Si quieres seguir la pista de los
pueblos, sigue su pista de baile.
Aníbal
Nazoa
PERIODISTA
VENEZOLANO
Si
algo es patrimonio cultural de todos los pueblos de la Pacha Mama eso es el acto
de bailar. Su ejecución personal y colectiva pertenece al género humano y se
incorpora desde la ancestralidad a todos los rituales hasta hoy. Así como la
división social del trabajo separó a la humanidad en desposeídos y poseedores,
en acumuladores y desheredados, de la misma manera el baile la divide desde la
emocionalidad en alegres y rígidos o amargados y a diferencia discretos. Alegres
son los pueblos desinhibidos, sumados al desenfreno del placer de mover el
cuerpo, de vincularse con lo desconocido a través de la música como mediadora. Rígidos,
amargados son las hegemonías, apegadas a su temor de perder el poder (el
control) o compartirlo, guardan las formalidades para ocultarse de lo humano. Discretos
son aquellos y aquellas que deciden ver el baile desde la barrera y con
sinceridad abstenerse de echar un pie.
ISADORA DUNCAN |
Todo
tiene su lugar en el mundo. El baile permea las clases sociales y se manifiesta
en las actividades artísticas, colocado en las estéticas con el fin de buscar
la belleza, deslumbrando las miradas, provocando imposibles. La música como
mediadora cultural provee inimaginables prodigios colmando de poética al cuerpo
y a los sentimientos, tal y como lo demostró la bailarina estadounidense
Isadora Duncan danzando descalzada para los descalzos corazones. Hizo sentir
esta mujer la música interna, propia y el poder de bailar en cada ser. Esta
dimensión ha sido considerada peligrosa por los hegemónicos, debido a la
influyente subjetividad generada en los cuerpos arrastrados a una pasión capaz
de liberar espacios metafísicos como la poesía y la filosofía que en el
pensamiento de los pueblos han contribuido con derribar imperios.
EL
BAILE: SUBLIME UNA POETICA
PELICULA EL BAILE |
Poéticas
como ésta -estudiadas con mente profunda por el filósofo griego Aristóteles- al
sabio Platón le causó un espantoso miedo. Los poetas fueron expulsados de su
República por atentar contra la razón, las formalidades, lo estatuido, la
seguridad de mantenerse en una estética cerebral. El baile fue perjudicado por
tan drástica decisión ya que se le confinó al ostracismo; y en el teatro o en
los rituales se le vigiló con ojo mortal.
Desprovista
de su poder ritual, infinito, inquietante a la seguridad de los poderosos, a la
música se le mostró en una muy vigilada pantalla visual con el fin de dar
inicio a todo espectáculo y de entretener a la conciencia: el pan y circo de
los romanos. El arte perdía mucha de su pasión hacia el movimiento corporal,
controlado por las conveniencias; el baile fue reo del control social y la
música pozo ahogador de aquellas alarmas.
Esta
maravilla represada en los prejuicios imperiales, sorteada por los pueblos de
manera prodigiosa fue reflejada con alta genialidad por el equipo que dirigió
el cineasta italiano Ettore Scola en la Película El Baile (Le Bal 1983), en la
cual se narran 50 años de la historia de Francia en un salón de baile,
prescindiendo de diálogos y usando únicamente las gestualidades, desplazamientos
y posturas que genera el ejercicio bailador en los personajes. Demostraron el
poder habido en la música y el baile cuando se juntan.
EN CUBA
ESTA EL ORIGEN
Ya es
del conocimiento de investigadores e investigadoras en toda la Pacha Mama (y
del pueblo salsero y bailador) la histórica y poderosa influencia cultural de
Cuba en la conformación y fortalecimiento de géneros y ritmos afrocaribes como
la Salsa. La forzosa llegada de pueblos africanos a su territorio con la
conquista y colonización española y el aniquilamiento del pueblo aborigen Taíno,
como parte de la tragedia provocada, trajo el despliegue inevitable –sutil y avasallante-
de una influencia musical reflejada en sus acciones de resistencia,
confrontación, rebelión y espacios de goce, celebración y victorias. Mano,
tambor y canto en la presencia. Dos son las raíces primigenias que nos enuncian
el crecimiento de tan frondoso árbol continental: la Rumba y el Son.
MADRE
RUMBA
La
Rumba es la raíz más cercana a los primeros bailes rituales ejecutados con
restricciones por africanos y africanas en condición de esclavitud. Es un baile
en principio musicalizado a puro ritmo de tambor y cantos que respondía a la
profunda cultura africana cuya melaza artística sólo pudo ser negada por
quienes los esclavizaron. La rumba tuvo dos fines esenciales: uno, religioso para
adorar a las deidades presentes en su visión politeísta y dos, para expresar
con el canto, el pregón y los movimientos corporales sus fines festivos, carnavalescos
alcanzando diversos códigos de comunicación, auto educación y cultura.
Dos
rumbas nos vienen a la memoria como ejemplos imperecederos: El Manisero compuesta
por Moisés Simons que anecdotiza el pregón popular callejero y poético llevando
alegría al mundo entero; la otra se titula Rumba Rumbero, todo un clásico en la
voz de un joven Vicentico Valdez, versionada innumerables veces por otros grupos
y cantantes.
Al
vencer las restricciones sociales impuestas por las clases dominantes, los
distintos intérpretes de la música afrocaribe en Cuba y en otros pueblos y
países, incorporaron instrumentos de viento y cuerdas, y entonces, bailadores
de la Rumba accedieron a los sitios urbanos transformándose en un espectáculo. Aún
hoy, en casi todos los países adonde han llegado con fuerza los ritmos
provenientes de este género, al bailador o bailadora consecuentes se les llama rumbero
o rumbera.
SONGORO
COSONGO
POETA NICOLAS GUILLEN |
Por
igual el Son tradicional abrigó la alegría cubana por los cuatro costados
transformándose en un símbolo musical de carácter nacional. Es imposible hablar
de su significado sin referir al Trio Matamoros; como tampoco no podemos dejar
de nombrar al legendario Ignacio Piñeiro quien inmortalizó cuatro versos de su
canción Suavecito que dice así: El Son es lo más sublime / para el alma
divertir / se debiera de morir / quien por bueno no lo estime … evidenciando el
carácter festivo del Son. Y así, un sinfín de virtuosos músicos, grupos y
tendencias soneras, cuya historia ya pertenece a la música mundial.
LA
GUARACHA SIGUIO LA BUENA RACHA
Con una
antigua génesis igual que el Son es la guaracha. Su origen lo encontramos en
España, en uno de tantos bailes zapateados, vinculado al Teatro Bufo. Del
festivo pariente hispano, presto para el goce, la guaracha cubana tiene la
picardía de sus letras ajustada a la joda de la fiesta y al doble sentido de la
esquina. Como todos los géneros y ritmos de origen afrocaribe que por su
carácter de resistencia cultural fueron reprimidos, perseguidos y castigados
con el prejuicio social, la guaracha no escapa a este señalamiento. Fue
interpretada y bailada en sitios reprobados por la moral social del siglo XVIII
y XIX en donde se conoció una obra titulada La Cuabina; allí la oreja discreta de
suburbios y tugurios para la libación desenfrenada le dieron cadera y
protagonismo.
