La
Guarida del Druida (LGD) ha logrado la exclusiva mundial: entrevistar
a la Asamblea Nacional Constituyente venezolana (ANC). Perseguimos a
esta compañera durante meses, incluso desde antes de las elecciones
donde resultó triunfadora el día 30 de julio de 2017 y no habíamos
podido dar con su paradero. Finalmente la conseguimos tomándose un
café en la Plaza Bolívar de Caracas luego de hacer la cola
correspondiente.
LGD:
Oiga. ¿Es Usted la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela?
ANC:
Sí, dígame.
LGD:
¿La Asamblea Constituyente de 1999 o la de 2017?
ANC:
Soy la de 2017. La del 99 es mi hermana. Ésa estaba descansando,
pero a raíz de mi éxito, la han estado llamando para entrevistarla.
¿Tú la quieres entrevistar?
LGD:
No. A ella no. Es con usted que queremos hablar. La de 2017.
ANC:
Estamos a la orden.
LGD:
¿Se ha vuelto muy popular Usted, no?
ANC:
Si. Por obra del Presidente Maduro que me llamó para que viniera a
orientar en la solución de los problemas del país. Eso fue el
primero de mayo de este año 2017. Sin embargo, yo creo que mi pueblo
venezolano me anhelaba porque antes de ponerse en práctica en la
legislación, las constituyente de todo el mundo son anheladas por
los pueblos. Ahí el Presidente Maduro, nuevamente dio en el clavo.
LGD:
Pero, eso de venir a orientar en la solución de los problemas del país
¿no es, acaso, una pretensión muy ambiciosa?
ANC:
Realmente no creo que sea una pretensión. Tal vez una ambición
social de un sector importante de la sociedad que es el pueblo, te
insisto, el pueblo. Fíjate el problema de violencia que hemos
tenido, provocado por una clase social pudiente, adinerada, que ha
sido financiada por factores externos para sabotear al país y sacar
de la Presidencia de Venezuela al Presidente Nicolás Maduro. Eso es
un problema social muy grave que yo vine a buscar cómo solucionar,
sin dejar de ser del pueblo.
LGD:
Pero hay otros problemas de fondo, problemas mucho más estratégicos
que aún no se han solucionado.
ANC:
Ahhhh, esos problemas sí que yo no los puedo solucionar, pero mi
acción puede abrir el camino de facilitar su solución. En mis
conversaciones con el Presidente Maduro, este aspecto siempre ha
estado claro.
LGD:
¿Cómo fueron estas conversaciones con el Presidente Maduro?
ANC:
Fueron unos debates muy intensos, signados por la urgencia del momento. Hasta altas horas de la noche conversamos muchos días antes de
lanzar el decreto. Recordemos que fueron horas aciagas para la
Patria. El Presidente es una persona muy inteligente, con una alta
sensibilidad social, un trabajador incansable; aprendió mucho con el
comandante Hugo Chávez. También ha aprendido bastante en estos años
como mandatario, su discurso denota lecturas intensas de la realidad
nacional y mundial. Sin duda era la persona ideal para el cargo y
para la gran responsabilidad que nos ha tocado vivir. Ahora bien, ya
desde 1999, el antes constituyentista Maduro, discutió con mi
hermana en el 99, la posibilidad de abarcar lo más amplio posible el
estamento jurídico para favorecer al pueblo, sin embargo, en aquella
oportunidad se marcaron ausencias significativas porque las presiones
de la burguesía metida dentro del proceso con sus manipulaciones y
vicios fueron muy fuertes; tenían agentes leguleyos que metieron
freno de mano a muchas transformaciones sociales que se quedaron para
después.
LGD:
¿Por ejemplo?
ANC:
Las transformaciones en el orden de la propiedad no fueron completas,
ésas relacionadas con el socialismo; quedaron en riesgo los recursos
naturales al no completarse los normativos y sanciones, las de orden
laboral por igual fueron baypaseadas. También la voz de los
intereses burgueses quedó viva en muchos artículos.
LGD:
Se habla mucho del aspecto de las sanciones a los grupos sociales que
cometieran infracciones graves…
ANC:
Es cierto, pero eso, siendo importante, no es lo más grave. No se le
puso coto transformador a quienes producen y procesan los alimentos y
delinquen con el acaparamiento y lo estamos viviendo en estos
momentos. Los intereses de la burguesía quedaron intactos. Mi
hermana del 99 no fue socialista, más bien tuvo un marcado sesgo
socialdemócrata con algunos avances e innovaciones, tales como el
reconocimiento de la pluriculturalidad que abre paso a la inclusión
de los derechos de los pueblos indígenes, esto hace revolucionaria a
mi hermana. El lenguaje de género que consagra los derechos de la
mujer y la familia es un logro. Pero en otros aspectos la cosa quedó
igual.
LDG: ¿Qué me puede decir de la llamada Ley contra el Odio?
ANC: Muy necesaria.
LDG: Aunque los sectores opositores se han estado burlando de su sanción por aquello de que es imposible regular el odio argumentando que es un sentimiento y hasta han utilizado canciones del género musical bolero.
ANC: Allí los opositores demuestran una vez más el sentido actual de su política nefasta. Así como el amor, el odio se puede educar y fomentar. Hay libros que se han escrito en donde el amor se estudia como un arte. En realidad deberíamos decir: "Ley contra el fomento del odio". No es bueno que ninguna persona odie.
LGD: La oposición se burla por el análisis de Carlos Marx acerca del llamado "odio de clases" que luego se encargaron de promover militantes políticos como el Ché Guevara. Se burlan de una contradicción que ven entre el "odio de clases" marxista y el espíritu de la Ley que condena la práctica del odio.
ANC: Ellos saben de qué se trata y ocultan buena parte del análisis. El odio de clase de la hegemonía fue primero que el de los explotados. Ellos odian y desprecian a los explotados quienes deben servirles sumisamente. Ésta ha sido la historia desde los albores de la división social del trabajo. La historia de sumisión de los explotados de la tierra es, tal vez, el pasaje más triste y amargo habido en toda la historia de la humanidad. De hecho, los pueblos "no odian" no porque sean sumisos sino porque aman. Coherente con esta prédica, el Comandante Hugo Chávez siempre dijo que no odiaba a sus enemigos, de allí el perdón del año 2002 que muchos han criticado. Sin embargo, muchos pensamos que sin ese acto de perdón, tal vez la guerra que hoy vivimos se hubiese adelantado de una manera cruenta.
