Llamé
a su puerta con gritos ensordecedores
Sonoros
toques sobre fierros oscuros se hicieron insoportables
Hay
aposentos que simulan inexpugnables escondites
La
curiosidad nos puede llevar al hallazgo o a la perdición
Siglos
transcurrieron que fueron momentos tal vez vidas
Creí
ver el paso de un ave o de una nube o de la casualidad
Sin
siquiera mirarme la frustración pasó de largo
Como
a un botín el silencio siempre se apodera de las esperas
Obvio
era nuestro encuentro en cualquier camino riguroso
Universos
y algunas alharacas traía en mis bolsillos
La
rendición de cuentas no requiere sino meticulosidad
Quería
obsequiarle mi escape insospechado de toda existencia
Escuché
del otro lado algo así como búsquedas de infiernos
Pensé
si acaso alguna vez merecí ese cielo soñado por los elegidos
Sentí
todas sus miradas atizar mis desgracias y mis presentimientos
No
sorprenden las ubicuidades mucho menos cuando se buscan
Con
intuiciones y artilugios jamás se logra engañar al ciego y al justo
El
atrevimiento de entrar y observar su sonrisa enunció el miedo
Allá
quien huye a sabiendas de que su inevitable influjo es
Me
ofreció hieles sahumerios mortecinos y plástico
El
lugar común habla de que sus pasos nos siguen y requieren
Sin
formular preguntas interrogó hasta la última intención
Supe
cuándo seguir viviendo cuándo detestar la puertas cerradas
Nunca
me dijo de la hora en que me buscará con eternidades y finales
El
momento en que su guadaña me toque ya estaré dormido …
esperándola
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