Y CON TU ESPIRITU |
No
hace falta echar todo el cuento de la temática del amor en el modelo
cultural de occidente, para dar cuenta de cómo es un tremendo
negocio. Basta ver cómo se manipula con el amor a través de la
publicidad, del comercio, de la industria televisiva y así mirar
apenas la nata de una jugosa industria cuyo fondo se recrea con lo
amoroso. Marcados por la vertiginosa modernidad, el amor como
temática siempre fue utilizado por los mercachifles de las
imposturas para alienar los sentidos.
SE LIMPIAN SUFRIMIENTOS |
Durante
el siglo XX —gran época de auge y agotamiento de la modernidad—,
el tema del amor tuvo un lugar preponderante. Todas las luchas que
devinieron en investigaciones y estudios realizados sobre lo humano,
colocaron al amor como problema. Ese occidente europeo que ahora
mismo está siendo echado sin misericordia a los mastines del libre
mercado, con sus dos grandes guerras y su inmensa mortandad, se
debatió entonces en una pelea por amar verdaderamente.
EL PERFIL DE LA INOCENCIA |
Fue
en la ya legendaria década de los años 60 del siglo XX, cuando se
dio la gran campanada. Un movimiento libertario de jóvenes en todo
el mundo, pareció escuchar un «mantra
sagrado»
que los impulsó a las calles para darle la bofetada más sonora a la
propuesta capitalista del momento: el american
way of life
de los Estados Unidos. Plantearon el amor a la naturaleza, a todas
las artes (con énfasis en la música), a la paz entre los seres
humanos; distribución equitativa de la tierra y el regreso a ésta
para cultivarla y tener los hijos y las hijas a través del amor
libre y sincero, sin prejuicios e intereses mercantiles, comer sano,
el encuentro con lo ancestral, entre muchas de sus propuestas. Este
movimiento llamado «hippie»,
enfrentó radicalmente y rechazó la alienación producto del trabajo
explotador, la mercantilización de las relaciones sociales, el
egoísmo enajenante que fragmenta la vida cotidiana, el concreto de
las calles, los miedos, los encierros, las apariencias y sobre todo
la guerra.
CLARINADA PARA UNA FELICIDAD |
Nunca
se amó tanto y tan sinceramente en occidente, como cuando el
movimiento hippie dio su grito libertario, debido a que promovieron
el amor como un acto político. Esta avanzada declinó desde inicios
de la década de los años 70, cuando se impuso el libre mercado del
amor endeble, light, dulzón, a la carta y sobre todo (volviendo por
sus fueros) de interés mercantil.
EL ASESINO DE SUEÑOS |
Los
hippies fueron desprestigiados y muchos atosigados por las drogas. Es
clave hallar vínculos mediáticos entre el eclipse del amor libre
hippie y la entronización del amorío neoliberal. Examinar una
película realizada en aquellos años 70, puede ayudarnos a
vislumbrar ese cómo y ese dónde fue que occidente regresó con su
amor de cartón pintado; de carantoñoza página social.
AMOR
ES…ALIENARTE MEJOR
AMOR REDUCIDO |
Recordemos
la campaña «AMOR
ES… ».
Así encontraremos algunas técnicas de vuelta al mercantilizado
amor, promovido por los laboratorios publicitarios del capitalismo.
Como antecesor del “I
LOVE NY”,
un sinfín de bisuterías, joyas, franelas, banderines, calcomanías
llevaban esta frase terminada en cualquier acción superficial y
hasta boba. “Amor es… mirar al cielo… comerme un hotdog… ir
de shoppig… usar paraguas cuando llueve… tener un perro boxer…
manejar un auto ferrari en mi cumpleaños… ir a la discoteca Hawai
Kai…”.
Amor fue en ese momento, cuanta estupidez pudiera colocarse en un
anuncio para alentar el consumismo.
A
todos los países del planeta llegó esta campaña, cuya finalidad
fue, además de vender cualquier cosa, banalizar el amor hippie. Una
película acompañó esta cruzada como punta de lanza: Historia
de Amor
(Hiller, 1970). Recordemos que antes de verla en los cines, ya muchas
personas habían leído el libro homónimo (Love
Story)
de Erich Segal, el cual parece inaugurar la categoría “best
seller” en las estanterías mundiales. Libro y película fueron un
dúo dinámico que chupó bolsillos lectores y llenó de alienaciones
y banalizaciones a los sentidos de las audiencias, respecto al amor
libre de los años 60.
