domingo, 8 de enero de 2017

PARPADEOS II

PIEDAD
Que el maicito que sembré, se me dé en el conuco, virgencita.

ORDEN
Al momento en que los pájaros fueron liberados de aquellas jaulas, bondadosos gatos les regalaron un final honroso.

DESEO
Luego de hacer el amor por vez primera ella preguntó: "¿me amas?" "No" respondió él.

SECRETO


FABULA
Y Dios dijo: "Tendrás la sagacidad del jaguar, la visión del águila, del buho la atención nocturna, la amistocidad del delfín, la paciencia de la tortuga, de la hormiga la fuerza. No podrás ser humano."



3 comentarios:

  1. "Al momento en que los pájaros fueron liberados de aquellas jaulas, bondadosos gatos les regalaron un final honroso" O.Rodríguez
    Realmente aquella tarde no te vi, (pero ahora que te leo sé que te diste cuenta de lo que pasó ese día), debe ser que yo andaba con aquella angustia de saber que debía hacer algo rápido para que no existiera tiempo para arrepentimientos pero a la vez hacerlo ceremonioso como un ritual de liberación que perdurara como un acto de heroismo y hazaña para ser contando en el futuro. Luego de varias semanas conversando cada noche con mis niñas de lo mal que se sentían aquellos dos periquitos australianos encerrados en la pequeña jaula en el balcón de la casa, viendo volar libremente a las palomas que se acercaban cada día a comerse lo que el viento volaba del recipiente de alpiste o viendo a las guacamayas que cada tarde atraviesan por el cielo de la casa para llegar hasta el jardín botánico, además de contar las historias de todas nuestras heroínas que lucharon para darnos la libertad, logré que mis dos hijas de cinco y cuatro años aceptaran liberar a sus dos mascotas. Eso significó buscar rápidamente un lugar donde se pudieran hacer realidad aquellas historias de "los pájaros volando libremente por el bosque" bueno lo más parecido al bosque en Caracas es nuestro Waraira Repano, así que tenía que encontrar un lugar para ellas lo liberaran en el cerro, pero a la vez tenía que ser un sitio donde pudieran llegar facilmente pero además que les permitiera en un principio conseguir algo de comer de las sobras que dejamos los irresponsables humanos, dando vuelta y vueltas el lugar que se me ocurrió fue el Mirador de la Cota Mil, así que una tarde llevamos lo que nos quedaba de su alpiste y en la pequeña jaula donde estuvieron encerradas por lo menos en los últimos seis meses en la casa, sin darme cuenta en ese momento que cuando las compraron debían estar igualmente en una jaula muy parecida desde que nacieron. El viaje lo hicimos como a las seis de la tarde con una teoría de que con la comida que le dejaramos podían aguantar y en la noche no iba a subir ningún humano a fastidiarlos y así en la mañana podía descubrir ese bosque maravillosos donde habían conseguido la libertad, ya en el lugar hicimos un pequeño ritual de despedida nos aseguramos que no había nadie viéndonos y ellas abrieron la puerta de la jaula, bueno como suele suceder los benditos pajaritos nada que se querían salir después de una espera tuve que emplear un poco más que persuación para espantar con susticos a los periquitos y es en ese momento que me doy cuenta que no vuelan lo más que hacen es dar brinquitos y medio aletear pero sin despegarse más de 20 o 30 centímetros del suelo, hice dos intentos de asustarlos para ver si volaban pero fue imposible y de repente de la nada apareció un gato, sí en el Waraira Repano (eso no estaba en mis planes) y como dice el poeta le dió honroso final a dos periquitos australianos que nacidos en cautiverios y crecidos en diminuta jaula no les dió tiempo para descubrir lo maravilloso que es sentir el aire entre sus alas. Para mi fortuna mis dos niñas no vieron aquel final, ya que nunca me perdonarían haber llevado aquellas dos aves de un espacio calientico (ellas arropaban la jaula cada noche con una manta) y con alimento seguro a ese lugar con esa fiera felina que les cegó la vida. O. Ruiz

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    1. Eso me pasó en un "Parpadeo", y vos me lo sistematizaste de una forma extraordinaria

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    2. Novato con el blog, Omar, ahora veo tu respuesta. Desde ya estaré más pendiente. Saludos.

      Siempre me pareció inadecuado tener pájaros enjaulados. Soy de la tradición del cuento "Hayahuata", del fabuloso cuento chino "El Ruiseñor", del llamado a entregar su "china" (honda) que hacía (el Tío) Simón Díaz en su programa infantil, para proteger las aves libres y concienciar a los niños (Muy pocas niñas matan pájaros con chinas), del estupendo cuento "El Llamado de la Selva" de Jack London y de muchas muestras para proteger a las aves y otros animales del maltrato.
      Sentado en el recibidor de la casa de una de mis hijas, mientras conversaba, un ruido me perturbaba la escucha. Me di cuenta que provenía de una jaula llena de pájaros. Conciencié que el ruido éste no es el mismo que un trinar de montaña. Postergada por algunos minutos la conversación, con el ocio fecundo que le otorga a todos los seres humanos la literatura, medité en aquellas encerradas aves. Pensé en los esclavos por cualquier motivo, en todas las personas dependientes, en la película de cine "La Extraordinaria Fuga" con Tim Robbins y Morgan Freeman (apellido que significa "hombre libre") en donde uno de los presos que era el bibliotecario es liberado luego de 40 años de reclusión y se suicida: estaba "institucionalizado" me explicaron luego unos participantes de un equipo de sistematización que facilitaba en CEPAP UNESR y eran Técnicos Superiores en penitenciarismo: en cine hay cualquier cantidad de películas sobre el tema. Pero por sobre todo, pensé en la famosa anécdota de Alí Primera. Me pregunté: ¿Qué harían aquellos pájaros liberados por el cantor?. Mi respuesta fue: "Sentir un terrible miedo". Luego pensé en un bondadoso gato que vendría a solucionarles tan engorrosa situación. Esos pajaritos jamás se liberarían porque nacieron cautivos. La naturaleza es así. Otra cosa que es lo mismo, la bondad de los gatos también es como un parpadeo.
      Te agradezco la respuesta. Se cumplió un objetivo de todo blog con la misma: generar la literatura que hay en cada quien. Esta "La Guarida del Druida" quiere invitara escribir. Ya sabemos por Bededetti, Cortázar y otr@s que escribir salva el mundo. Además, no es petulancia docente que te diga que tienes mucha literatura en tu escribir. Sácala para que la aproveche el mundo. En Venezuela tenemos el orgullo de que un periodista dijo al mundo: "Escribe que algo queda", ése fue Kotepa Delgado. Sigamos su ejemplo.

      Con afecto y gratitud
      Oscar Rodríguez Pérez

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