LGD: Pero no se castigaron a los culpables de aquellos hechos.
ANC: Hubo fallas en nuestro sistema de justicia. Por eso estamos aquí. Ahora bien. Desde el planteamiento marxista, el odio de clases se orienta a los explotados (que son muchos más que los explotadores) para que logren derribar la inmensa barrera histórica de sumisión que les ha sido impuesta por la clase explotadora y logre tomar conciencia de su papel histórico. Lo primero es que vean que tienen un enemigo de clase, porque uno de los efectos fundamentales que produce la explotación es la alienación y de ésta emana una identificación de los explotados con los explotadores. Por esto es que se ve ese fenómeno de que los explotados, los jodidos, los del barrio, defienden los intereses de los explotadores que los engañan, los desprecian, los explotan.
LGD: Pero éste odio de clases no entra en el espíritu de la Ley, ¿Cómo es esto?
ANC: El odio de clases es un proceso de conciencia que se debe despertar en el ser humano explotado, alienado para que identifique su enemigo histórico y le haga recuperar sus propios intereses. El odio que sanciona la Ley es ese odio inconsciente, abisal, manipulado por la mediática imperial y las clases hegemónicas, trabajado semióticamente durante años para que odien a las personas por sus diferencias, su color de piel, su apariencia física, su forma de pensar, su opción sexual, su posición en el mundo. Es ése el odio que pretende sancionar la Ley: el odio fascista.
LGD: El odio de los explotadores ¿No es odio de clases?
ANC: Sí es odio de clases. El caso es que en la lucha de clases el odio de clases del explotador no le permite recuperar su conciencia y humanidad, por el contrario, lo hace más inconsciente e inhumano, en cambio el odio de clases sí le permite al explotado hacerse más consciente y humano, porque le provee de la suficiente conciencia para restablecer su dignidad que es el reconocimiento de los otros como legítimos.
LGD: ¿O sea que lo que la Ley condena es ese odio burgués que toma la forma de fascismo y lo convierte en una bestia inconsciente e inhumana que violenta la dignidad de los otros?
ANC: Exacto. El odio de clases libera al oprimido, al explotado, al pobre. Lo libera de su propio odio, lo desaliena, lo humaniza porque lo hace consciente de su papel histórico, en cambio, el odio de clase condena al opresor porque lo sumerge en su propio odio, lo aliena cada vez más y ese sentimiento se transforma en algo destructivo.
LGD: Es por esto que el primer impulso que tienen los opositores es a destruir porque sus amos explotadores no pueden extinguir su propio odio.
ANC: Sería anti-histórico que lo hicieran. Ellos tienen el papel histórico de demostrar ese odio que sólo se extinguirá cuando dejen de ser explotadores, como el caso de aquel Pu Yi, el último emperador chino, que fue depuesto por la Revolución Popular China y terminó siendo un jardinero, que es uno de los oficios más bellos y edificantes que pueda hacer un ser humano.
LGD: Si esta Ley contra el Odio se hubiese implementado en el mundo luego de la Segunda Guerra Mundial, sobre todo en los países europeos, no tuviésemos ese regreso del fascismo que hoy experimenta el mundo como un serio peligro para la humanidad.
ANC: Eso es verdad. Esta es una Ley que se debe implementar en todos los rincones de la sociedad porque todos somos proclives a fomentar el odio fascista si no somos educados de una manera diferente. Se debe implementar en la familia, en la escuela, en los centros religiosos, en los consejos comunales.
LGD: Toda esta visión histórica la conocen los opositores.
ANC: Algunos la conocen, ocultan ese conocimiento y lo tergiversan a propósito; la mayoría la desconocen porque son unos ignorantes, producto de la falta de formación política que tienen. Fíjate que el primero en experimentar el odio de clase, antes que Marx, fue el Libertador Simón Bolívar con el Decreto de Guerra a Muerte que denunciaba ante el mundo las bestialidades que cometía del poder imperial a manos del ejército realista y le permitió hacer consciente a sus partidarios de quién era el enemigo en la guerra de independencia; y una vez conscientes de esto, ese odio amainó como las fuertes lluvias, producto de la gran conciencia que obtuvo su líder. También pasó con la llamada lista Tascón que en un momento de peligrosa incertidumbre, luego de los sucesos de abril de 2002, surgió de manos de la misma oposición. Esto detuvo las acciones de saboteo institucional y social que estaban preparadas. Fue un acto genuino de odio de clases. Cuando aquel diputado lanzó la lista, trajo conciencia de quiénes éramos en esta lucha. Muchas caretas se cayeron. Es por esto que no se debe llamar a la burla a una Ley que viene a normar la conducta ciudadana para un mejor porvenir en democracia.
LGD: Sin embargo, es significativo acotar que esta conducta de burla a este importante aspecto de las leyes constituyentes también responde a la estrategia de banalización de la política que tienen los sectores hegemónicos. Es una estrategia que tiene como objetivo desesperanzar a los sectores populares para despojarlos del accionar político.
ANC: Es así. Hay que recordar que nuestro pueblo no ha realizado este proceso bolivariano por obra y gracia del espíritu santo. Nadie le regala a los pueblos su formación política. Nuestra educación política es producto de una práctica constante y una lucha que por décadas sostuvimos para reconstruir el movimiento popular reprimido por las políticas de la Cuarta República. Pero se continúa subestimando al pueblo que somos, diciendo que no tenemos la suficiente madurez para encargarnos de los problemas y esto es una falacia. Ya basta de que los funcionarios institucionales dirijan los destinos de la revolución. Ya estamos preparados para tomar las riendas de este proceso. Ya nuestra participación política no es nada ingenua.
LGD: Se dice que los constituyentistas del 99 se fueron de ingenuos o inocentes al respecto de no estipular las sanciones.
LDG: ¿Qué me puede decir de la llamada Ley contra el Odio?
ANC: Muy necesaria.
