sábado, 28 de enero de 2017

TRES IDIOTAS MERODEAN LA UNIVERSIDAD

«El preescolar sirve para entrar a la primaria. 
La primaria sirve para entrar en la secundaria. 
La secundaria sirve para entrar a la universidad 
y la universidad no sé para qué sirve».
Testimonio de joven estudiante argentina en el filme 
«La Escuela de la Señorita Olga» (Mario Piazza 1991).

Dedicado al profesor Rigoberto Lanz en su fecunda siembra


PLAZA LAS TRES GRACIAS
Ser intelectual en Venezuela pudiera discurrir históricamente entre los esfuerzos victoriosos en la guerra de independencia del siglo XIX y la oligarquía financiera que terminó entronizándose en el siglo XX. Haber cabalgado desde el Decreto de Trujillo (Guerra a Muerte) en 1813 hasta la victoria de Ayacucho en 1824, donde pusimos los militares heroicos del ejército libertador (la mayoría encarnizados llaneros de nuestra tierra), la carne del ganado para alimentar a estos héroes, los caballos para transportarlos y el financiamiento de las armas para luchar, nos proyectan como guerreros sempiternos, dejándonos en una subestimación cultural hacia las artes, las letras, las ciencias, la investigación y la intelectualidad.

Aquella diatriba que parece un mito oligarca, entre el Doctor José María Vargas y el agitador Pedro Carujo, en donde se impone la fuerza del demagogo sobre la razón del científico, se convirtió en una especie de maldición contra nuestra posibilidad intelectual como cultura. Pareciera que hemos sido más lanza y caballo que libro y estudio; grito y agitación que investigación y proceso. Sucedió una guerra federal de 5 años, donde el campesinado analfabeta asumió la condena del acto de saber leer y escribir como consigna de lucha; luego acaeció que los gobernantes autócratas de los liberalismos del siglo XIX expulsaron del país a no pocos intelectuales disidentes, más tarde la dictadura de Gómez (1908-1935) cerró la Universidad y reprimió toda disidencia ideológica; posteriormente los gobiernos despóticos de la Cuarta República asesinaron, persiguieron y torturaron a profesores universitarios, estudiantes y artistas, y luego tarifaron la acción cultural e intelectual con becas. Ante esto: ¿El pueblo venezolano hoy se siente intelectual?


Tal vez las Misiones educativas creadas en Venezuela desde 1999, hagan que muchas venezolanas y venezolanos se sientan intelectuales y logren que las universidades trasciendan mucho más su papel de promotoras de esta dimensión tan importante de la cultura. Todos y todas somos intelectuales como decía el militante comunista italiano Antonio Gramsci, pero en Venezuela la realidad actual de las universidades autónomas pareciera negar esta posibilidad, enclaustrando y muchas veces invisibilizando su papel popular. ¿Para qué servirá la Universidad entonces, si no va a generalizar la posibilidad de promover la intelectualización del devenir ciudadano y popular? Las universidades autónomas viven la misma crisis del paradigma positivista que las creó y lo han promovido durante años, sin darse cuenta de su debacle. Por esto sus autoridades se colocarán siempre de espaldas a cualquier revolución social del siglo XXI.

UN TAL «RANCHO» LLEGA A LA UNIVERSIDAD

PELICULA "LOS TRES IDIOTAS"
Los estudiantes experimentados de un instituto universitario hindú, reciben a los recién llegados con la humillación de bajarles los pantalones y ser sellados en sus nalgas como vacas, hasta que llega Rancho (Amir Khan) y se rebela contra esta tradición, aplicando al líder estudiantil de la ignominia una represalia ingeniosa. A partir de este momento,  el personaje devela la crisis del paradigma científico-técnico entronizado en la universidad y se convierte en la personificación de la visión emergente y transformadora. Rancho revela la visión compleja en su práctica estudiantil y se vincula con dos condiscípulos a través del afecto y la amistad, ellos son: Farhan Qureshi (R. Madhavan) y Raju Rastogi (S. Joshi). Son patrimonio de Rancho, además de su sonrisa, su inventiva, creatividad, originalidad, complejidad que confronta y problematiza con el rector del instituto, prof. Virus (Boman Irani), quien representa a la docencia autoritaria, rectilínea, mal encarada, represiva, castradora. Rancho y sus dos amigos sostienen el argumento central del filme «Los Tres Idiotas». (Rajkumar Hirani, 2012).

