Gobernar
dilapidando los inmensos recursos de la renta petrolera, endeudando al país con
los dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI) y otras organizaciones multilaterales,
imponiendo las políticas a punta de peinilla, bombas lacrimógenas, disparos y
otras represiones más terribles contra el pueblo que somos, con el apoyo del
Departamento de Estado del gobierno de los Estados Unidos (EEUU: el mayor poder
que se haya acumulado en la humanidad), con las bendiciones de la Conferencia
Episcopal, el empuje de los grupos económicos internos, un aparato deliberante domesticado
por la delincuencia electoral, una Fuerza Armada brutalmente entrenada en la
Escuela de las Américas, como lo hicieron los presidentes del puntofijismo
durante la Cuarta República (1958-1998), comporta tranquilidades
gubernamentales notorias que los mantuvieron 40 años en el poder.
GOBERNAR
EN GUERRA CON ÉXITO
BENEDETTI |
Gobernar
en medio de una guerra no convencional como le ha correspondido al Presidente
Nicolás Maduro Moros es totalmente diferente a las experiencias gubernamentales
en nuestro pasado reciente. Sólo quienes han logrado inscribirse en firmes proyectos
sociales transitados con un apoyo popular significativo y el aval de la
historia (como lo suscribe el poeta Mario Benedetti) obtienen triunfos
trascendentes, manteniendo la expectativa de transformación hacia un porvenir en
favor de los pueblos o en contra en algunos casos.
EL PELIGRO |
Debemos
reconocer que durante el siglo XX, desde el campo de la derecha, los éxitos
obtenidos por primeros mandatarios como el inglés Winston Churchill (1939-1945),
el estadounidense Franklin Delano Roosevelt (1933-1945) y el austríaco Adolfo
Hitler (1933-1945), administraron sus gobiernos en medio de fuertes
conflagraciones bélicas; el primero debatiéndose entre los muros parlamentarios,
el espionaje, las trincheras, los bombardeos de la Luftwaffe alemana; el
segundo como capeador del peor temporal económico que el capitalismo y los EEUU
hayan confrontado en 1929; el nazi desatando una carrera armamentista que llevó al pueblo alemán a un enfrentamiento definitivo con la Europa en resistencia y a una catástrofe
sin precedente.
FIDEL EN PLAYA GIRON |
Desde
la izquierda, en la Unión Soviética (URSS), V. I. Lenin, León Trostky junto al
partido bolchevique, iniciaron la primera experiencia socialista del mundo (1917),
en medio de una fuerte guerra venida de los principales gobiernos europeos, extendida
luego hacia el gobierno de Iosif Stalin (1922-1953) quien impuso su férrea dictadura
interna soportando, resistiendo y triunfando sobre la invasión de la poderosa maquinaria
bélica nazi. Ejemplarizante es también evocar al comandante cubano Fidel Castro
(1959-2011), quien gobernó en medio de agresiones constantes del gobierno de
los EEUU, un bloqueo económico que aún no cesa sin que el proyecto revolucionario
decaiga; su ejemplo y lección quedan en la isla y en su pueblo como un faro de
luz inextinguible.
El Presidente
Nicolás Maduro Moros se está inscribiendo en las sociedades de la Pacha Mama, hacia el porvenir, como un Presidente que transita un mandato democrático, dictado
por su pueblo en procesos electorales, con los ejercicios que configura el diálogo,
las señales firmes, esperanzadoras de la paz, en medio de una guerra económica, un bloqueo promovido desde el Departamento de Estado de EEUU y gobiernos de
la Unión Europea. Soportando agresiones, difamaciones mediáticas de todo tipo
desde el mismo inicio de su gobierno, un enfrentamiento callejero promovido por la derecha interna durante los años
2016 y 2017, el Presidente Maduro y su gobierno han sabido mantenerse con
medidas económicas y políticas que tienden a administrar los recursos de un
pueblo activado, en resistencia; agredido por el imperio para minar su reserva moral, sus
valores y su poderosa fuerza histórica.