LDG: Aunque los sectores opositores se han estado burlando de su sanción por aquello de que es imposible regular el odio argumentando que es un sentimiento y hasta han utilizado canciones del género musical bolero.
ANC: Allí los opositores demuestran una vez más el sentido actual de su política nefasta. Así como el amor, el odio se puede educar y fomentar. Hay libros que se han escrito en donde el amor se estudia como un arte. En realidad deberíamos decir: "Ley contra el fomento del odio". No es bueno que ninguna persona odie.
LGD: La oposición se burla por el análisis de Carlos Marx acerca del llamado "odio de clases" que luego se encargaron de promover militantes políticos como el Ché Guevara. Se burlan de una contradicción que ven entre el "odio de clases" marxista y el espíritu de la Ley que condena la práctica del odio.
ANC: Ellos saben de qué se trata y ocultan buena parte del análisis. El odio de clase de la hegemonía fue primero que el de los explotados. Ellos odian y desprecian a los explotados quienes deben servirles sumisamente. Ésta ha sido la historia desde los albores de la división social del trabajo. La historia de sumisión de los explotados de la tierra es, tal vez, el pasaje más triste y amargo habido en toda la historia de la humanidad. De hecho, los pueblos "no odian" no porque sean sumisos sino porque aman. Coherente con esta prédica, el Comandante Hugo Chávez siempre dijo que no odiaba a sus enemigos, de allí el perdón del año 2002 que muchos han criticado. Sin embargo, muchos pensamos que sin ese acto de perdón, tal vez la guerra que hoy vivimos se hubiese adelantado de una manera cruenta.
LGD: Pero no se castigaron a los culpables de aquellos hechos.
ANC: Hubo fallas en nuestro sistema de justicia. Por eso estamos aquí. Ahora bien. Desde el planteamiento marxista, el odio de clases se orienta a los explotados (que son muchos más que los explotadores) para que logren derribar la inmensa barrera histórica de sumisión que les ha sido impuesta por la clase explotadora y logre tomar conciencia de su papel histórico. Lo primero es que vean que tienen un enemigo de clase, porque uno de los efectos fundamentales que produce la explotación es la alienación y de ésta emana una identificación de los explotados con los explotadores. Por esto es que se ve ese fenómeno de que los explotados, los jodidos, los del barrio, defienden los intereses de los explotadores que los engañan, los desprecian, los explotan.
LGD: Pero éste odio de clases no entra en el espíritu de la Ley, ¿Cómo es esto?
ANC: El odio de clases es un proceso de conciencia que se debe despertar en el ser humano explotado, alienado para que identifique su enemigo histórico y le haga recuperar sus propios intereses. El odio que sanciona la Ley es ese odio inconsciente, abisal, manipulado por la mediática imperial y las clases hegemónicas, trabajado semióticamente durante años para que odien a las personas por sus diferencias, su color de piel, su apariencia física, su forma de pensar, su opción sexual, su posición en el mundo. Es ése el odio que pretende sancionar la Ley: el odio fascista.
LGD: El odio de los explotadores ¿No es odio de clases?
ANC: Sí es odio de clases. El caso es que en la lucha de clases el odio de clases del explotador no le permite recuperar su conciencia y humanidad, por el contrario, lo hace más inconsciente e inhumano, en cambio el odio de clases sí le permite al explotado hacerse más consciente y humano, porque le provee de la suficiente conciencia para restablecer su dignidad que es el reconocimiento de los otros como legítimos.
LGD: ¿O sea que lo que la Ley condena es ese odio burgués que toma la forma de fascismo y lo convierte en una bestia inconsciente e inhumana que violenta la dignidad de los otros?
ANC: Exacto. El odio de clases libera al oprimido, al explotado, al pobre. Lo libera de su propio odio, lo desaliena, lo humaniza porque lo hace consciente de su papel histórico, en cambio, el odio de clase condena al opresor porque lo sumerge en su propio odio, lo aliena cada vez más y ese sentimiento se transforma en algo destructivo.
LGD: Es por esto que el primer impulso que tienen los opositores es a destruir porque sus amos explotadores no pueden extinguir su propio odio.
ANC: Sería anti-histórico que lo hicieran. Ellos tienen el papel histórico de demostrar ese odio que sólo se extinguirá cuando dejen de ser explotadores, como el caso de aquel Pu Yi, el último emperador chino, que fue depuesto por la Revolución Popular China y terminó siendo un jardinero, que es uno de los oficios más bellos y edificantes que pueda hacer un ser humano.
LGD: Si esta Ley contra el Odio se hubiese implementado en el mundo luego de la Segunda Guerra Mundial, sobre todo en los países europeos, no tuviésemos ese regreso del fascismo que hoy experimenta el mundo como un serio peligro para la humanidad.
ANC: Eso es verdad. Esta es una Ley que se debe implementar en todos los rincones de la sociedad porque todos somos proclives a fomentar el odio fascista si no somos educados de una manera diferente. Se debe implementar en la familia, en la escuela, en los centros religiosos, en los consejos comunales.
LGD: Toda esta visión histórica la conocen los opositores.
ANC: Algunos la conocen, ocultan ese conocimiento y lo tergiversan a propósito; la mayoría la desconocen porque son unos ignorantes, producto de la falta de formación política que tienen. Fíjate que el primero en experimentar el odio de clase, antes que Marx, fue el Libertador Simón Bolívar con el Decreto de Guerra a Muerte que denunciaba ante el mundo las bestialidades que cometía del poder imperial a manos del ejército realista y le permitió hacer consciente a sus partidarios de quién era el enemigo en la guerra de independencia; y una vez conscientes de esto, ese odio amainó como las fuertes lluvias, producto de la gran conciencia que obtuvo su líder. También pasó con la llamada lista Tascón que en un momento de peligrosa incertidumbre, luego de los sucesos de abril de 2002, surgió de manos de la misma oposición. Esto detuvo las acciones de saboteo institucional y social que estaban preparadas. Fue un acto genuino de odio de clases. Cuando aquel diputado lanzó la lista, trajo conciencia de quiénes éramos en esta lucha. Muchas caretas se cayeron. Es por esto que no se debe llamar a la burla a una Ley que viene a normar la conducta ciudadana para un mejor porvenir en democracia.
