lunes, 3 de abril de 2017

SOÑAR CON AUTENTICIDAD ¿ESE MANZANO AZUL TIENE SEMILLA?


TROLL
Puede ser significativo reconocer nuestra educación en simbologías venidas de la cultura occidental de signo greco-romano y eurocéntrico. Puede ser muy importante, si vemos la asimilación hecha de esta visión del mundo por la cultura estadounidense, porque el desarrollo de ésta a dimensiones imperiales se ha transformado de explicable influencia cultural entre pueblos a imposiciones por vías alienantes y mediatizadoras. La tradición antigua de mitos, leyendas e imaginarios de Grecia, Roma y el resto de Europa —a través de diosas, dioses, ogros, gnomos, brujas, magos, hadas, grifos, medusas y pare de contar— ha sido traducida por la cultura de los EEUU, allí donde el poderoso medio cinematográfico cumple un papel de invasor de nuestras pantallas.

Para contrarrestar la avalancha de imaginarios eurocéntricos occidentales, hay que ir a nuestros orígenes, a nuestra territorialidad ancestral y para esto hace falta mucho esfuerzo investigativo, mucha creatividad para una tarea compleja y permanente. Lo más fácil es copiar o inventar sobre lo copiado que es lo mismo. Difícil es internarnos es nuestras propias raíces y buscar allí los imaginarios que conmuevan nuestra fibra (sobre todo la infantil) para tocar el tuétano de nuestra conciencia y despertar el amoroso duende de la sensibilización. Como cine, echar mano de las recetas de la imaginería hollywoodense es fácil, en cambio, crear desde la mirada profunda a nuestros mitos, por francamente difícil que sea, es la auténtica tarea cultural del día a día, más desde culturas que han estado postergadas, reprimidas a fuerza de imposiciones e imposturas enajenantes.