Algunos
analistas denominan a la guaracha Son Intermedio. Sin embargo, con la práctica
de los músicos y la preferencia de bailadores y bailadores que le dieron pie, tuvo
tesitura propia con leyenda y popularidad. No se puede dejar de decir que
también es un género que tributa al canto religioso. Un guarachero clásico es
el inigualable Benito Antonio Fernández Ortiz conocido como Ñico Saquito,
fundador del grupo Los Guaracheros de Oriente y partícipe de la trova
tradicional con letras de picardía y doble sentido. También destacó el dúo de Celina
González y Lázaro Reutilio metidos en un recuerdo plácido, votivo y cándido.
DANOS MUCHOS
VERSOS GUAJIRA
Entre
Son y Guaracha y con el impulso del Punto cubano y el Punto de las Islas
Canarias (cuyas letras se expresan en versos llamados décimas) transita un
ritmo de tendencia a letras amorosas y sentimentales; su nombre rinde homenaje
al sujeto femenino de origen campesino: la guajira. Indistintamente soneros y
guaracheros han incluido piezas con ritmo de guajira en su repertorio. Escuchar
una guajira en la voz de la cantante cubana Celina González es un prodigio.
Se
trata también de expresiones culturales musicales con las cuales el pueblo
cubano (y otros pueblos de la Pacha Mama) han resistido la represión de dictaduras
y otras abominaciones hegemónicas. El escritor Medardo Arias Satizabal escribe
acerca del vínculo de rivalidad establecido por el compositor Miguel Matamoros entre
los mambises patriotas y los monárquicos españoles en su canción Camarón y Mamoncillo,
como referencia de la guerra de independencia de Cuba.
GUAGUANCO
PARA TODOS LOS BARRIOS
A
decir de Liliana Bonome Hermosilla en el portal La Jiribilla, el Guaguancó deriva
de la Rumba. Su irrupción en la sociedad cubana coincide con el decreto de
abolición de la esclavitud (1886). Igual que la rumba, su ritmo inspiró bailes
colectivos, pero luego convocó la (subversiva) conformación en parejas. Esta
danza parece una marcha de tambores. El cieguito maravilloso Arsenio Rodríguez le
incorporó al Guaguancó instrumentos de viento y otras innovaciones de la
percusión hasta crear lo que conocemos como Son Montuno. Letras sencillas que
narran sucesos cotidianos le acompañan, así como otras con motivos religiosos o
exaltaciones del mismo ritmo, como lo ejemplifica la pieza Así se Compone un
Son. En el Son Montuno se integran formas rítmicas en una síncopa que ofrece
posibilidades imaginativas a quienes no resisten bailar.
UN SITIO
ESPECIAL
CHANO POZO |
OTROS
AFLUENTES DEL RIO SALSERO
¿BAILAMOS
UN DANZÓN?
El
baile de salón por predilección en Cuba es el Danzón. Proviene su nombre y
fuerza musical de la contradanza europea muy popular en el siglo XVII, sobre
todo de los franceses que la dejaron en Haití (al salir despavoridos por la
guerra de independencia) y algunos haitianos la llevaron a Cuba. Se refiere con
insistencia al músico Miguel Failde y Pérez como su principal intérprete y
promotor desde 1879.
Estéticamente,
desde sus inicios, se dice que es un baile rápido, por el planteamiento de pasos
largos que dan los danzonistas para levitar por toda la sala. La delicia de
violines y flautas con letras de contenido amoroso, lo convierten en un baile
en parejas altamente sensual que ocasionó la represión de la sociedad de
aquellos siglos. Bueno es decir que, dada la popularidad del Danzón, las
orquestas abrían espacio solidario al final de los bailes a grupos de Son con
fines promocionales, ya que pesaba sobre éstos una campaña de descrédito por
parte de las clases pudientes que lo consideraban un ritmo vulgar y sedicioso,
verbigracia: popular y conspirativo.
Los
músicos Arcaño, Acerina y Belisario López se encuentran entre destacados
maestros del Danzón; el segundo de los nombrados hace de la obra titulada Almendras un suceso melódico. Por igual, Antonio María Romeu y su orquesta con la voz
del sin par Barbarito Diez le dieron inmortalidad. Hoy en día se cultivan asociaciones
para el baile del Danzón en Cuba y México. El músico-leyenda estadounidense (de
ascendencia boricua) Eddie Palmieri ejecuta a ritmo de danzón la primera parte
de su versión del tango El Día que me Quieras, provocando pensar en la
similitud entre ambos géneros (no pocas obras del tango y la milonga han transmigrado
su ontología al bolero y la salsa) además, Palmieri incluye con igual genio, un
Danzón instrumental al inicio de su mosaico salsero titulado Ritmo Alegre (ambos
performances con la voz del boricua Cheo Feliciano) que terminan siendo de
antología.
PAGA
EL CHOCOLATE Y TOMA LO QUE DEBES
ENRIQUE JORRIN |
Curiosamente
debemos decir que en Borinquen al ritmo Chachachá le dicen Guajira sin que
existan razones de orden histórico que lo fundamenten, aunque nunca faltarán
anécdotas de origen popular que le den autenticidad, leyenda y perennidad. La
Orquesta Aragón de Cuba honró al género Chachachá con fecundidad, hasta el
punto de lograr coincidencias con el género Bolero (bolero-cha cha) como la
sucedida con la pieza compuesta por el cubano Pedro Junco titulada Nosotros, cuya
interpretación va encumbrada en la delicia.
¡UH!
DAMASO PEREZ PRADO |
UN
JAQUE DE RITMOS
¿Por qué nadie invita al oso a bailar pachanga?
Porque el oso como es oso goza la charanga
El oso mediano le dijo al oso mayor
En esta familia hay una gran confusión
Entre la pachanga la charanga y el danzón
El oso pequeño ya grita con emoción
No se agiten tanto yo sé la resolución
Porque la charanga es el ritmo sabrosón
El oso, osa y osito bailaron pachanga
y los tres han decidido gozar la charanga.
Canción: El oso y la osa.
TITO RODRIGUEZ Y SU ORQUESTA
Músico boricua
TITO RODRIGUEZ |
Se
llamó Charangas (tomando el nombre de las bandas de calle en España) a los
grupos de intérpretes del ritmo Pachanga: las charangas interpretaban pachanga.
En muy breve tiempo, en esa lúdica entre baile y lenguaje hubo el enroque, ya
que el nombre del ritmo Pachanga fue desplazado en la jerga musical por el de
Charanga, pues se nombraban indistintamente en las letras de las melodías. Y la
Pachanga pasó a afincar el son montuno original que se colocó como uno de los fuertes
afluentes que conformaron la Salsa. Este sabroso jaleo rítmico-lingüístico lo
atizó con mucho sabor el músico boricua Tito Rodríguez y su Orquesta quien
llamaba desde varias piezas a no confundir los ritmos: no estamos seguros si su
iniciativa tuvo el efecto deseado. Quienes salieron beneficiados de tanto
vaivén fueron los bailadores de charanga ¿O de pachanga?
UN
RITMO QUE SE CONVIRTIO EN SITIO
También
la Pachanga, combinada con el Merecumbé, aceleró el ritmo y, siendo prima
hermana de la Salsa, podía ser el nombre de cualquier fiesta para bailar mucho -hasta
el amanecer- pues por igual dio idea del espacio tiempo salsero. Esto lo evidencia
el cantante panameño Rubén Blades, cuando crea el perfil del personaje de su canción
Juan Pachanga, fiel a esta metáfora. Los venezolanos Federico Betancourt y su
Combo Latino ejecutaron una Pachanga que habría de fortalecer a la Salsa.
