domingo, 31 de marzo de 2019

DIABLOGOS VIII


Mistes Danger Jr. acude a la cita con el agente secreto gringo Phil Sperkivinskiki Morgan para tratar asuntos urgentes acerca de ese país transformado en dolor de cabeza que se llama Venezuela. Veamos lo que hablan…

MDJ: Me costó mucho trabajo llegar hasta aquí y reconocerte.
PSM: A mí también me costó mucho llegar pero reconocerte me fue muy fácil. Esa cara de agüevoneado y perdedor que tienes no la brinca un venado.
MDJ: Disculpa Phil, pero con ofensas este diálogo no llegará a ninguna parte.
PSM: Diálogo, diálogo, diálogo. Esa palabrita ya nos tiene cansados en el Pentágono. ¡Ya nos ladilla! Nos sabe a mierda el diálogo. Estás hablando como el Autobusero. Ya nuestra paciencia se nos agotó. Esa fórmula del apagón no está haciendo ningún efecto.
MDJ: Deben tener paciencia.
PSM: ¡Paciencia! ¿Cuánta más? Tienes varios años pidiéndonos paciencia y no pasa nada. Ese gobierno no termina de caer.
MDJ: Mira Phil. Deben observar muy bien lo que está pasando en ese país. Fíjate como los tenemos pasando trabajo. Dentro de poco piden cacao.
PSM: ¿Cacao? ¡Qué cacao un coño! Lo que queremos es que pidan invasión. ¡Invasión! I, ene, ve, a, ese, i, o, ene… ¡INVASION!
MDJ: Falta poco Phil, muy poco. Hay unos que la están pidiendo.
PSM: ¿Poco? Creo que falta que jode. Los que salen pidiendo invasión son esos bolsas de la clase media que no mueven ni la basurita que les cae en la puerta del edificio. Queremos que sean los tierrúos los que pidan nuestra intervención directa. Mira la vaina. Te pregunto: ¿Con cuántos agentes llevamos tratando el asunto de ese país contigo?
MDJ: En verdad van varios agentes.
PSM: ¡Diez agentes! De a dos por año. ¿Te parece poco? Nos calamos al Comandante y se murió. Entonces creíamos que el mandado estaba hecho, pero no. Ahora es el Autobusero como Presidente. ¡Qué vergüenza! Nos calamos al negrito Obama en la Presidencia y todavía en este maní. ¿Hasta cuándo? nos pregunta el Jefe Mayor a cada instante. Nos despierta en las madrugadas para recomendarnos el regalo que le vamos a dar a nuestras viejitas el Día de la Madre. Tú no pegas una, Mister Danger.
MDJ: ¿No me digas que la jugada con el monigote no fue magistral?
PSM: ¡Ese pendejo, Mister Danger! Cada vez que lo vemos en los medios sentimos el mismo agüevoneamiento que le transmite a sus “masas de seguidores”. Tu sabes, Mister Danger, que esa opción se agotó.
MDJ: No Phil, nada de que se agotó. Ahora mismo estamos en la fase de su incursión en las comunidades. Fíjate cómo está moviendo gente.
PSM: Síiiiiii… moviendo la misma gente de siempre. Son los cagaos de la clase media pajúa, pero en los barrios lo están sacando a tomatazos, porque si los deja la policía son patadas por el culo lo que van a recibir.
MDJ: El muchacho tiene carisma. No lo puedes negar.
PSM: A nosotros no nos interesa ya el carisma. Queremos que arrastre masa mugrienta para que saquen del Palacio al Autobusero.
MDJ: La idea de los apagones es fabulosa, no me lo puedes negar, Phil.
PSM: Lleva mucho tiempo ya: mucho tiempo, demasiado para nuestra ansiedad.
MDJ: Hay que esperar hasta que la productividad del país se agote, hasta que se les pudra la comida en la nevera, hasta que no se puedan bañar y ya veras que la entrada a ese país se va a realizar sin costo alguno para nosotros.
PSM: ¿Por qué no han salido a la calle a tumbar al Autobusero?
MDJ: Porque no son güevo…
PSM: ¿Cómo?
