miércoles, 24 de julio de 2019

CATALEJO



Despierto y no estás
Otra muy parecida a ti
duerme a mi lado
¿Donde estás?
¿Te olvidé o te desconozco?

Tus ojos cerrados
con más arcoiris que pupilas

Tus greñas serpentinas
incandescentes de tanta aura

Tus labios adormecidos
atrapan sonrisas congeladas

En la sinfonía nocturna
tu nariz sostiene rubores oceánicos

Se esconden solitarios ecos
en la divinidad de tus orejas

Como un banco de hormigas
tus cejas sostienen la frente

Esta mañana
Eres muy levemente otra



BORINQUEN SIEMPRE AL SON DE LOS PUEBLOS



a Ligia Rojas
venezolana
militante comunista
amante de la independencia de Borinquen

En la antigüedad de nuestro Abya Yala, el Mar Caribe estaba poblado de seres maravillosos nombrados como el pueblo de los Taínos, cuyo significado es: Buenos o Bondadosos. Se dice que venían del territorio norte de lo que hoy se llama Venezuela desde el río Orinoco hacia las islas de Cuba, Haití, Quisqueya y Borinquen, 600 años antes de la era de Jesús. Su establecimiento en aquellas tierras hizo que su vida fuera amable, fructífera, provechosa, siempre en relación armónica con la naturaleza. Hasta la llegada del invasor europeo, los Taínos se destacaron como practicantes de la recreación y del deporte, así como de la escultura, alfarería, tejidos y la agricultura. Eran hombres y mujeres valientes, frontales, de palabra. Fueron los primeros en conocer a los europeos venidos de las Españas, y los primeros en sufrir un vicio que los Taínos desconocían: la traición.