UN
SITIO QUE SE CONVIRTIÓ EN RITMO
Así
mismo, notables ejecutantes de la Charanga, se hicieron presente, tales como: el
cubano Puppi Lagarreta, el estadounidense Charlie Palmieri, el quisqueyano
Johnny Pacheco, el boricua Tito Rodríguez, amén de muchos otros que transitaron
con brevedad por su tentación melódica. De este modo, la dinámica dialéctica
entre Pachanga y Charanga produjo el beneficioso caos músico-bailable -previo y
necesario- para el advenimiento de algo tan sorprendente como la Salsa. En el
caso de Tito Rodríguez, su Charanga se hizo cada vez más experimental hasta
producir una de las piezas contribuyentes directas de la fusión salsera,
gobernada por el Mambo, titulada: Mamagüela.
Por lo
general, el título de algunos ritmos o géneros también se asume como el nombre
del sitio de la fiesta. Si algunos se dirigen a un bonche suelen decir: Vamos
para una rumba o para una pachanga o un guaguancó; o preguntan ¿Dónde es la
Pachanga? ¿En qué lugar es la Rumba? porque universalizaron su locación en el
imaginario de los pueblos. A esto también han contribuido los medios de
difusión.
A TITO
IN MEMORIAM
Ya
nombrado en estos pasajes, es importante destacar al músico boricua Tito
Rodríguez quien contribuyó con genialidad a fortalecer la integración ocurrida
en la Salsa. Fue a fondo con la experimentación y se colocó en la maravillosa
dialéctica presentada desde el Danzón, hasta el Chachachá que generaron la Charanga
con mediación de un Mambo magistral que definió a la Pachanga, sacándole
partido para beneficio de bailadores y bailadores. Esta fabulosa lúdica, no
pocas veces discutida en las esquinas y pocilgas del barrio, estuvo presente en
el Bembé planteado por Phideas Danilo Escalona, quien fuera su compadre, en el
programa de radio del cual hablaremos en su justo momento.
LENGUAJE
DEL ABYA YALA AFROCARIBE
JOSE PEPE SANCHEZ |
Mucho
más que todo esto, el bolero es en realidad sensual. Su ritmo musical lento,
pausado y de letras amorosas, además de llamar a la proximidad de las parejas, incita
al amor debido al significado de sus metáforas, a la clandestinidad dada la
complicidad entre oreja y boca que tiene a la voz bajita como cómplice de no
pocas conclusiones en beso y a la subversión generada en una frontera muy
delgada entre lo aceptado y lo prohibido. Jamás ni nunca se sabrá acerca de la
cantidad de gestas libertarias de los pueblos que encontraron en el baile del
bolero la estafeta adecuada para contribuir con la revolución social.
LLEVALA
PAL’RINCON
LA LUPE |
La
contribución del Bolero con los ritmos afrocaribes se ofrece desde varias
aristas. En un principio se cultivó en dúos y tríos musicales que ocuparon las
ventanas para brindar serenatas a las muchachas, hasta llegar a combos y
orquestas, siempre teniendo a un solista virtuoso como voz evidente para su
perennidad: sin esa referencia vocal, al bolero le será cuesta arriba preservarse. Un
ejemplo emblemático lo tenemos en la pieza Que te pedí compuesta por el cubano
Fernando Mulens, anclada en la voz de la cantante cubana Guadalupe Victoria
Yoli Raimond, conocida como La Lupe, difícilmente de recordar con facilidad sin
esa ejecución desgarrada e inmortal.
Tal
vez la excepción de esta regla la podemos escuchar cuando el guitarrista boricua
José Feliciano puso letra al bolero Samba pa’ti del mexicano Carlos Santana (ya
consagrada como instrumental) para buscarle esa perennidad que presta el oído a
la memoria. Quienes adoran la canción original no están tan seguros de haber logrado este efecto. La mayoría
de Boleros célebres se han hecho instrumentales sólo si han tenido letra,
bárbara metáfora musical y una voz para recordar.
En
repertorios de combos y orquestas para fiestas y grabaciones, los Boleros han
sido piezas ocasionales y coyunturales para descansar la rumba. De allí que,
salvo excepciones grandiosas como el chileno Lucho Gatica, el ecuatoriano Julio
Jaramillo o los venezolanos Felipe Pirela o Vladimir Lozano entre otros, interpretes rumberos, y ahora salseros, han aderezado sus repertorios con Boleros.
BRASIL
ESTUVO A LA HORA
MILTIÑO |
LA
CRISIS QUE PROVOCO EL ROCK
PETE RODRIGUEZ |
Es
bastante probable que el Bugalú haya contribuido con la práctica de un idioma
llamado espanglish hablado por estas comunidades en EEUU. El venezolano Carlos
Tabaco Quintana testimonia que en 1966 ensayaba con el Sexteto Juventud en un
local vecino del grupo de música Rock Los Impala y aquel ritmo le inspira
componer el Bugalú Caramelo y Chocolate que recorrió el Caribe en voces como la
boricua Iris Chacón (quien no reconoció los créditos) y otros grupos.
Con
una breve duración entre 1965 y 1969, algunos de los máximos del Bugalú dejaron las
siguientes piezas emblemáticas: El Watusi (Ray Barreto); El Pito (Joe Cuba; de la
que haría una versión el grupo estadounidense The Chamber Brothers conocida como Bam Bam); Micaela (compuesta
por Tony Pabón para la orquesta de Pete Rodríguez); Cinturita (Eddie Palmieri).
Fue un ritmo contingente que nace cuando se cocinaba la
Salsa.
EN LA
TIERRA DEL EDEN
Hablar
de Borinquen es situarse en un caudal de musicalidad con afirmada presencia en
la configuración de la unidad de ritmos afrocaribes. Patria Abya Yala aún
colonizada por EE UU, tiene a la música como signo de resistencia y liberación
en lo porvenir. Lo que para Cuba y Brasil son la Rumba y la Samba lo es la
Bomba para Borinquen. La iniciaron quienes fueron traídos forzosamente de su
lar africano en condición de esclavos. Este espacio de baile y canto significó
desde el siglo XVII, como en todas las patrias del caribeñas y antillanas, un
espacio para la resistencia, lucha y subversión.
La
Bomba fue configurándose como una fuerza musical para nutrir los encuentros
sociales populares y debe su nombre a los barriles donde las personas en
condición de esclavitud preservaban el ron que fabricaban. Sus letras refieren
anécdotas populares y sucesos cotidianos. Atribuida al pianista Ricardo Ray y
al cantante Bobby Cruz, la canción Bomba Camará muestra la temática del
desafiante pendenciero en un ritmo avasallante cargado de Mambo. También
podemos colocar, con una metáfora de amorío sospechoso, la composición de Miguel
Ángel “Mike” Amadeo, Bomba Carambomba popularizada para la Salsa por el
cantante boricua Ángel Canales y por la inolvidable Sonora Ponceña.
