martes, 4 de diciembre de 2018

PENSARSE UN PRESIDENTE COMO NICOLÁS MADURO



Gobernar dilapidando los inmensos recursos de la renta petrolera, endeudando al país con los dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI) y otras organizaciones multilaterales, imponiendo las políticas a punta de peinilla, bombas lacrimógenas, disparos y otras represiones más terribles contra el pueblo que somos, con el apoyo del Departamento de Estado del gobierno de los Estados Unidos (EEUU: el mayor poder que se haya acumulado en la humanidad), con las bendiciones de la Conferencia Episcopal, el empuje de los grupos económicos internos, un aparato deliberante domesticado por la delincuencia electoral, una Fuerza Armada brutalmente entrenada en la Escuela de las Américas, como lo hicieron los presidentes del puntofijismo durante la Cuarta República (1958-1998), comporta tranquilidades gubernamentales notorias que los mantuvieron 40 años en el poder.

GOBERNAR EN GUERRA CON ÉXITO

BENEDETTI
Gobernar en medio de una guerra no convencional como le ha correspondido al Presidente Nicolás Maduro Moros es totalmente diferente a las experiencias gubernamentales en nuestro pasado reciente. Sólo quienes han logrado inscribirse en firmes proyectos sociales transitados con un apoyo popular significativo y el aval de la historia (como lo suscribe el poeta Mario Benedetti) obtienen triunfos trascendentes, manteniendo la expectativa de transformación hacia un porvenir en favor de los pueblos o en contra en algunos casos.

EL PELIGRO
Debemos reconocer que durante el siglo XX, desde el campo de la derecha, los éxitos obtenidos por primeros mandatarios como el inglés Winston Churchill (1939-1945), el estadounidense Franklin Delano Roosevelt (1933-1945) y el austríaco Adolfo Hitler (1933-1945), administraron sus gobiernos en medio de fuertes conflagraciones bélicas; el primero debatiéndose entre los muros parlamentarios, el espionaje, las trincheras, los bombardeos de la Luftwaffe alemana; el segundo como capeador del peor temporal económico que el capitalismo y los EEUU hayan confrontado en 1929; el nazi desatando una carrera armamentista que llevó al pueblo alemán a un enfrentamiento definitivo con la Europa en resistencia y a una catástrofe sin precedente.

FIDEL EN PLAYA GIRON
Desde la izquierda, en la Unión Soviética (URSS), V. I. Lenin, León Trostky junto al partido bolchevique, iniciaron la primera experiencia socialista del mundo (1917), en medio de una fuerte guerra venida de los principales gobiernos europeos, extendida luego hacia el gobierno de Iosif Stalin (1922-1953) quien impuso su férrea dictadura interna soportando, resistiendo y triunfando sobre la invasión de la poderosa maquinaria bélica nazi. Ejemplarizante es también evocar al comandante cubano Fidel Castro (1959-2011), quien gobernó en medio de agresiones constantes del gobierno de los EEUU, un bloqueo económico que aún no cesa sin que el proyecto revolucionario decaiga; su ejemplo y lección quedan en la isla y en su pueblo como un faro de luz inextinguible.

El Presidente Nicolás Maduro Moros se está inscribiendo en las sociedades de la Pacha Mama, hacia el porvenir, como un Presidente que transita un mandato democrático, dictado por su pueblo en procesos electorales, con los ejercicios que configura el diálogo, las señales firmes, esperanzadoras de la paz, en medio de una guerra económica, un bloqueo promovido desde el Departamento de Estado de EEUU y gobiernos de la Unión Europea. Soportando agresiones, difamaciones mediáticas de todo tipo desde el mismo inicio de su gobierno, un enfrentamiento callejero promovido por la derecha interna durante los años 2016 y 2017, el Presidente Maduro y su gobierno han sabido mantenerse con medidas económicas y políticas que tienden a administrar los recursos de un pueblo activado, en resistencia; agredido por el imperio para minar su reserva moral, sus valores y su poderosa fuerza histórica.