DE
DONDE VIENE NICOLAS
OBRA DE CESAR RENGIFO |
Un
militante de los Movimientos Sociales oriundo de la parroquia Antímano,
mientras recibía un homenaje en una biblioteca pública, por su labor como escritor
y luchador social, esbozó la bella idea de pensarse Presidente de Venezuela
mientras ejercía su participación en barrios, organizaciones y calles de la
Patria. Esta suprema lucubración saca del contexto de la minusvalía a las
luchas del pueblo, porque tradicionalmente los habitantes de barrios, campos,
bloques, caseríos se han incorporado a las luchas sociales, rindiendo sus
esfuerzos para que un encumbrado burgués se monte en el poder: ésta ha sido la
historia. Los pata en el suelo, mientras luchan con honestidad, no suelen
pensarse en el poder presidencial; es como si les pareciera pecaminoso. Forma
parte de la idea de no verse como un poder.
Ronda
estos pensamientos de la historia popular del país la trayectoria del
Presidente Maduro. Su devenir social, político es el de muchas gentes
del pueblo quienes se incorporaron a las luchas sociales para impulsar transformaciones,
en este caso, las que atañen a las tres últimas décadas del siglo XX y entrado
el siglo XXI; algunas coronando aciertos, experiencias fructíferas, otros
cayendo en la lucha por la represión del enemigo, unos postergando o
abandonando. Lo excepcional no es que “haya salido de abajo” como lo han hecho no
pocos militantes que luego se convirtieron en saltimbanquis de la política; lo
superlativo está en que desde la participación en callejones y esquinas, en
marchas y contra marchas, de sobresaltos y rectificaciones, organizaciones y
grupos, logró mantenerse en un proyecto histórico, una corriente social que
apuesta su aval de la historia al porvenir del pueblo, a la transformación de
la sociedad en que ese pueblo se ha incorporado siempre (desde Guaicaipuro hasta
hoy) para hacer su propia historia. Como Presidente, este es su desafío:
mantener esta manutención.
Por
Ahora sigue siendo Chávez. Aunque el Presidente Maduro ha logrado diferenciarse
del Chávez Presidente, sobre todo por fuerza de las experiencias sociales, políticas que le ha correspondido vivir, la impronta del heroico Comandante de
Sabaneta sigue alumbrando su destino. Maduro no es sin Chávez y aunque por
momentos los éxitos de su política, la revolcada que le ha dado a los enemigos
del pueblo, las puntales medidas políticas, económicas que cada tanto sacuden a
la ciudadanía y a la mediática, sus logros electorales, triunfos constituyentes, nos
hagan pensar que se distancia de Chávez, por el contrario, hay una poder
subjetivo en esa relación que el Presidente Maduro ha manejado con mucho tino para
colocarse como primer mandatario, con la firmeza que el tiempo le exige, a
sabiendas de que el pueblo Chávez le sigue con la mirada y el esfuerzo.
Además
de las dificultades que impone la guerra, se trata de gobernar al pueblo
venezolano, un pueblo arisco, el más salido y metido de la tierra (entrépito),
históricamente exigente, cuya alta formación política le tiene metido en una
transformación social que pareciera no tener vuelta atrás. De allí viene el
Presidente Nicolás. Seguirá dependiendo de su visión, su compenetración con
este objetivo histórico, su sentirse como el pueblo que lo libra, la
continuidad de sus éxitos. No cualquiera puede portar la banda presidencial en
estos tiempos y el Presidente Maduro ha sabido llevarla con dignidad, mientras
como pueblo nos preparamos, una vez más, a poner de rodillas a un imperio.
Buenos días, Sr. Oscar esta muy bueno el articulo y muy cierto que cuando mandaban los de la cuarta nadie los Bloqueaba, sancionaba hacían los que les daba la gana. por eso había de todo a cambio de una democracia disfrazada y de los recursos que le entregaban.No entiendo como hay personas que añoran esas épocas políticas y sociales, que diferencia si el imperio nos dejara gobernar la Revolución del Comandante Chavez que hoy sigue el Presidente Nicolas seria la mejor del Mundo Saludos
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