EN
PLENA PLENA
CORTIJO Y SU COMBO |
La
música de Borinquen es esencial para la conformación de la Salsa. Si sumamos
boleristas como el compositor Don Pedro Flores y el cantante y director de
orquesta Tito Rodríguez, estamos ante un verdadero aporte musical y cultural de
valor patrimonial. A este acerbo debemos agregar a Bobby Capó, Carmen Delia
Dipiní, Daniel Santos entre otras y otros. Dos Orquestas se abren paso desde
las décadas de los años 60 del siglo XX con incidencia en la Salsa, éstas
fueron Sonora Ponceña y Gran Combo de Puerto, aunque su fuerza e impulso continental
se hizo más influyente a partir de la década de los años 70.
VIVA
BORINQUEN LIBRE
FILIBERTO OJEDA RIOS |
LA
TIERRA DE MIS AMORES
JHONNY VENTURA |
Es
injusto no considerar al merengue como vivo integrante de la fusión llamada
Salsa. Su ritmo impregna y acompaña el baile afrocaribe durante todo el siglo
XX. Voces orales y escritas lo distancian tal vez por razones de mercado.
Recordemos que, a partir de la década de los años 80 del siglo XX, hubo un
repunte del merengue, duradero hasta entrados los noventas. Las grandes
orquestas cantoras de todos los géneros musicales incluyeron piezas de merengue
en sus repertorios que fueron del oído y baile para todas las celebraciones. Un
caso emblemático es el de la Orquesta del dominicano Billo Frómeta que promovió
este ritmo en Venezuela. Entre los cantantes de merengue más notorios se
encuentra Alberto Beltrán, llamado El Negrito del Batey debido a la interpretación
de un merengue homónimo que puso a bailar a todo el Caribe y promocionó el
desprecio por el trabajo. Es importante destacar a Johnny Ventura que con su
voz oscura cautivó a todo el Abya Yala.
SOBRE
UNA TUMBA UNA LUCHA
PACHO GALAN |
Lo
significado por la Rumba en Cuba, la Samba en Brasil, la Bomba en Borinquen, el
Merengue en Quisqueya, lo es la Cumbia en Colombia. Su fuerza ritual y
espiritual africana impresionante, llama a una danza llevada por esa caja
mágica denominada acordeón que hace del cuerpo sitio desenfrenado para el
delirio. A menos que sea desde el silencio del alma, es casi imposible cantar
en solitario una cumbia porque su música llama al colectivo para vincularse con
cualquier cosmos cultural. ¡Salve!
Géneros
y ritmos musicales le sobran a Colombia para el cometido festivo, sin embargo, uno
llamado Merecumbé creado por el músico Francisco Galán Blanco, celebrado en
todo el mundo con el nombre de Pacho Galán, ha sido el de mayor influencia en
su época. Luego de iniciarse en la música desde su adolescencia, Pacho transita
por varios grupos musicales hasta fundar su orquesta al promediar la segunda
mitad del siglo XX. Y es cuando crea el ritmo Merecumbé, al fusionar la Cumbia
con un Merengue cantado y bailado en el norte de Santander. Compone en el año
1954 la célebre canción Cosita Linda que le trajo el reconocimiento de todos
los pueblos del Abya Yala y de toda la Pacha Mama, transformándose en el himno
del Merecumbé. Se dice que ha sido versionada más de 400 veces y cantada como una
marcha fiestera. En México es un monumento musical a través del cine al aparecer
en varias películas.
SIN
MERECUMBE NO HAY SALSA
La
contribución del Merecumbé a la Salsa es vital. Desde el ritmo, al servir de
amalgama sólida por su cadencia sonora estable, tendiente a suavizarse o
acelerarse de acuerdo al cometido de los músicos y desde el baile permitiendo
flexibilizar las posturas de las parejas o de los colectivos que no pocas veces
la bailaron, este ritmo fue compuesto, interpretado, cantado y bailado por
innumerables grupos. El dominicano Alberto Beltrán y el venezolano Chico
Sensación Salas interpretaron la pieza Lamento Náufrago con la Orquesta del venezolano
Chucho Sanoja, el venezolano Víctor Piñero (llamado El Rey del Merecumbé al
interpretar la pieza homónima de Pacho Galán) y el boricua Manolo Monterrey quien
cantó Caminito de Guarenas ambos con la Orquesta Los Melódicos, el Super Combo
Los Tropicales interpretando La Banda Borracha, son algunos de los exponentes
más conocidos en Venezuela, donde el Merecumbé fue articulación vital de la
Salsa.
DONDE
NACIO LA SALSA
REVERON |
Dos
ritmos asoman regionales para mostrar esta particular muestra; en el occidente
los chimbangles en la población de Bobure estado Zulia y el Calipso del Callao
al Sur en el estado Bolívar que tiene promoción exógena de culturas venidas de
las Antillas inglesas como Trinidad; no es casual que en muchos de sus cantos
se cruce el idioma inglés. Y existen un sinfín de ritmos de la música
tradicional influenciados por los tambores afrodescendientes Todo el calendario
festivo tiene la influencia de estos tambores que aún resuenan el Día de San
Juan: 23 de junio como el recordatorio de las épocas luchadas por la libertad.
EL
MIEDO OLIGARCA A UNA DEUDA HISTORICA
Este
bloqueo cultural interno se debe en buena parte al temor oligarca por la histórica
rebeldía de la población en condición de esclavitud materializada en una gran
rebelión organizada por quien llamaban Miguel y había llegado a la zona de
Buría (hoy estado Lara) procedente de Borinquen. La historia oficial dice que, en
el año 1552, Miguel huyó con otros compañeros debido a los maltratos de los
españoles y constituyó una corte monárquica desde donde hostigó a sus
perseguidores; se agrega que por esto llegaron a llamarlo el Rey Miguel. También
es posible que se haya constituido en líder legítimo y planteado una guerra de
resistencia que llegó a asestar fuertes golpes a las huestes esclavizadoras. Fue
cercado, asesinado y los seguidores sobrevivientes vueltos a la esclavitud.
UNA
HUELLA: CHIRINO EN CURIMAGUA
JOSE LEONARDO CHIRINO |
Desde
entonces, y aún en la época republicana, las poblaciones afrodescendientes
viven en regiones donde, si bien es cierto han podido expresar sus
manifestaciones culturales, han sufrido objetivaciones y cosificaciones por
parte de quienes ostentan una visión fragmentada de la realidad, y además, han
sentido la represión y discriminación por parte de los gobiernos. Sin embargo,
ese tambor resonante en esos sitios de la patria venezolana resguardó la clave
de la Rumba y el Son y supo hermanarse siempre a través del repique integrado a
la música.
UN
MUCHACHO Y UN MAESTRO
HUGO BLANCO |
El
maestro venezolano Eduardo Serrano fue más al tambor, a la raíz artística producida
por esa fabulosa cultura en su inmortal obra Barlovento y a la relación de esos
cueros sonados con el movimiento del cuerpo de la mujer como signo de sabrosura
(salsa). Esto es un buen reflejo de esta tierra. Es imposible dejar de ver en
la composición del maestro a un 23 de junio lleno de gente ávida de entregarse
al tambor y a sus deidades ancestrales sincretizadas en un santo católico. En ese
tikitá kitá de la mina, también está la clave.