CUANDO LA INTEGRACION SE HIZO PELIGROSA |
Es
cierto que en esta década del siglo XX, las clases sociales lograron
acercarse políticamente: no es mentira. Sociedades y culturas de
occidente vivieron este fenómeno. Luchas desde comienzos de ese
siglo en muchos pueblos, quebrantaron algunas barreras sociales. Uno
de los sitios en donde esta manifestación se vio evidenciada fue el
recinto universitario. La entrada de jóvenes de la clase media y
popular a la universidad, fortaleció su lento arranque en esta
década irreverente.
HASTA QUE LA MUERTE LOS SEPARE |
CON
EL ORGULLO TAMBIEN SE MANIPULA
NO NECESITABAN EL MATRIMONIO |
Oliver
había
decidido afrontar su futuro matrimonio con Jenny
desde sus propias posibilidades, debido a que el padre millonario no
estaba dispuesto a darle apoyo, al desaprobar la relación. En el
filme dibujan a través del joven enamorado, el rostro de un orgullo
artificial. Es claro que Oliver
quiere autonomía y rechaza el origen autoritario y patriarcal, en
utilización freudiana del argumento. Sin embargo, termina siendo un
rechazo donde se mezclan el amor y la rebeldía. Oliver
es rebelde por orgulloso y no al contrario. Su rebeldía sucedánea
del orgullo no comporta un acto político, es más bien un impulso
sentimental (banalizado).
PERSEGUIDOS POR EL PATRIARCADO |
Sucumben
ambos al protocolo burgués de presentación de Jenny
ante el patter
famili.
La fragilidad con la cual aparece la novia es deliberada. El novio
mantiene su posición de orgullo, de peligrosa renuncia a la
cuantiosa herencia y al poder del padre. Planteada la confrontación
en el círculo familiar oligarca, creíamos encaminarnos hacia un
final en donde triunfaría el sincero amor de dos almas gemelas,
decididas a vivir por su cuenta. ¿La renuncia cristiana de Oliver
a su cuantiosa herencia, sería honrada con la derrota del oligarca?
NO
TENER QUE PEDIR PERDON
Y LA OLIGARQUIA LOS SEPARÓ |
Jenny
enferma. ¡Pobrecita! Se inicia la lloradera de la audiencia. Como si
visitar al suegro oligarca la hubiese afectado, sufre un mal
incurable. La muchacha muere aceleradamente y el padre saboreó su
“te
espero en la bajadita”
mientras en Oliver
se desbarató el orgullo. Con claridad se maneja la muerte de Jenny
como un castigo para Oliver
por desobedecer al padre (Dios) y por evidenciar un orgullo
disfrazado de rebeldía: ¡Quién te mandó a enamorarte!
¿QUE QUEDARÁ CUANDO LA NIEVE SE DERRITA? |
El
lema de la película: «Amor
es… no tener que pedir perdón»
nos interroga: ¿Cómo pedir perdón a una clase que no perdona? En
Oliver
es sencillo: debe seguir el camino millonario de su clase social. Es
el costo de la derrota de
su aventura, la lección que debía aprender. Le esperaban jugosas
movidas de la bolsa, la quiebra de otras empresas para amasar poder,
el manejo de capitales golondrinos, la promoción de maquilas, el
movimiento de franquicias. No podía perder su tiempo en el amor,
necesitaba fortalecer su emporio. El amor es inferior, el capital es
lo superior. Hoy todos los Oliver
Barret IV se
reúnen con Barak Obama, Hillari Clinton y Ángela Merkel para ver a
cuál país enviarán a la quiebra o cuál pueblo será bombardeado.
El amor por Jenny
se quedó en aquel parquecito nevado.
AGRADECEMOS AL SEMANARIO LAS VERDADES DE MIGUEL POR LA PUBLICACIÓN DE ESTE TRABAJO EN EL AÑO 2012
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