LGD: Sin embargo, es significativo acotar que esta conducta de burla a este importante aspecto de las leyes constituyentes también responde a la estrategia de banalización de la política que tienen los sectores hegemónicos. Es una estrategia que tiene como objetivo desesperanzar a los sectores populares para despojarlos del accionar político.
ANC: Es así. Hay que recordar que nuestro pueblo no ha realizado este proceso bolivariano por obra y gracia del espíritu santo. Nadie le regala a los pueblos su formación política. Nuestra educación política es producto de una práctica constante y una lucha que por décadas sostuvimos para reconstruir el movimiento popular reprimido por las políticas de la Cuarta República. Pero se continúa subestimando al pueblo que somos, diciendo que no tenemos la suficiente madurez para encargarnos de los problemas y esto es una falacia. Ya basta de que los funcionarios institucionales dirijan los destinos de la revolución. Ya estamos preparados para tomar las riendas de este proceso. Ya nuestra participación política no es nada ingenua.
LGD: Se dice que los constituyentistas del 99 se fueron de ingenuos o inocentes al respecto de no estipular las sanciones.
ANC:
¡Yo no creo esa vaina! Buenos nada. Ingenuos o inocentes menos. Las
reglas del juego eran las mismas para todos. Eso es como si entre dos
equipos de fútbol que juegan bajo lluvia, los que pierdan digan que
perdieron porque el campo estaba mojado, lleno de fango. En una
cancha no llueve para un solo lado. Lo mismo pasó en el 99. ¿No
sería que hubo quienes miraron hacia arriba y dejaron pasar la
oportunidad de transformar la sociedad a fondo?
LGD:
Usted cree que en esa oportunidad se pudo ir más lejos.
ANC:
Aunque no es bueno hacer la política del “todo o nada”, en
cualquier oportunidad humana se puede ir más lejos. Lo que pasa es
que hay situaciones que yo prefiero que sea mi hermana del 99 la que
exprese su criterio. Fíjate la anécdota que ya es pública en donde
no dejaban que el Presidente Chávez colocara sus propuestas. No lo
dejaban pasar al recinto de la ANC del 99.
LGD:
Esos son momentos donde hay muchas presiones por parte de los grupos
de poder económico.
ANC:
Así es. Recordemos que eran momentos en que se iniciaba lo que hoy
llamamos la Revolución Bolivariana. El chantaje con las amenazas de
violencia por parte de las burguesía ya comenzaba a coger cuerpo en
la sociedad venezolana de entonces. Es bueno decir que esas presiones
no han cesado, por el contrario, se han incrementado. Fijémonos en
la violencia fascista de este año 2017.
LGD:
¿Pero se pudo ir más lejos o no?
ANC:
Claro que sí. Y lo demuestran los sucesos de abril de 2002. De todas
formas iban a atentar contra el gobierno e incluso contra el Estado.
Hasta secuestraron al Presidente Chávez.
LGD:
Entonces ¿hubo ingenuidad o no?
ANC:
¿Ingenuidad? ¡Vacié! En mi distancia veo más bien acuerdos.
LGD:
Un constituyentista del 99 dice que se fueron de poetas.
ANC:
Eso es completamente ridículo. Si hubiesen estado poetas en el 99 no
pasa lo que ellos dicen que pasó. Si poetas como el Chino Valera
Mora hubiese sido constituyentista, les canta su poema “Amanecí de
Bala” y todos se chorrean. Hubo más bien mucha politiquería qué
cortar. El gamelote politiquero campeaba y no podía ser diferente.
Ésa era la Venezuela del momento. El adequismo estaba intacto y aún
hay mucho adequismo qué cortar. Fíjate que eso de que “se fueron
de poetas en el 99” no es más que una clásica salida adeca.
Echarle la culpa a la cultura, cuando los politiqueros son unos
incultos, nada saben de poesía.
LGD:
¿Todavía hay mucho adequismo en la sociedad?
ANC:
Yo creo que está muy golpeado el adequismo, pero aún tiene mucha
fuerza, sobre todo en las instituciones que fue donde clavó su puñal
más terrible.
LGD:
La Asamblea Nacional puede ser la mejor muestra.
ANC:
Si, pero no la de ahora solamente. “Los pueblos pueden vivir sin
reyes y sin congresos” decía el maestro Simón Rodríguez. Los
Congresos y Asambleas nacionales, llámalos como quieras, son
escenarios de representatividad, jamás podrán ser de protagonismo
del pueblo. Esa Asamblea Nacional desde que se terminó la
Constituyente del 99 no ha sido más que una réplica del Congreso
Nacional bipartidista. Esto lo sabía el pueblo en las calles. Si
aquí hablamos de revolución de verdad, de transformación profunda
de la sociedad, no podemos estar trabajando para legitimar aún más
a las Asambleas Nacionales representativas. Deben ser organismos
protagónicos con mecanismos donde el pueblo decida y quien mande lo
haga obedeciendo al pueblo. Hay mucha gente que siendo pueblo accede
a la representatividad de una Asamblea y hasta allí llegan sus
impulsos en favor de su gente. Cuando tienen el cargo comienzan a
hablar el lenguaje del enemigo histórico y a defender sus intereses.
LGD:
¿Quiere decir que la Asamblea Nacional actual no es la peor que
hayamos tenido?
ANC:
No es la peor. En la de ahora, por lo menos podemos saber un poco más
acerca de quién es quién en ese redil. Vemos los extremos de la
polarización. La peor es la que estaba llena de adecos con franela
roja. La mejor muestra de que éste es un pueblo politizado y arrecho
es la forma cómo en el 2015, con sabiduría y paciencia (como dice
la canción de Alí Primera) y con el voto, sacó una pila de adecos
con franela roja que poblaban la Asamblea como garrapatas
chupasangres.
LGD:
Fue el voto castigo.
ANC:
Ésa es una expresión adeca que deja en la superficie solo la nata
de lo esencial, del fondo.
LGD:
Disculpe Usted.