LA
LUCHA POR LA LIBERTAD PUEDE SER UN BAILE
FRANCISCO DE MIRANDA |
MUY PELIGROSO:
UN ENEMIGO CULTOR
FRANCISCO HERRERA LUQUE |
CON EL
HIMNO NACIONAL
CONNY MENDEZ |
CARNE
CABALLOS LANZAS Y SOLDADOS VICTORIOSOS
RAFAEL BOLIVAR CORONADO |
A
BAILAR PEGAO
BOLIVAR |
LA
FIESTA TIENE QUE SER ORIGINAL
El
maestro Simón Rodríguez, desde su proyecto educativo, llama a los republicanos
a ser originales y, en materia de educación para el trabajo, a ponerse las
alpargatas que lo que viene es joropo. Expresiones éstas salidas del desafío popular
de la cultura llanera no pueden soslayarse. La propuesta integradora fue
frenada en Venezuela por una conspiración oligarca llamada La Cosiata (aparece
la “Cosa”) que dividió el Abya Yala bolivariano en cinco países y abrió la
necesidad de una segunda independencia continental. A la Salsa le faltaban
ingredientes.
A esta
grave restricción se suma la tragedia política que luego de la muerte del
Libertador (1830) arrastra a la patria por el derrotero de las guerras civiles
que trajo como consecuencia la Guerra Federal o Guerra de los cinco años que
diezmó al bravo llanero independentista e instauró la sucesiva cadena de
montoneras liderada por caudillos resentidos, venidos de todas las regiones. Estos
líderes aluvionales tuvieron la cultura a distancia y a las fiestas como
espacio politiquero. Su fin era arrebatar el poder, manipular la participación
popular, tender a la demagogia y cambiar para no cambiar nada.
Este
tránsito histórico lo acabó el general Juan Vicente Gómez quien impuso una
dictadura de 27 años (1908-1935), frenó el caudillismo federalista y trajo una
oscuridad cultural y educativa al país. Nació la respuesta: “Gente de Paz”
cuando alguien desde el interior de su casa preguntaba por quién tocaba a la
puerta. Desde entonces, la gran fiesta fue para el Benemérito, su familia, los adulantes,
gente del gobierno, policías y los allegados de las compañías petroleras
extranjeras, mientras el pueblo era sometido al miedo y al silencio. A
diferencia de los conceptos emitidos por sus enemigos, el general Gómez era
admirador de la cultura, del Libertador Simón Bolívar y gustoso de las
celebraciones hasta una hora comedida, debido a su estoica costumbre campesina.
SE
MONTARON UN CAÑON
A
finales del siglo XIX y comienzos del XX se desarrolla en Venezuela la primera
expresión musical urbana de origen popular llamada música Cañonera; es curioso
que el nombre esté referido a un instrumento bélico, sin embargo, tiene qué ver
muy tangencialmente con las guerras. Escribe Ilich el Ruso en el portal Steemit
que el origen del nombre tiene dos puntos de partida que se relacionan con las
locaciones donde se desarrolló el género. Una, los grupos serenateros que al
enterarse del lugar de una fiesta acudían haciendo sonar una caña llena de
pólvora en forma de cañón, anunciando la ejecución de sus melodías (costumbre
heredada de las parrandas navideñas) y el otro punto eran los mabileros (denominación
proveniente de la palabra francesa mabil que significa burdel) debido a que se
presentaban en sitios reprobados por la moral social de la época.
COMIENZA
EL ROCE
Esta
situación considerada irregular generó rechazos a la música cañonera por parte de
las clases pudientes que le llamaron ritmo vulgar; aunque se decía que era del
gusto del general Gómez. El Ruso refiere que, según Carlos Eduardo Misle –quien
fuera cronista espiritual de Caracas- en aquella ciudad, aún con fuertes señas
rurales, los mabileros fueron llamados cañoneros, por la cantidad de “caña” que
consumían, de allí que, a la mala reputación por el contexto, se agregaba el
indeseable perfil de borrachos. Esto explica que muchos de los reconocidos
músicos de este género rechacen la denominación de cañoneros y para mayor
encono lo consideran un insulto, ya que no se los apreciaban como músicos
profesionales. Lo más extraordinario de todo esto es que el primer género
musical urbano de Venezuela no es un ritmo sino una fusión de ritmos, tal y
como pasa años después con la Salsa.
MUSICA
PARA LAS VITROLAS
A
comienzos del siglo XX, durante el gobierno del general Gómez las expresiones
musicales más difundidas eran foráneas, difundidas a través de espectáculos teatrales
de zarzuelas, ballet y ópera, la llegada de las primeras vitrolas y las retretas de la Banda
Marcial que tocaba en la Plaza Bolívar. Esta agrupación incluía en el
repertorio valses, joropos tradicionales y el sabroso merengue venezolano, sin
embargo, la mayoría de piezas eran pasodobles y ritmos de moda traídos de EEUU
como el ragtime, el foxtrop, el charlestone y otros devenidos del floreciente jazz.
Esta agrupación oficial comenzó a rotar músicos que llegaban de varias partes
del país buscando oportunidades y fueron conformando agrupaciones emergentes
que asumieron el pasodoble y al merengue venezolano como ritmos centrales e
incluían aires de los ritmos estadounidenses.
VUELVE
LA ACCION INTEGRADORA
ANTONIO JOSE DE SUCRE |
UN
MEDIECITO PARA ECHAR UN PIE
A todas éstas, se promueve durante esos años 20, una modalidad de carácter
mercantil para los aficionados a escuchar la música cañonera y fue las llamadas
salas de baile de mediecito. En éstas se podía bailar una o varias piezas
musicales erogando una moneda llamada “medio” equivalente a un cuarto de
bolívar que por su tamaño la gente le aplicaba el diminutivo. Estas
salas, la mayoría legales, permitían sólo parejas, para garantizar la presencia
gratuita de la mujer que, en no pocos casos iba acompañada por la madre o abuela
quienes también aprovechaban para echar su pie y garantizaban la legitimación
social y la vigilancia de la muchacha.
NO
ERAN TAN GRANDES COMO LUJOSOS
Estos
espacios fueron precursores de las salas de baile del porvenir, tales como, las
de los hoteles de las ciudades capitales. En Caracas fueron el gran salón del
Hotel Ávila, promocionada por radio con la frase: En el Ávila es la Cosa (Nótese
la significativa utilización de la palabra “Cosa” en el promo) dispuesta para
la clase media que aprovechaba el rentismo petrolero; y el gran salón del Hotel
Tamanaco reservada para la burguesía.
El
auge y empuje de la música afrocaribe hizo que los empresarios pensaran en
diversificar los espacios para la presentación de las agrupaciones, aunados a
las innovaciones tecnológicas que en materia de ampliación de sonido se fueron
presentando. Los bailes comenzaron a promoverse en clubes sociales, en
verbenas, en el llamado bingo bailable, en las estaciones de radio, en teatros.
NACE
LA PISTA DE BAILE
En
espacios menos ampulosos se promocionó la participación popular que recibía las
migajas del rentismo; en el caso del baile en Caracas, a las clases populares
se le sustituyó la palabra “Sala”, “Salón” o “Gran Salón” por la denominación
“Pista”. Desde la década de los años 50 del siglo XX, la pista de baile del
Terminal de Pasajeros del Puerto de La Guaira significó un emblema para
bailadores y bailadoras, por la oportunidad de echar un pie con sus grupos predilectos.
