se le pretenden las migajas y la boca abierta, mientras unos pocos privilegiados se comen el pan recién salido del horno. En cambio, en el filme La Estrategia del Caracol dirigido por Sergio Cabrera (1993) el planteamiento es diferente. Aquí se relata que el pueblo gana y además se dice el porqué obtiene la victoria. Esta parece ser la clave.


Legalidad oligarca versus creatividad popular

«Y la próxima vez que usted me llame Perro, lo denuncio».
Defensor Romero

LA MAGIA DEL PAISA
Quizás estamos ante el filme latinoamericano más genialmente realizado y lo decimos por muchas razones que en esta página no se lograrán explicar totalmente. Se entrecruzan sus planteamientos y símbolos de tal manera que surge uno nuevo en cada oportunidad de remirarlo y analizarlo. Deben ser infinitas las veces que La Estrategia del Caracol ha sido honrada con el Foro-Cine —la más alta distinción para cualquier realización cinematográfica— y deben ser enésimas las interpretaciones emanadas de sus escenas vinculadas por un guión y montaje sin precedentes.