ANC:
Disculpado. Lo trascendente de este momento es que para 2015 las
fuerzas revolucionarias estaban inmovilizadas frente a una función
politiquera desde una Asamblea Nacional donde las actitudes adecas
estaban disfrazadas de revolucionarias. No pocos parlamentarios
rojos-rojitos por fuera y blanco-blanquitos por dentro, conchupando y
viviendo de los dineros del pueblo. Con esas dietas cualquiera decía
que era un revolucionario. Así sí que es sabroso hacer una
revolución que nunca llega.
LGD:
Quiere Usted decir que el
pueblo decidió cambiar el escenario político para avanzar en la
transformación de la sociedad.
ANC:
Fue lo que hizo. Metió
a los adecos y demás opositores en su escenario
natural con la mayoría que
a ellos les gusta para
agudizar las contradicciones.
Un análisis medianamente
marxista corroboraría
esta aseveración. El pueblo
rompió con la comodidad parlamentaria en que se encontraban las
fuerzas bolivarianas que
eran criticadas a diario en
las calles y rincones del
país. Con
mediaciones perniciosas que aún no se han marchado, aún
están allí, pero esto es un proceso de largo aliento y
no se decide todavía.
LGD:
Pero el
pueblo le dio el
poder a sus enemigos.
ANC:
Ese es un poder que siempre
han tenido los
agentes de la reacción oligarca, burguesa, opositora, aun
en el proceso bolivariano.
El hecho de que hayan sido minoría en la Asamblea Nacional no
demuestra que habían
perdido el poder político y social. Siguen teniendo ese poder de
negociación y mando, lo que pasa es que verse en la desventaja de la
Asamblea les incomodaba el protagonismo mediático que necesitan para
moverse en las redes y seguir profundizando su guerra contra el
pueblo desde dentro y desde afuera. Pero siguen teniendo poder aún
con aquella desventaja con que llegaron a las elecciones de 2015 por
la Asamblea.
LGD:
Se recuperó dentro de la
Asamblea.
ANC:
Esa recuperación estaba
cantada. El llamado chavismo había logrado lo que sus sectores
conservadores anhelanban:
conchupar con la oposición hasta
2015. Mientras
el pueblo chavista quiere una transformación de la realidad social a
fondo, el conservadurismo chavista (neo-adeco) quiere que las cosas
sigan igual. Por esto, ese
llamado permanente a convivir políticamente, esa invocación a una
oposición cívica, tranquila, coqueta, perfumada, convivencial,
claro, que les permita
conchupar.
LGD:
¿No es éste el juego
democrático?
ANC:
Si. Es el juego de la
democracia representativa, donde el pueblo es mirón de palo. Y como
las Asambleas de ese tipo nunca serán diferentes, siempre serán
sitios de representatividad, conchupancia, corrupción. Son espacios
donde el ejercicio político es un negoción porque circula mucho
billete para repartir entre todos los que allí rumian y
benefician a la oligarquía que es al final quien termina ganado.
Son dineros de la Patria. Ese es el modelo de Asamblea que
consagraron los adecos. Modelo
que nunca cambiará mientras
las reglas del juego sean éstas.
LGD:
¿Entonces, para que el pueblo
pueda incidir en una política que le favorezca, este modelo de
Congreso o Asamblea (da lo mismo) debe desaparecer?
ANC:
Sin lugar a dudas.
LGD:
Tal vez no han habido
oportunidades de acabar con esa práctica de Asamblea o Congreso en
estos dieciocho años de Revolución.
ANC:
Sí las ha habido. En
lo concretico son dos: una
buena y una mala: ¿Cuál quiere que te diga primero?
LGD:
Para seguir la costumbre,
dígame la mala primero.
ANC:
La mala oportunidad se
presentó cuando el golpe del 11 de abril de 2002. Concretamente el
12 de abril cuando la
oligarquía y su lacayo Pedro
Carmona Estanga eliminó a la Asamblea Nacional junto a todos los
poderes. Ese día, mi hermana del 99 pidió asilo en el Tibet para
que no la agarrara el sionista Isaac Pérez Recao.
Toda la oposición, desde la terrorista extrema hasta la más
rastrera se pasó
políticamente al anarquismo, sin
darse cuenta. Es
posible que esto sea un caso sin precedente en
el mundo. Fueron
tan brutos que ni sabían
que habían provocado esto.
Si los sectores
revolucionarios
(que debe haberlos en
esta sociedad)
hubiesen tenido una pizca
de influencia
y poder en
la Fuerza Armada, toman el poder social
íntegro y Chávez hubiese
regresado de su secuestro,
en medio de una propuesta
anarquista del Poder, sin
deseos de tener poderes
constituidos
sino
puras asambleas populares.
No hubo discurso ni
planteamiento para esa estupenda propuesta. Fue
un momento constituyente que se perdió.
En instantes como éste, tan
extraordinarios, pasan acontecimientos en fracciones de segundo donde
la imaginación y los tiempos se trastocan. Si Chávez
me hubiese llamado el 14 de abril de 2002, ahora mismo tú y yo
estuviésemos hablando de
otra cosa
política.
LGD:
Claro. Por eso es que Jorge
Olavarría pone el grito en el cielo cuestionando aquel decreto número
uno.
ANC:
Por supuesto, como
buen burgués. Todos los
representativos vieron el acabose de la sociedad burguesa
por la mano de
los mismos burgueses. Un
país sin reyes y sin congresos, tal y como lo soñó Simón
Rodríguez. La
representatividad ya es un piso político podrido para los pueblos,
pero todavía tiene algunos listones discursivos que los sostiene y
gente con mucha influencia.
LGD:
¿Y la buena oportunidad cuál
fue?
ANC:
Se presentó cuando
la oposición
se negó
a participar en las
elecciones a la Asamblea
Nacional del
año 2005.
Ésa fue la gran oportunidad para elaborar un proyecto de Ley que
consagrara otras formas de legislar del pueblo y marcara la paulatina
y segura eliminación de ese antro que es la Asamblea Nacional. Había
que embarcarse en un ejercicio de estudio urgente en este sentido. El
Presidente Chávez sabía de esta oportunidad pero no pudo hacer
nada por la creciente
representatividad que desde ya mostraba su partido. Chávez
sabía que a muchos de sus partidarios les encanta representar al
pueblo sin ser pueblo. Si
hubiese planteado esto, tal
vez se hubiese enfrentado a su propia la
dirigencia; si
le pasó a Lenin y a Mao, que le pasara a Chávez no era de extrañar.