MDJ: Digo… porque tienen una capacidad de resistencia muy fuerte. Están organizados y tienen esperanza.
PSM: ¡Qué esperanza ni qué carajo! Con esperanzas no se come. Fíjate que mientras estamos perdiendo el tiempo contigo, los rusos ya se instalaron y los chinos están enviando toneladas de medicamentos.
MDJ: Debemos ver muy bien estos aspectos. Las ideas del Comandante han logrado calar hondo en ese gente y son la mayoría. Tienen el ejército de su lado, si no lo hubiésemos tumbado ya. Y tienen una cosa que es difícil de quebrar...
PSM: ¿Qué cosa es ésa, Mister Danger?
MDJ: Dignidad, Phil, dignidad.
PSM: Nuestro gobierno siempre le ha colocado buen precio a la dignidad y nos ha dado excelentes intereses.
MDJ: Ahora hay que ver muy bien, porque este pueblo está más duro que la recta de un pitcher japonés.
PSM: ¡Ahhhh! No me pronuncies esa palabreja.
MDJ: ¿La palabra PUEBLO?
PSM: Sí. No me la vuelvas a pronunciar. En la Guai Jaus está prohibida. Al Jefe se le mueve el bisoñé si se la dicen y salen por su boca dragones y cañerías. Mira, Mister Danger. Estás en la hora de batir el coctel. Tienes todos los ingredientes en la cabinera, lo que falta es batirlos y ya.
MDJ: Si, pero batirse con… esta gente es de cuidado. Se nos puede enredar la situación.
PSM: ¿Qué enredar nada Mister Danger? Nosotros somos el imperio. Contra nosotros no hay quien pueda.
MDJ: Recuerda Phil que esa gente ya se coleteó un imperio hace dos siglos.
PSM: Pero recuerda Mister Danger que nosotros hablamos inglés. Mientras ellos tratan de traducirnos nosotros los vamos demoliendo. Ya verás.
MDJ: Te propongo que esperemos el resultado de los apagones consecutivos y si no pasa nada entonces me botan; ponen a otro.
PSM: Si no pasa nada es que el Autobusero se siguió consolidando. Y no te botaremos jamás, ¿Sabes por qué?
MDJ: ¿Por qué, Phil?
PSM: Porque tú eres quien hablas con esos cipayos arrastrados y sinvergüenzas. Al Jefe le dan ganas de vomitar cada vez que los ve. Tú te los calas con sus adulancias, sus verborreas asquerosas, sus arrodillamientos. Cuando todo esto termine a favor nuestro, te vamos a condecorar con la orden George Washington en su primera clase y otra orden más importante para tu salud.
MDJ: ¿Cuál?
PSM: Una orden para el Death Ball Memorial Hospital para que te operen los testículos que ya los debes tener super hinchados.
MDJ: Lo dirás jugando.
PSM: No Mister Danger. Es en serio. Recuerda que los imperialistas no decimos nada en juego.
MDJ: Cierto, Phil, muy cierto.
PSM: Entonces, Mister Danger, sigue echándole bolas como hasta ahora. Así te duelan.
MDJ: Será un camión.
PSM: Que sea un camión.



¿QUÉ NO ES POSIBLE? TODO ES POSIBLE EN LA DIMENSIÓN DESCONOCIDA


En el año 1959, el escritor estadounidense Rod Serling, presentó a la Metro Goldwin Meyer la idea de una serie de televisión que llamaron Twilight Zone (Zona del Crepúsculo), expresada en castellano Dimensión Desconocida, que serviría para colocar temáticas problematizadoras de la sociedad de Estados Unidos EEUU y aproximara con metáforas sencillas, ciertas realidades de la teoría de la relatividad y la física cuántica. Para aproximarnos a su trascendencia, evocaremos el texto, siempre persuasivo de su productor, quien nos decía al inicio de cada capítulo: «Estamos viajando hacia una dimensión distinta a la del mundo de la visión y del sonido, el reino sorprendente de la imaginación donde todo es posible: La Dimensión Desconocida».