Definitivamente
y sin jactancia, en Venezuela pareciera estarse jugando el destino
democrático de la humanidad y varias reflexiones nos asisten. En la
realidad de la patria de Bolívar gravitan un conjunto de tensiones
sociales de carácter dialéctico, de poéticas estupendas y elevadas
por las circunstancias que las originan. También pareciera peligroso
jugar a quien acierta el vaticinio y cae en el lugar común del
“resultado esperado”, conducta que asiste desde el primer momento
al sector opositor y a sus mentores mediáticos. ¡Muy grave para
ellos! Nada más alejado de la verdad el hecho de que este resultado
era el esperado, porque detrás de sus indicadores aparentes se
encuentran las claves de una política para el porvenir del pueblo
venezolano y de los pueblos del mundo.