Recuerda usted cuando en un Aló Presidente, Chávez planteó la necesidad
de la eliminación de los poderes de
la burguesía y la cara de
muchos de sus seguidores no era la mejor. Allí tal
vez supo que debía ir con
paciencia y cuidado.
LGD:
Prefirieron
legislar
solo con los
rojo-rojitos en aquella
oportunidad.
ANC:
No tenían otra alternativa…
viéndolo desde el punto de
vista representativo, pero desde un ojo protagónico había que
liquidar esa asamblea podrida a través de una constituyente
originaria. Tardé
mucho en llegar. Me hubiesen llamado en ese momento y la carga
fascista no se hubiese revelado como en este 2017, la
hubiésemos detenido. La
revolución hubiese avanzado. Esa
poética hubiese triunfado. La
oposición demostró toda su carga demagógica y manipuladora.
Hicieron esa jugada con la finalidad pantallera
de siempre, no buscando objetivos estratégicos sino para desgastar
al contrario desgastando a
la política frente al pueblo.
Continuaron con su campaña de desprestigio del hacer político. Se
afincaron en ese proceder detestable de banalizar la política como
posibilidad ciudadana y el
chavismo conservador
le siguió el juego. No
hicieron en la calle un
sólo aporte a la democracia, al ejercicio ciudadano, al diálogo y a
la formación política, no
les interesa. Lo más triste
es que el sector bolivariano dirigente
tampoco hizo grandes
aportes, se atornillaron en
sus bancadas creyendo que el pueblo se los iba a perdonar.
LGD:
Recordemos que se
propuso y se practicó el llamado Parlamentarismo de Calle.
ANC:
¿Tenemos que hablar de
ese bodrio?
LGD:
Sería importante recordarlo
como aporte.
ANC:
Decirle “aporte” a “eso”
es darle una alabanza que no merece.
LGD:
Yo creo que se practicó.
ANC:
Observo que lo dices con un
dejo de conmiseración.
LGD:
El caso es que lo recuerdo.
ANC:
Es importante recordar el
fulano Parlamentarismo de Calle como una pantomima. Fue una careta
que inventaron para decir que el pueblo tenía acceso a la Asamblea
Nacional mas no a sus decisiones. Si el pueblo no decide en algún
espacio social, ese espacio no le sirve de nada. Ese parlamentarismo
de calle se diluyó en un tinglado que montaban con sillas y toldo
para que unos personajes hablaran
diversos temas, se preponían ciertos intercambios y luego todo el
mundo se iba para su casa. Allí no se decidía nada ni se tocaban
cuestiones medulares de la sociedad venezolana. ¿Dime un solo
aporte significativo que
haya podido dar el pueblo como colectivo organizado a la Asamblea
Nacional desde ese fulano
Parlamentarismo de Calle; y
lo que es más importante, al acto de legislar sus asuntos más
esenciales? Ninguno, amigo
mío, ninguno. ¿Dónde está la sistematización de ese proceso
dizque legislativo?
En ninguna parte. No interesa.
LGD:
Ciertamente.
ANC:
Fue un Teatro de lo social
cuya experiencia se puede exponer en algún Festival Internacional
para comerse unos
sanguchitos y tomarse un juguito, pero
nunca como un ejemplo de revolución política en
Venezuela. El
cadáver de ese fulano parlamentarismo de
calle lo arrastraba
la oposición luego de haber ganado las elecciones a
la Asamblea de 2015.
LGD:
La
Asamblea se llenó de opositores.
ANC:
Ese es un espacio natural de
ellos. Allí comulgan fascistas radicales, fascistas moderados,
derechistas oligarcas, derechistas gerenciales, socialdemócratas,
izquierdistas de todo tipo,
bien pagados con los dineros
del pueblo. Aunque, más
importantes que las personas que allí llegan son las actitudes.
Función y estructura como decía Demócrito. En esa estructura se
funciona de esa manera politiquera,
arribista, manipuladora, no
da para más. La actitud adeca ha moldeado las actitudes
parlamentarias a su imagen y semejanza. De allí salieron entrenados
todos los terroristas que llamaron a la oposición a quemar el país.
Una revolución es para crear y desde el punto de vista de la
legislación se deben promover otras dimensiones que den cabida al
pueblo con sus ideas y
prácticas porque se habla
mucho de protagonismo y lo que campea es la representatividad. Esos
representantes avalaron el entrenamiento fascista que recibieron
niños y niñas para
trancar las calles y quemar personas. Esos representantes de
fascistas van cada vez a Washintong
a implorar de rodillas una intervención directa en Venezuela. Esos
representantes echaron el cuadro del Libertador
Simón Bolívar al basurero.
LGD:
Hay otra clase de
parlamentarios en la Asamblea Nacional pero están en minoría.
ANC:
Sospecho que si están en
mayoría fuesen iguales. En el pasado reciente, cuando legislaron
solos la diferencia no fue mucha. El aporte a lo popular fue nulo.
Por eso cuando el pueblo
cambió la correlación salieron los politiqueros a culparlo. A
llamarlo malagradecido. A sacarle en cara lo que la Revolución le ha
dado sin hacer balance de los aportes en valores políticos que ese
pueblo ha recibido en donde
no hay consideración de su protagonismo, del
aporte organizativo que ofrenda
a diario a la Revolución, de
la feroz resistencia que libra día a día.
El saldo positivo ante el
mundo de aquella derrota fue la ratificación de que tenemos un Poder
Electoral extraordinario, importante, baluarte de la democracia; un
poder electoral que
reconoció (como debe ser) la victoria de los opositores, pero las
razones por la que se perdió nunca han sido reflexionadas por la
dirigencia
chavista. Esa derrota tuvo
sus razones de fondo en la grave falla política que
ha habido en el ejercicio político parlamentario donde no se quiere
romper con ese pasado representativo que deja por fuera al pueblo. Yo
a ese Capitolio lo transformaría en un prescolar.
Los niños y sus maestras lo
cuidarían mejor.
LGD:
En efecto, lo
cuidarían con más amor. El
Presidente Chávez casi que tuvo que rogarle a
sus propios dirigentes que
le pusieran atención a la
consigna: “Comunas o Nada”.
