jueves, 9 de diciembre de 2021

VIBRACIONES EN BLOG PREMIADO

 


Nuestro agradecimiento:

Al comandante Hugo Chávez Frías.

Al gobierno bolivariano por promover estos espacios de estímulo a la lectura y la escritura: caras de un mismo sol y de una misma luna.

Al Centro Nacional del Libro CENAL

Y al pueblo venezolano.

 

Ha sido un premio del canto del cosmos en su danza armonizada hacia todos los caminos por imaginar. Del tiempo nacido en las voces de todos los universos en el coro del movimiento inicial. De la luz y de la sombra en sinfonía secreta con el infinitesimal paso de las galaxias. De los intentos de proximidad al Dios en que cada quien cree o descree y de la meditación en la cual la oración se hace ritual poderoso. Del espacio subatómico; oleaje partícipe en los navíos impetuosos de las nuevas conciencias habidas en el multiverso por seguir develando. Del laborioso tiempo en el cual la Pacha Mama trabaja en favor de las edades forjando naturalezas intrincadas. De las piedras ancestrales repujadas en rostros de provenir entre caudales de ríos y canoas. Del desnudo tambor llamando al recuerdo negro en percusiva exposición de baile, belleza y sabiduría.

Al paso incesante del esfuerzo humano por hacer del trabajo un triunfo del porvenir, ha de llegar este premio. A la entrada a la escuela, a la salida al recreo, al retorno a casa con el rostro infantil lleno de batallas ganadas al aprendizaje. Al alelimón sudado y saltado entre carcajadas jolgoriosas. Al satisfactorio encuentro de la docencia con la vigilia del conocimiento. A los latidos del corazón de quienes dirigen la primaria, el bachillerato y la universidad. A la experiencia del saber sostenido en las manos domadoras de las máquinas de coser para producir hazañas, cuando las comunidades de aprendizaje conmueven los azares. A la excursión a la montaña, al chapuzón en la playa, al paseo sobre el lago, al sembrar con las manos llenas de huerto y raíces, al beso primigenio en luz de luna. Al salto medido, al arranque cronometrado, al balance del cuerpo flotando en el aire buscando la belleza, al balón ansioso de gol, de atajada, de remate, de voleo.

Vaya este premio a la algarabía del portón de la fábrica cuyo diálogo rocinante aún alimenta sueños libertarios. A la pancarta que encabeza la marcha popular elevada a las luchas por la vida. A los imperecederos himnos de los jóvenes con guitarra florida en las plazas, aromada en los parques con jazmines de esperanza. Al bello gorrión que habita en la sonrisa de la casa de los títeres, al resorte mágico rebotado en las alegrías del saltimbanqui, a las desmesuradas gracias en los rubores de la función payasesca, a la gigantesca suerte ejecutada por quienes alcanzan el cielo con los zancos. Al silencio escondido en una filmadora que tiene en su ojo los movimientos del sueño de todas las artes. Al tesoro cotidiano escrito en el periodiquito de la esquina con márgenes de amaneceres, arcoíris anecdóticos y agudas miradas a la tangente de las penumbras. A las murmuraciones de eternas historias, surgidas bajo los puentes y las ferias en las convenciones de libros usados. A quienes desde cualquier edad se han visto atrapados por la hoja en blanco para la aparición del poema en cualquier dirección de la rosa de los vientos. A quienes han transformado la poesía en una declaración de amor o en un mirar de gaviotas o en un baile pueblerino o en un grito de guerra. A la silueta venerada bajo una lámpara creativa que jamás deja de escribir y a su par que incansablemente nunca deja de leer.

Al café de la abuela por las tardes con aroma de atrapar amistades como pájaros libres, con sabor a coleccionar narraciones de magas trepando nubes y marineros dibujando océanos con sus atrevimientos, adviene este premio. Adviene también este premio al entusiasmo ya enamorado de la silenciosa humildad con el cual barren las calles quienes abrazan la sencillez, la pulcritud y la necesidad. Al empuje llevado a cabo por el acto de esculpir los cerros para buscar escaleras, calles, callejones, jardines, postes de luz, casas, abrazos y besos, servicios del vivir a diario y luchas. A los ladridos custodios día y noche de lo invisible. Al diario trajinar de quienes buscan la sanación, en el amparo de una medicina sembrada con sabiduría, integralidad y respeto.

Este premio es para las muñecas de trapo y para todos los juguetes habidos y por haber, sobre todo para aquellos inventados por la imbatible imaginación de la infancia, cuando la lluvia deja pocitos de agua en algún archipiélago barrial o en el momento de hacer malabares con cosas sencillas arrojadas por el olvido transeúnte. Es para el abrazo entre quienes sintieron la irreprimible proximidad de la quimera y la hoguera avivada en el pecho de la libertad. Este premio nos fue dado para homenajear el incansable aliento de todos los pueblos y el canto que todas las mañanas despierta sus senderos y horizontes.