Dedicado al escritor venezolano Aníbal Nazoa quien dijo:
"Si quieres seguir la pista de los pueblos, sigue su pista de baile"
Cuando
cruzábamos nuestra infancia queríamos ser autónomos y los adultos
lo impedían. Al nacer, anhelábamos explorar el mundo a nuestro
antojo y nos amenazaban si queríamos ponerlo en práctica. Nos
asaltaban con toda clase de imposiciones y amenazas, tanto, que hasta
“lo infantil” era decretado (y desacreditado) por los adultos.
Por
ejemplo, nuestro mejor juguete siempre ha sido el que hacemos desde
nuestra propia experiencia. Por lo general, los juguetes que nos
regalaban los adultos no nos gustaban del todo (no pocas veces eran
los que ellos quisieron tener) o nos eran inducidos por la
publicidad. Terminábamos aceptándolos y hasta deseándolos.