HACIA
FALTA MAS SONIDO
La
invención del gramófono significa una preciada carrera librada por el ser
humano con la finalidad de atrapar el sonido y la voz. En 1887 el alemán Emile
Berliner radicado en EEUU inventa el gramófono y gana el mercado luego de una
lucha a cuchillo con el fonógrafo de Tomas Alba Edison. El disco había atrapado
la grabación mejor que el cilindro. A comienzos del siglo XX se venden los
primeros gramófonos en el mundo que fueron llamados Vitrolas en países como
Venezuela, debido a la conversión lingüística hecha por la gente, del nombre de
la compañía fabricante RCA Victor cuyo logo venía adherido al aparato.
Este
tránsito musical bailable coincide con la bonanza económica que vive EEUU luego
de la llamada primera guerra mundial que hace de la década de los años 20 un espacio
para la exportación de los productos culturales que influyen a la gente en las
calles y espacios cerrados. Con las primeras victrolas y sus discos de metal en
manos de la gente acaudalada, se escuchan los ritmos de moda en las principales
ciudades estadounidenses, ahora en la sociedad gomecista.
La
música promocionada en las vitrolas era foránea pues costaba un dineral cualquier
inversión local con esta tecnología. Pero como diría la modista francesa Coco
Chanel: la moda es pasar de moda y esta ilusión gringa se vino abajo con la
quiebra de la Bolsa de Valores Nueva York en 1929. Detuvo un tanto su avalancha
aquel mercado, pero la comercialización en Venezuela comenzó a ser posible.
En la
década de los años 40 del siglo XX la empresa El Disco de Moda inicia la
fabricación en Venezuela para adaptarse a un aparato que venía apoyando aquella
especie de revolución musical: el tocadisco. El disco y el tocadisco traían a
ese artista que se escuchaba en la radio, se bailaba en las pistas, y se veía
en las fotos de la prensa a la mano del público en varios formatos con portadas
ilustradas y datos apropiables y coleccionables.
Este
singular combito sonoro hacía posible desplegar la fiesta en la propia casa
invitando a cualquier artista sin que estuviese presente, incluso, posibilitaba
el disfrute de la interpretación de un cantante o grupo de manera personal,
íntima. Con el tiempo se crean las producciones en vivo y las personas
experimentan la sensación de haber estado en el concierto tantas veces como
quisieran desde su propia casa.
Yendo
más allá, el poseedor de un tocadisco -con su respectiva colección de discos- (incluyendo
a sus amigos), podía hacerse experto en el manejo de aquella complejidad mecánica
que rápidamente se volvió leyenda. Lo demuestra el goce o frustración experimentado
por las parejas de baile cuando algún surco se accidentaba; suceso
inmortalizado en la pieza Ese disco se rayó compuesta por el dominicano José
Ernesto Negrito Chapuseaux, un merengue que la Salsa ha posibilitado versionar
en varios ritmos.
HOMENAJE
A LA GRAN CAJA DE PONER DISCOS
¿Quién
de niño o niña no se detuvo a observar con deslumbramiento frente al vidrio,
esa mecánica maravillosa de discos danzando y jugando a través de unos brazos
robóticos y cilindros dinámicos obedeciendo al sube y baja, vaya y venga, entre
y salga de los discos que alguien había ordenado desde un tablero de botones enfilado
por los códigos de las canciones en números y letras? El mismo disco habido en
las casas estaba allí como un obrero musical para acompañar los momentos buscados
en algún lugar con fines recreativos. Es una máquina cuyo origen encontramos en
unos graciosos dispositivos creados en Suiza para sonar una canción. Se explica
que sea en este país europeo, cuna de los relojes, ya que este aparato musical
tiene el mismo principio mecánico de tiempo. Se le llama Rocola como derivación
de la frase híbrida del inglés Rock Ola.
En Venezuela,
a la Rocola se le encuentra en fiestas grandes como máquina que alquilan y el
grupo invitado puede disfrutar de sus maravillas porque tiene lo que se
exigiría del niño ideal: obediencia y autonomía. Para acceso al pueblo, a este peculiar
robot se le ha colocado en los bares a donde las personas van a consumir licor
y dialogar (mientras no se haya subido el alcohol al cerebro). Entre sus discos
se ha promovido el género Bolero porque la mayoría de sus letras están
vinculadas a situaciones amorosas desagarradas (despecho), coherentes con
quienes visitan estos lugares. En locales de la avenida Baralt en Caracas,
cantantes como Daniel Santos, Julio Jaramillo, Felipe Pirela o el grupo chileno
Los Ángeles Negros, se han disputado el título de Rey de la Rocola.
UNA
AVALANCHA DE ARTISTAS
Si
bien es cierto al llamado rentismo petrolero se le adjudican perjuicios
marcados sobre la cultura venezolana, también existen puntos de influencia
importantes donde se ha beneficiado el factor económico, pero el aprendizaje,
el intercambio cultural y el oído musical del pueblo también han recibido
tributos intangibles. La tradición pasada de un dólar bajo en bolívares, hizo
que a Venezuela llegaran de visita con importante frecuencia las más
importantes orquestas que fueron cultivando los géneros afrocaribes.
LARRAIN
EL PRECURSOR
LUIS ALFONSO LARRAIN |
Esta aproximación de otras culturas musicales sucedió por obra de mediadores importantes como el músico venezolano Luis Alfonzo Larrain quien conformó desde la adolescencia las primeras orquestas que perseguían los ritmos bailables. Fue un consecuente empresario y organizador del espectáculo para el bailador y la bailadora y abrió la mano amiga a otras orquestas como la del músico dominicano Billo Frómeta. Desde entonces, las grandes orquestas y agrupaciones musicales de ritmos afrocaribes se hicieron presentes en carnavales y otras festividades de las principales ciudades del país. Este auge transita durante el período de gobierno del general Marcos Pérez Jiménez (1948-1958) a quien se señaló, entre muchas acusaciones, de fiestero.
LA
CONTRIBUCION DEL MOSAICO
A
Orquestas como la del dominicano Billo Frometa se suman la del venezolano Jesús
Chucho Sanoja y la del también venezolano Renato Capriles llamada Los Melódicos
que ya por tradición no cultivaban un solo género o ritmo musical, sino tendían
a seguir acostumbrando el oído musical del bailador a la fusión a través de los
llamados mosaicos o popurrit que son unidades musicales integradas por varias
piezas de distinto género (donde el bolero hace de anfitrión) y que al
bailarlas provocaban el deleite del cambio de ritmos y transformaban a las
celebraciones familiares en espectáculos dancísticos.
Este formato
en la cultura musical abonó semillas importantes a la fusión Salsa porque todo
género para pervivir necesita de bailadores y pistas de baile. Estas orquestas
cultivaron en su momento el ritmo Merecumbé que sirvió de nervio motor musical.
Lamentablemente por presiones de las empresas disqueras, no se les incluyó en
su momento en la fusión. Hoy por hoy las orquestas de Larrain, Sanoja, Billo,
Los Melódicos son cita obligada al referir la historia de la Salsa.