ANC:
A ese Ministerio de Comunas
nadie le pone atención. Muchos
politiqueros lo consideran como
al pueblo: un cero a la
izquierda. Un ministerio
para funcionarios castigados.
LGD:
Entonces, si la cosa es así:
¿Qué viene a hacer Usted en
este escenario?
ANC:
Yo vengo a librar dos luchas
muy importantes: la
primera
abarca las medidas que son urgentes de tomar para fortalecer el rumbo
popular
del país. Como ya se ha
hecho, se han tomado medidas desde mi gestión en materia
de orden público, contra la
impunidad, de
fortalecimiento del Poder Moral que soñamos con el Libertador, se
destituyó a la nefasta Fiscal y se nombró a alguien que está
tomando acciones; se nombró a un nuevo Defensor del Pueblo para
apuntalar el accionar ciudadano contra quienes infringen la Ley desde
mafias organizadas y actitudes especuladoras,
valiéndose
de servicios que deben
prestar y distribución de
bienes;
también se han
tomado medidas
que tienden a contrarrestar
la violencia que vivimos
este año.
LGD:
¡Todo un logro!
ANC:
Gracias. Es un logro. Sin lugar
a dudas. Y no debemos olvidar que ha sido un logro imposible de
alcanzar sin el pueblo. Sin
ese voto de confianza en la Revolución, sin esa victoria gloriosa
del 30 de julio nada de estos logros hubiesen sido posibles.
Pero también he venido a
sentar las bases para una sociedad diferente.
LGD:
Una sociedad diferente a la
actual que es capitalista significa una sociedad socialista.
ANC:
Eso mismo es. Estamos
hablando de una Constituyente
que impulse definitivamente el socialismo y apuntale con fuerza la
liquidación de este período de transición que se está tornando
difuso, como la época. Nuestra
transición política hacia el socialismo pareciera estar cruzando
la “modernidad
líquida” que enunció el
investigador polaco Zygmunt
Bauman. En nuestro proceso
gravitan dimensiones de la realidad que ofrecen perspectivas sólidas
que pudieran marcar un camino o una estancia firme, duradera, visible
sin embargo existe un amplio espectro social líquido que circula
permanentemente y se acomoda a cualquier espacio que se le ofrezca.
LGD:
Es muy importante precisar en
qué terreno se despliega esta liquidez social.
ANC:
En el terreno de las ideas,
del conocimiento, en el terreno político. Debemos
reconocer que las hegemonías han
sabido jugar bien y bien sucio. Han
manejado con mano zurda la
grave crisis paradigmática que se ha presentado en la modernidad,
secuestrando el accionar
político y banalizando toda
posible forma alternativa de práctica política de los pueblos. Y
aquí han utilizado a los poderosos medios de comunicación de que
disponen. Han realizado un
gigantesco lavado de cerebro mundial, conformando un ejército
mercenario invisible que invade las mentes y aliena toda posibilidad
de tomar conciencia de cualquier realidad. La
fabricación de realidades superfluas
y sentidos alienantes. Por
esto quieren arrasar con Venezuela porque ha demostrado que la
política se puede aproximar
a lo que anhela el pueblo. El
nivel político de nuestro pueblo hoy es el más alto del mundo por
esto es que la burguesía y los politiqueros de ambos bandos lo
desprecian y lo tienen en la
mira para destruirlo. Con su
esfuerzo, este pueblo venezolano ha hecho de Venezuela el país más
democrático del mundo.
LGD:
¿Esa no es una aseveración
exagerada?
ANC:
No lo es. ¿Dime qué pueblo
ha detenido una guerra imperial como lo ha hecho este pueblo
venezolano con el arma del voto?
LGD:
Ninguno. Es cierto. Lo
del simulacro fue increíble. Ni la dirigencia chavista creía que el
pueblo se iba a manifestar de esa manera tan abrumadora en favor de
la constituyente y de la paz. Se
detuvo una guerra que ya estaba a punto de desencadenar un
enfrentamiento civil de
incalculables proporciones.
ANC:
No pocos constituyentistas
electos dicen que fueron ellos quienes hicieron el trabajo. Se
erigen como héroes cuando fue el pueblo quien logró esta hazaña
con su resistencia, su paciencia y los votos. Algunos
miembros del partido del gobierno también lo dicen. Se
equivocan, tal vez deliberadamente.
LGD:
¿Una equivocación deliberada?
ANC:
Sí.
Una posición de esta época de la post-verdad
porque dicen
que fueron ellos quienes
obtuvieron el logro, sabiendo que ha sido el pueblo.
LGD:
¿Eso no es gatopardismo? ¿No
se trata de manipular?
ANC:
El
caso es que este clima de
post-verdad le da validez irrefutable.
Es por esto que nuestro
pueblo debe afianzar sus organizaciones autónomas, comunitarias para
que enfrente los mensajes que la post-verdad está permitiendo en las
dimensiones de alienación
que manejan sus agentes.
LGD:
Sería interesante preguntarse
qué es “verdad” en la llamada post-verdad.
ANC:
En los terrenos de la
post-verdad todo es verdad. Aquí está el truco, la
brutal impostura (y el gran
logro) mediático de las clases hegemónicas: debemos
reconocerlo para enfrentarlo y derrotarlo.
Nos llevan un paso adelante.
Han hecho creer que todo es
verdad que no existe la
mentira. Quieren matar el
ejercicio de la imaginación y el derecho a la ficción que le
pertenece al pueblo para aniquilar la participación política. La
gran posibilidad -artística inclusive, poética
por demás- de identificar
la mentira, la están neutralizando al promover la verdad total y la
ilusión de que nada es mentira: todo es cierto, pero siempre gana
quien tiene el medio para difundirla y
aquí vuelve a aparecer Carlos Marx con
su análisis porque los medios tecnológicos actuales son medios de
producción de mensajes que son esas verdades impuestas de la
post-verdad.