Para remover la rigidez de los cursos, Rancho se propone intervenir con propuestas y visiones propias y retar las visiones anquilosadas de la universidad tradicional en la acción de sus profesores. Reivindica el amor como respeto por la otra y el otro y la dignidad que no se aprovecha del prójimo para abusar ni sacar ventajas. Sus amigos Farhan y Raju van comprendiendo la propuesta de Rancho y la profunda razón de sus vidas, y Rancho a su vez comprende las vidas de sus amigos, cuando se involucra con sus familias y su historia, demostrando que la universidad no se transformará si no rebasa las cuatro paredes del claustro.

UNA METODOLOGIA SUICIDA

PELICULA "LOS TRES IDIOTAS"
El suicidio del estudiante Joy Lobo (Ali Fazal), además de ser la denuncia de la primera causa de muerte juvenil en la India, es la simbolización del suicidio espiritual que se sigue viviendo en la Universidad positivista en todo el mundo. La sociedad occidental, casada con la certeza, con lo comprobable, la racionalización del conocimiento y el individualismo, causa una asfixia espiritual al ser humano estudiantil, sometido a un demencial currículo cerrado, que tiene como finalidad fomentar la competencia (capitalista) e imponer la selección natural de las especies (sobrevive el más fuerte: darwinismo). Rancho confronta esta imposición, (siempre con el riesgo de ser expulsado) a fuerza de constancia, actitud crítica, vivir y gozar del aprendizaje y relacionar el conocimiento con la vida. Se despliega un vínculo entre la actitud transformadora de Rancho y la cultura ancestral, al proponer una técnica de respiración y así contrarrestar la asfixia universitaria, mediante la frase armonizadora: «All is well» (Todo está bien) mientras se palpa el pecho.

Hay una redimensión del papel del intelectual en la sociedad a través del filme. La metáfora del título (Los Tres Idiotas) supone plantear la otra cara de la moneda del intelectual o de la intelectualidad. Para rebelarse contra la rigidez del academicismo siempre positivista y represivo, hay que valerse de una lúdica que no será comprendida en un principio y los hará pasar por “idiotas”, sin embargo, este señuelo es el pasaporte para que los estudiantes comprendan a futuro, una vía expedita y eficiente para rebelarse contra la supuesta rigurosidad académica y el fatuo destino de trabajar para las transnacionales. Rancho parece decirnos con su práctica: «Frente a la rigurosidad academicista positivista, la solidez académica que es producto de la solidaridad y el amor».

PAROS UNIVERSITARIOS DEL SIGLO XXI

EL HOMBRE AL DIA
La vida Rancho revela el pasado de sometimiento de los pueblos a las oligarquías. Rancho estaba pagando la deuda de ser pobre social, no sólo con el currículo demencial y crediticio sino con su propia vida. La relación hipócrita entre la universidad y el ascenso social es denunciada en el sacrificio que hizo Rancho por aprender por encima de las injusticias. Estas injusticias han tenido a las universidades en un paro secreto, invisible. Un paro frente a una educación crítica, un paro frente a la humanización, un paro frente al aprendizaje colectivo, un paro frente a otras formas de currículo. Antes que cualquier paro planteado frente a la coyuntura actual, quienes dirigen y administran los currículos de las universidades autónomas, no han caído en cuenta que tienen varias décadas estando en paro frente a la vida y frente a la transformación universitaria que está planteada y lo mejor que pueden hacer es guardar el paro en sus casas y no regresar al alma mater hasta no encontrar conciencia. Y si no encuentran esa conciencia, no regresen jamás.

Publicado en el Semanario Las Verdades de Miguel Año 2013
Caracas, Venezuela.

1 comentario:

  1. Muy interesante estos planteamientos. Sin embargo, agregaría que no sólo universidades autónomas siguen atadas al positivismo, sino también universidades experimentales, concebidas de una manera y luego contaminadas con la incorporación de docentes jubilados (o no) de universidades autónomas, que no se familiarizan con nuevas concepciones, nuevos paradigmas y asumen posiciones de poder y decisiones en nuestra Casa de Estudios.

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