LA
HORA DE PHIDEAS
PHIDEAS DANILO ESCALONA |
Jamás
reconocería Phideas la histórica trascendencia de su programa al acuñar la
palabra Salsa como emblema que fusionó los ritmos afrocaribes. Declaró en
innumerables entrevistas la simple intención de referir la Salsa porque su
programa salía al aire a la hora de comer el almuerzo a las 12 meridiano; la
hora de la papa. Le ocurrió el mismo síndrome de indiferencia cultural que a
los franceses Hermanos Lumiere, cuando desestimaron su invento del
cinematógrafo, reduciéndolo a un aparato que no tendría trascendencia. Esta
simpleza conceptual, en el caso de Phideas, la apoyaba el hecho de que aquel sutil
aleteo ocurrió en la mesa de un restaurant. Nunca supo del tsunami subjetivo,
la fuerza emocional, la raíz histórica, los ciclos dialécticos que se huracanaron
en el vórtice de estos hechos.
Una
dimensión surgida en el paradigma de la complejidad nos permite explicar lo que
Phideas sintetizó sin saberlo: la influencia sutil. Tras las expresiones musicales
afrocaribeñas había oculta una gigantesca frustración histórica, entronizada
por la injusticia, la impunidad, la discriminación, el racismo, la
colonización, el desprecio. La alegría producida, las carcajadas expresadas, el
jolgorio emanado como manantial fecundo esconden, al igual que el jazz, una de
las tragedias culturales más espantosas habidas en la humanidad.
Cuando
Phideas invoca la palabra Salsa en su programa, se trae consigo esa influencia
reprimida por siglos, la coloca como un estandarte invisible, ancestral, y la
repite todos los días al desplegar el resultado de una cultura musical que
siendo poderosa aún es considerada vulgar, inaceptable, como desde los inicios fueron
señaladas cada una de sus expresiones, por los sectores dominantes de la
sociedad. La palabra Bembé (sin duda de origen africano) como apellido final del
nombre no es ingenua, está referida al efecto conversacional del programa.
Recordemos que Bemba es la metáfora afrodescendiente del conjunto de labios
humanos, por lo tanto, Bembé es el acto de utilizar la Bemba, de hablar. Quiere
decir que a través de aquella música hablaría una Bemba, la histórica Bemba
reprimida, despreciada, marginada por siglos y conversaría con millones de
Bembas necesitadas de comprensión. Con el programa La Hora de la Salsa el Ritmo
y el Bembé, cabía la posibilidad de que cualquier oyente, afrodescendiente o
no, reconociera su Bemba, se hallara en un Bembé.
Como
dimensión integradora, Phideas recoge, con una genialidad que nunca reivindicó,
un sentimiento habido en todos y cada uno de los ritmos y géneros
afrocaribeños: el nombramiento, la pronunciación, la invocación del acto de
comer; es por esto que en todas las ejecuciones de Salsa la palabra Sabor es
exclamada consecuentemente. Y este sabor se materializa a través de la
presencia de la mujer: la gran marginada y estigmatizada en la vulgarización de
los géneros por parte de las clases burguesas.
El
señalamiento más enconado hacia los ritmos afrocaribeños lo provoca la
participación de la mujer como bailadora, como sujeto sensual integrado a la
pareja o cuerpo de baile. Para las clases prejuiciosas, mientras el jaleo fuese
protagonizado por hombres se podía explicar, aunque no se aceptara, pero
bastaba con la participación de la mujer para ser considerado definitivamente vulgar
y execrable. Fue prolijo colocar la palabra Ritmo entre Salsa y Bembé en el
nombre del programa, porque sin mujer no hay ritmo, ni sabor, ni fuerza, ni
integración. El gran Combo de Puerto Rico la declaró Azuquita pa’l café. Desde este
punto de vista, la irrupción de la Salsa significó un golpe al patriarcado.
Como
sabor, la palabra Salsa ya se nombraba en no pocas canciones de los diferentes
géneros, sin embargo, no era asumida como un nombre integrador, como cuando se dice
guaguancó o son. El músico cubano Ignacio Piñeiro la visibiliza en su
estribillo: Échale Salsita que, repetido con un tres y unas congas, ha hecho
las delicias en bailadores y bailadoras. El sexteto de Joe Cuba interpretó su
obra titulada Cocinando en donde se prepara una Salsa y esta misma agrupación,
acelerando un bugalú, produjo un ritmo llamado Malanga que nombra a un plato de
comida. Se llama Ajiaco Caliente una pieza tocada por la Orquesta La Perfecta
de Eddie Palmieri que narra el proceso de comerse una exquisitez gastronómica
muy apreciada en el Caribe antillano. Unida al bolero la fusión Salsa ha resignificado
el acto de comer con el amor.
LLEGO
FEDERICO
FEDERICO BETANCOURT |
Puede
haber aún muchas discusiones acerca de cómo lograron aquella fusión tan sorprendente
que ya tenía un programa de radio donde la nombraban con propiedad desde hace
tres años y bailadoras y bailadores (escuchando) dispuestas a darles pie. ¿Fue
la genialidad de Roberto Montserrat o el ojo avizor de Eduviges Carrillo? Creemos
que el punto de inflexión estuvo en el güiro tocado por Federico Betancourt. Así
como se dice que el sonido producido por los trenes esclavistas cargados de
algodón, dieron al oído del afro-estadounidense la progresiva explosión del
jazz, igualmente podemos decir que ese instrumento sencillo también llamado
charrasca, llevó la clave unificadora de la Salsa; el acompasamiento y vínculo
de todos los géneros que hemos nombrado.
El
trabajo y vínculos realizado por Federico y su Combo desde ese momento dan
cuenta de cómo todos los grupos del Caribe pasaron por Venezuela. La manera de
ejecutar la Salsa estaba en la Patria de Bolívar y había que comprenderla y compartirla.
¿Por qué ese primer trabajo musical tuvo tanto éxito? La historia musical de
Venezuela puede responder esta pregunta y el poder conferido por el programa de
Phideas puede ratificarla. El pueblo venezolano cultor de los ritmos afrocaribes
respondieron al anuncio: ¡Llegó la Salsa! porque la esperaban desde hace siglos.
No fue sorpresa, ni casualidad ni un fenómeno. Culturalmente hablando, la
irrupción de la Salsa en Venezuela puede compararse a la aparición de la novela
Cien Años de Soledad del escritor colombiano Gabriel García Márquez que le puso
nombre al género literario llamado Realismo Mágico.
Causalmente
el arte, cuando toma caminos profesionales, cae en el hueco sin fondo de las
relaciones mercantiles que hábilmente el sistema capitalista adereza con la
búsqueda del éxito comercial y la fama. No sin resentimientos, Federico
Betancourt ha dicho en varias entrevistas que la notoriedad que ganó la Salsa luego
del año 1966, cuando sus apreciados efectos inundaron las salas de baile y las
casas disqueras, se vio frenado por la llegada y popularidad del Rock. Visto de
esta manera pudiera pensarse que Federico echa la culpa al género musical, que
también venía experimentando una fusión, y no a los verdaderos responsables:
los dueños de las disqueras.
Conmocionados
por lo sucedido en Venezuela, los grupos musicales anclados en la ciudad
estadounidense de Nueva York, se movilizan a través de diferentes iniciativas
para sacarle partido comercial al hallazgo, pero se encontraron con la misma
repercusión del Rock que vivió su punto culminante con la celebración del
Festival de Woodstock en agosto de 1969. Las disqueras neoyorquinas se pegaron
al nuevo fenómeno aplazando a la Salsa que se consolidaba, esto mismo pasó en
Venezuela donde los empresarios discográficos tienen una mentalidad rentista,
fenoménica, cortoplacista, cuyas ganancias estiman en 300 o 400 % sin que
contribuyan efectivamente con el desarrollo del artista. No fue el Rock el
culpable, sino quienes le dieron cabida de una manera colonizadora.