LGD:
Pareciera que andan
detrás de encarcelar las hermenéuticas que abren posibilidades de
identificar las distintas unidades que están bullendo en las
dinámicas sociales y humanas, para
imponer una diversidad falsa que sólo responde al mundo unipolar que
han impuesto. Han
creado
la ilusión de que el mundo
que se nos vende es diverso
y verdadero, cuando es al contrario, se
trata de una falsa
diversidad que responde
al hegemón.
ANC:
Exacto. Allí,
en ese espacio social ilusorio, cada certeza que se pretenda
colectivizar para resistir ante el hegemón y
preservarnos, es
atacada con una lluvia de verdades programadas,
creadas
artificialmente y
manejadas individualmente,
sin importar su
origen ni su vínculo real
con los intereses humanos. Aquí
el individualismo juega un papel fundamental porque
pretende hablar desde el interés de todos como masa amorfa.
Como la humanidad ya
no les importa, cada
“verdad” que inventan se
disipa rápido en un creer efímero. Ya
no importa que una verdad se vaya, pase,
porque vendrá otra en su lugar a reinar por un día o
menos.
LGD:
¿Y cuál es la salida?
ANC:
Los referentes. Es
por esto que el comandante Hugo Chávez les quebró el Plan de manera
irrecuperable. Chávez era
un líder extraordinario
y su pueblo lo transformó en un fuerte referente; logró
colarse en las entrañas de
la hegemonía, nada más y
nada menos que en uno de sus centros de poder más emblemáticos,
como es el ejército. Chávez
le infringe
un golpe devastador a la
hegemonía cuando le quiebra
la lluvia de verdades impuestas y saca
la mentira de su escondite para
denunciarla. Recordemos la
declaración: “Huele a azufre” luego
del discurso del presidente G. W. Bush en la ONU y
el acto de regalar el libro
“Las Venas Abiertas de América Latina” al presidente Obama,
fueron dos actos que golpearon la post-verdad porque descubrieron
la mentira. Chávez utilizó
el poder de la ficción aprendido de su pueblo para aniquilar la
verdad impuesta por la hegemonía. Jamás
se podrán recuperar de este golpe.
LGD:
Es por esto que cuando los
países del eje hegemónico quieren invadir
a un país que se les está rebelando proceden a desprestigiar
a sus líderes que son sus
referentes. Este es un paso
fundamental para ellos.
Hacer que el pueblo al que
atacan deje de creer en sus referentes, en
sus líderes y
cuando esto sucede el líder
cae y la invasión es un
hecho. Sucedió en Irak con
Saddam Hussein, con Gadaffi en Libia.
ANC:
Nos estamos entendiendo
bien.
Y no sucedió con Chávez
porque la
demostración de apoyo del
pueblo hacia el Comandante era
impresionante. El pueblo
venezolano con su lucha y
resistencia hizo de Chávez
un referente mundial.
LGD:
¿Y con el Presidente Maduro?
ANC:
Son dos situaciones
diferentes las que les tocó vivir a ambos. Creo que al Presidente
Maduro le ha correspondido
enfrentar a la post-verdad
como nunca lo tuvo que hacer el comandante Chávez. No
hubo post-verdad que pudiera con Chávez, quien también
supo hacer de
su liderazgo un referente indestructible desde
la dimensión comunicacional.
Chávez y su pueblo
erigieron un lazo indestructible.
El Presidente Maduro tiene
a la post-verdad contra las cuerdas, para hablar en términos
boxísticos, porque ha
desarrollado una
sorprendente gestión presidencial de posiciones desde lo
comunicacional; porque a
pesar de las fallas en
esta dimensión, su imagen,
discurso y medidas han
sido muy versátiles, eficientes y sorpresivas. También
su política exterior ha sido muy eficiente. Casi
como en épocas de Chávez, el Presidente Maduro le
ha dado muy duro a la post-verdad.
LGD:
Hablando de lazos
indestructibles ¿Qué
le parece el edificio que le han construido
a usted en
la esquina de Las Monjas de Caracas?
ANC:
Me hace pensar que quieren
que yo sea una especie de
sustituta de la Asamblea Nacional que ganó la oposición.
Si esto
es lo que se busca les digo
que no es posible.
Yo vengo a fortalecer la
refundación de la República Bolivariana de Venezuela, a contribuir
con el pueblo en su transito hacia el socialismo y a ayudarle a
aniquilar todos los vetustos poderes que signifiquen
representatividad. Les
digo: yo no vengo a ser una Asamblea Nacional sustituta, mi paso es
transitorio, yo no me vengo a quedar en
ese edificio que están preparando,
quien se va a quedar para siempre haciendo
la política como poder
originario, como poder constituyente en la calle es
el pueblo venezolano
organizado con una
democracia participativa y protagónica en
su dinámica.
LGD:
Y si se lo ofrecen lo tiene
usted que aceptar.
ANC:
Yo no viviré allí. Tendrán
que refrendar
la post-verdad que el
hegemón nos está imponiendo.
Tendrán que fabricar mil
verdades sin referentes que las defienda. De
todas formas, como lo dijo el comandante Hugo Chávez, el pueblo será
quien decida como lo hizo el 30
de julio.
LGD:
¿Me
permite que hagamos un ping pong para
finalizar?
ANC:
Dale.
LGD:
Calle.
ANC:
Educación Popular.
LGD:
Delincuencia.
ANC:
Cultura Popular.
LGD:
Delincuente.
ANC:
La Burguesía.
LGD:
Corrupción.
ANC:
Mano dura.
LGD:
Salud.
ANC:
Médicos Integrales
Comunitarios.
LGD:
Imperio.
ANC:
Cautela.
LGD:
Invasión.
ANC:
Resistencia
cívico-militar.
LGD:
Intervención.
ANC:
Sabiduría.
LGD:
PDVSA.
ANC:
Que caigan todos.
LGD:
Política
ANC:
Enséñale a pescar.
LGD:
Petroleo.
ANC:
La rabo
e’ cochino.
LGD:
Guerra económica.
ANC:
Capitalismo.
LGD:
Harina Pan.
ANC:
Chantaje.
LGD:
Estados Unidos.
ANC:
Un pueblo.
LGD:
Las Presidenciales.
ANC:
Nicolás Maduro pa’los que
salgan.
LGD:
Gracias.
ANC:
Siempre a la orden del
pueblo.
Oscar
Rodríguez Pérez
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