DE DONDE VIENE NICOLAS

OBRA DE CESAR RENGIFO
Un militante de los Movimientos Sociales oriundo de la parroquia Antímano, mientras recibía un homenaje en una biblioteca pública, por su labor como escritor y luchador social, esbozó la bella idea de pensarse Presidente de Venezuela mientras ejercía su participación en barrios, organizaciones y calles de la Patria. Esta suprema lucubración saca del contexto de la minusvalía a las luchas del pueblo, porque tradicionalmente los habitantes de barrios, campos, bloques, caseríos se han incorporado a las luchas sociales, rindiendo sus esfuerzos para que un encumbrado burgués se monte en el poder: ésta ha sido la historia. Los pata en el suelo, mientras luchan con honestidad, no suelen pensarse en el poder presidencial; es como si les pareciera pecaminoso. Forma parte de la idea de no verse como un poder.

Ronda estos pensamientos de la historia popular del país la trayectoria del Presidente Maduro. Su devenir social, político es el de muchas gentes del pueblo quienes se incorporaron a las luchas sociales para impulsar transformaciones, en este caso, las que atañen a las tres últimas décadas del siglo XX y entrado el siglo XXI; algunas coronando aciertos, experiencias fructíferas, otros cayendo en la lucha por la represión del enemigo, unos postergando o abandonando. Lo excepcional no es que “haya salido de abajo” como lo han hecho no pocos militantes que luego se convirtieron en saltimbanquis de la política; lo superlativo está en que desde la participación en callejones y esquinas, en marchas y contra marchas, de sobresaltos y rectificaciones, organizaciones y grupos, logró mantenerse en un proyecto histórico, una corriente social que apuesta su aval de la historia al porvenir del pueblo, a la transformación de la sociedad en que ese pueblo se ha incorporado siempre (desde Guaicaipuro hasta hoy) para hacer su propia historia. Como Presidente, este es su desafío: mantener esta manutención.

Por Ahora sigue siendo Chávez. Aunque el Presidente Maduro ha logrado diferenciarse del Chávez Presidente, sobre todo por fuerza de las experiencias sociales, políticas que le ha correspondido vivir, la impronta del heroico Comandante de Sabaneta sigue alumbrando su destino. Maduro no es sin Chávez y aunque por momentos los éxitos de su política, la revolcada que le ha dado a los enemigos del pueblo, las puntales medidas políticas, económicas que cada tanto sacuden a la ciudadanía y a la mediática, sus logros electorales, triunfos constituyentes, nos hagan pensar que se distancia de Chávez, por el contrario, hay una poder subjetivo en esa relación que el Presidente Maduro ha manejado con mucho tino para colocarse como primer mandatario, con la firmeza que el tiempo le exige, a sabiendas de que el pueblo Chávez le sigue con la mirada y el esfuerzo.

Además de las dificultades que impone la guerra, se trata de gobernar al pueblo venezolano, un pueblo arisco, el más salido y metido de la tierra (entrépito), históricamente exigente, cuya alta formación política le tiene metido en una transformación social que pareciera no tener vuelta atrás. De allí viene el Presidente Nicolás. Seguirá dependiendo de su visión, su compenetración con este objetivo histórico, su sentirse como el pueblo que lo libra, la continuidad de sus éxitos. No cualquiera puede portar la banda presidencial en estos tiempos y el Presidente Maduro ha sabido llevarla con dignidad, mientras como pueblo nos preparamos, una vez más, a poner de rodillas a un imperio.
    

1 comentario:

  1. Buenos días, Sr. Oscar esta muy bueno el articulo y muy cierto que cuando mandaban los de la cuarta nadie los Bloqueaba, sancionaba hacían los que les daba la gana. por eso había de todo a cambio de una democracia disfrazada y de los recursos que le entregaban.No entiendo como hay personas que añoran esas épocas políticas y sociales, que diferencia si el imperio nos dejara gobernar la Revolución del Comandante Chavez que hoy sigue el Presidente Nicolas seria la mejor del Mundo Saludos

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