Deber impostergable de las fuerzas progresistas
es,
por consecuencia, luchar con calor, entusiasmo y por todos los medios,
porque sean explotados directamente por la nación los recursos
naturales no
renovables, el petróleo y el gas entre ellos;
por la independencia económica del
país, por la liberación nacional.
¡No más concesiones, ni legales ni disfrazadas!
SALVADOR
DE LA PLAZA
ABRIL
14 DE 1970
Las
mujeres han accedido a la política desde siempre. En las Europas las reinas
tuvieron un protagonismo relevante hasta tal punto que algunas incidieron en el
destino del mundo occidental con fiereza. Aunque tal vez la más famosa se caracterizó
por la sensualidad; fue la troyana Helena, quien a punta de sus míticos
encantos a Paris, fue transformada en el pretexto de una larga guerra. Isabel de Castilla tuvo
rol decisivo en aquellos viajes de Cristóbal Colón más que con sus joyas, con su influencia;
Elisabeth de Inglaterra promovió la famosa armada corsaria que incidió en la
disputa por las tierras del Abya Yala y otras invasiones genocidas; Victoria, también
inglesa, dejó huella en el mundo al imponer su famosa “moral” que reguló el
humor, las procacidades, las traiciones y la hora del té. Incluso, se habla de
que hubo una mujer papisa que mandó más que cualquier Papa en el Vaticano.