DEL SANTANAZO A LIGIA ELENA
CARLOS SANTANA |
En
Venezuela la presencia musical del Rock y la Salsa a nivel del pueblo, aunque tiene
ribetes de lucha de clases, surca los estadios de la tolerancia, convivencia y
solidaridad; valor supremo del pueblo venezolano. Sin la mediación directa de
Santana, las fusiones entre Rock y Salsa se han producido en el terreno musical
con hermandad artística. Sin embargo, existe una invisible línea divisoria
social marcada por antiguos prejuicios que no son de la responsabilidad del
pueblo sino de las clases burguesas. Esto hace que en los barrios se haya
acuñado la frase: burguesito no baila salsa, como en la burguesía se tiene a la
Salsa como música de malandros. Aunque no es nada extraño escuchar una pieza de
Rock en un barrio, eunque más extraño es encontrar una Salsa en una zona de marcado
tiente burgués. Esta tensión social la reflejó con elevada inventiva el músico
panameño Rubén Blades con la orquesta de Willie Colón en su pieza Ligia Elena,
toda una muestra de venganza cultural, donde un verso reza: se ha colado un niche en la blanca sociedad.
A las
disqueras neoyorquinas y del Caribe costó reticencias y conciencia reconocerse
dentro de la fusión Salsa, aunque muchos de los grupos y orquestas habían
contribuido con el proceso de consolidación de esta integración de ritmos y
géneros. La esencia musical integrada en Venezuela no ha sido reconocida en
algunos escenarios empresariales del disco queriendo apropiarse del suceso
histórico y musical, con el argumento de haber puesto los dólares para fundar
sellos disqueros. El investigador Gerson Maldonado en su Hemeroteca de la
Música Popular Venezolana demuestra que es con el correr de la década de los
años 70 del siglo XX, cuando se inicia el paulatino reconocimiento de la Salsa
como nombre y como género por grupos y orquestas. No es de extrañar que exista
un filme titulado Our Latin Thing / Nuestra Cosa Latina (Gast, 1972) y allí no
se pronuncia con propiedad la palabra Salsa. ¿Por qué esa película no se llamó
Our Latin Salsa? Y a propósito de la exhibición de esta película en Venezuela,
hubo protestas de algunos sectores del Este de la ciudad de Caracas, donde vive
la mayoría de la clase burguesa, porque a sus salas no llegaba este filme: ¿la
fusión rebasó la clase social? ¿El Ying se manifestó en el Yang?
ARDERA
DE NUEVO
Atrapada
en el dominio insensato y manipulador de las disqueras, la Salsa vive hoy un
ostracismo y sus expresiones se pueden escuchar como piezas de museo y del
recuerdo en radios, salones y casas. Sus obras se bailan como danzas clásicas
y se escuchan como himnos. De Venezuela hay mucho más que decir, sin embargo,
es importante destacar la significación que tuvo el proyecto Madera,
surgido en el barrio Marín de la parroquia San Agustín, en Caracas.
Quienes
conformaron su impulso original, tuvieron una comprensión del extraordinario
significado de la cultura afrodescendiente en este país y de la necesidad de
dar continuidad al momento surgido en la década de los años 60 yendo más allá
de la música, con un ambicioso programa cultural a nivel nacional. Cuando una
celada mortal se cruzó con una nutrida representación de este grupo en aguas
del Río Orinoco, el Proyecto Madera estaba llamado a encabezar una avanzada
artístico-cultural que potenciaría a toda la cultura venezolana e imbricaría a
las expresiones del Abya Yala. La tragedia del Madera, eternizada por el cantor
Alí Primera en una sentida canción, ha sido una de las mayores tragedias
culturales habidas en Venezuela. Dejó tizones de infinita crepitación que
arderán con fuerza a su hora.
POR
AHORA Y SIEMPRE CON CUBA
CARLOS PUEBLA |
A
partir del año 1960, el gobierno de EEUU impone un bloqueo económico al
gobierno revolucionario y su pueblo que paulatinamente se experimenta en todos
los órdenes sociales y llega al cultural. Sus efectos genocidas han provocado
fuertes restricciones y muerte de personas y han entorpecido las relaciones de
Cuba con los demás países. Este bloqueo ha impedido que las importantes
reflexiones culturales habidas en los diálogos de Cuba con la cultura Abya Yala
se potencien con la debida fuerza. Se explica entonces cómo el abominable
pastiche cultural asado y servido en Miami intente invisibilizar, alienar y
mediatizar las genuinas expresiones culturales de nuestros pueblos. Se
comprende luego, que en todo el Abya Yala se haya impuesto la farándula como
cultura a través de los medios de difusión.
En
Cuba se fundó el Estudio de Grabación y Ediciones Musicales (EGREM) como nervio
dinamizador y articulador de importantes iniciativas artísticas, dentro de las
cuales se desprende el sello disquero Areito, con la visible intención de
apoyar la difusión de la música tradicional cubana ligada al Son y sus
integraciones. Además del acervo histórico garantizado por este importante
trabajo, se encuentra la promoción y educación musical relacionada con los
géneros y ritmos originarios. La Salsa ha estado presente en este proceso
porque todos los trayectos y haceres culturales de nuestros pueblos se vinculan.
También ha perseguido esta importante institución, establecer relaciones de
producción artística dignas y diferentes a las impuestas por el capitalismo a
través de sus empresas discográficas que explotan al músico.
A
comienzos de la década de los años 70 del siglo XX se inició la escucha de formidables grupos
como los Van Van de Juan Formel, ese trabuco que conocimos con el nombre de Iraquere,
el Son 14; todos de grata degustación en Venezuela en la radio, el disco y la pista
de baile. Buena parte de la música cubana se ha aproximado al jazz para la degustación experimental como es el caso del pianista Chucho Valdez, sin
embargo, la popular continúa en la alegría y el goce del ritmo y la clave de la
esquina. Exigiendo al gobierno de EEUU y a los organismos internacionales el
cese definitivo del bloqueo a Cuba, como del actual que se aplica a Venezuela,
podemos decir que nada puede impedir que nuestros pueblos se relacionen y
establezcan vínculos indestructibles.
05 DE
OCTUBRE DIA NACIONAL
Aún es
común despertar en cualquier barrio de Caracas un sábado por la mañana y escuchar
cerca o a lo lejos una pieza del cantante boricua Ismael Rivera, del panameño Rubén
Baldes, del venezolano Carlos Daniel Palacios o de Carlos Rafael Perdomo
Calavén o de Canelita Medina o de Dimas Pedroza o de Oscar de León y además oír al lado que alguien, a quien no vemos,
suena un objeto contra otro para seguir la clave. Es posible imaginar que mueve
la punta de uno de sus pies o está cantando en baja voz aquello que le hace
mover el cuerpo sin darse cuenta. Quienes desconocen se sentirán perturbados, pero en esta
ciudad que es un inmenso barrio ¿Quién no conoce la Salsa?
Muchas cosas que no sabía de la salsa, me encantó
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