jueves, 21 de febrero de 2019

ADOLFO HITLER: «¡HASTA LA DERROTA SIEMPRE!»




Hicimos lo imposible: entrevistamos al Führer

Desde el mismo infierno



Empresa riesgosa jamás acometida por periodismo alternativo alguno, fue realizada por el encartado Klub Kultural Kerella (KKK). Sorteando todo riesgo bajaron a los mismos infiernos para entrevistar al Fuhrer Adolf Hitler. Recluidos en el CAT de Chuao, todo el equipo (con quemaduras de primer y segundo grado), pidieron un agradecimiento a Dante Alighieri, Wolfgang Goethe, Isidore Ducasse, (Conde de Lautremont), H. P. Lovecraft por las pistas obtenidas de sus libros para acceder al Hades. Lamentaron no haber llevado a un equipo de bomberos. También se quejaron de la excesiva burocracia habida en el averno; olvidaron que todo burocratismo es diabólico. Luego de varios engorrosos (y vaporosos) trámites, lograron—con la firma del mismísimo Satanás— la tan ansiada entrevista.



KKK: Esperamos no haberlo importunado, Don Adolfo.

AH: Llámeme Fuhrer. Los dones me traicionaron en el pasado.

KKK: Muy bien Fuhrer. ¿Cómo ve la situación mundial?

AH: Con entusiasmo. Cualquiera diría que regresaré, pero no me hago ilusiones. Aún hay muchas imposturas.

KKK: ¿Cómo por ejemplo?

AH: Ese Cameron, el inglés, es un pichón aún. Yo no hubiera pelado esa embajada del Ecuador y meto preso al Assange de inmediato. Es parafernalia, si van a invadir Latinoamérica de todas formas.

KKK: ¿Ud. Cree?

AH: Lo aseguro, si no son unos imbéciles. Imperio no amenaza: actúa. Sin embargo, esos países árabes invadidos, francamente me causan cierto entusiasmo. Lo que le hicieron a Gaddafi, ni a mí se me hubiera ocurrido. A esa Hillari Clinton la adoro -¿tiene sangre aria?: mi Eva Braun lo hubiese hecho igual. Mis soldados eran severos, muy disciplinados, hacían cumplir mis órdenes en cualquier parte del mundo, pero jamás hubo antecedentes como el de Libia. Comprendo que es un avance.

KKK: ¿Y cómo ve a los EEUU?

AH: Los yanquis casi nada pelearon en mi guerra y salieron ganadores. ¡Qué inteligencia tiene los tipos! Fíjate a quien tienen como Presidente. ¡Qué iba a pensar yo en mi época, que en tierra de blancos y reaccionarios llegaría “esto” a la Casa Blanca! Pero es un cero a la izquierda ese inferior; ¿Obama es que se llama? Es apenas un parapeto para tener endulzadas algunas capas sociales de esa sociedad que son muy peligrosas. Hay que encantarlas con un caramelo momentáneo.

KKK: Pero esa gestión ha pasado por la dura prueba de los indignados.

AH: Ve tú que ha resuelto bien, a pesar de ser de raza inferior. Con dosis de palo, detenciones, manipulación de medios, algunas mentiras que nunca pueden faltar y aplicación de las medidas neoliberales. Pero si sale mal, ya se sabe de quién será la culpa.

KKK: Y los cambios en el mundo ¿Cómo los ve?

AH: Con envidia los veo. Hice una guerra maravillosa, destruí a toda Europa, maté millones de personas para acabar con la Unión Soviética y vinieron estos yanquis con su CIA y lo hicieron sin una guerra frontal. Aún me pregunto en qué fallé: ¿Qué me faltó?

KKK: ¿Y de Venezuela qué piensa?

AH: Esperaba esa pregunta. Ese es tu país ¿No?

KKK: Sí es mi país. ¿Qué opina del presidente Chávez?

AH: Venezuela me preocupa. Allí está pasando algo que no comprendo aún; parece una revolución pero a veces no. ¿Qué vaina es ésa? Y ese Chávez se ve que es peligroso para las clases superiores; para la gente decente y perfecta como era yo.

KKK: Esas clases oligarcas comparan a Chávez con Ud.

AH: Ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja

ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja

ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ...

KKK: ¿Le parece gracioso?

AH: Siiiií... la gracia es estúpida. Estúpidos quienes lo propagan y más estúpidos quienes lo creen. Si ese Chávez fuese como yo, hubiera acabado con media Venezuela el 11 de abril aquel ¡pero no! se dejó capturar y acusar. ¡Hasta pidió perdón! Cuando yo mataba me ufanaba. Pero ha sido inteligente el Chávez éste y es un tipo peligrosamente sensible: un líder con mucha ascendencia en los inferiores (que siempre son más). La gente lo quiere y él quiere a la gente.

KKK: Entonces, sí se parece un poco a usted.

AH: ¡No Vale! A mí la gente me quiso mucho pero yo siempre sentí odio y desprecio por eso que llaman “pueblo”: los fascistas somos así. Nos da asco esa alegría necia que sale de triunfar con otros, danzando, cantando, riendo. Eso lo utilizamos los nazis sólo para engañar. El triunfo oligarca es individual; que cada quien lo goce aparte. Nunca abracé a ninguna de ésas chicas estúpidas que me lanzaban flores. Este Chávez se la pasa abrazando a todo el mundo y —lo peor de todo— cumpliendo lo que les ofrece: ¡Asco! Nada que ver conmigo. Eso sí; me parece bien que nos comparen para confundir a los incautos.

KKK: ¿Qué piensa de la tragedia de Amuay en Falcón?

AH: Me enteré desde el inicio, además, todo lo que tiene que ver con fuego y explosiones me interesa. Eso sí que es un acontecimiento para celebrar. Como lo dijo la alcaldesa de Maracaibo: “¡Les tengo una buen noticia!”. Esa es una mujer decente. Recuerdo cuando quemamos el Reichstag en 1933 en Alemania y culpamos a los comunistas: una jugada magistral. Me permitió subir al poder, torturar y meter a todo el mundo preso. ¡Qué tiempos aquellos!

KKK: ¿Y la respuesta de la oposición, qué le parece?

AH: Me parece aún muy timorata y con un dejo de estupidez. Yo espero mucho más. Pensé que iban a la ofensiva total. Poleíto en su revista tituló: “Se acabó la revolución”. Poleito debe saber que “deseos no empreñan”. El problema con Poleito es su cobardía y se la pasa jugando a ser Hitler. Poleito debe recordar que yo me la jugué en la calle, arriesgué el pellejo, estuve preso 9 años y escribí un libro orientador. Construí un partido y varios ejércitos. Poleíto debe preguntase: ¿Qué libro orientador ha escrito? ¿Qué ha hecho para decir que una revolución se acaba? Nada. No ha hecho nada. Yo

acabé con la revolución en Alemania: la tierra de Marx. Poleíto cree que una revolución se acaba desde una mesa de redacción. ¡Ja, ja!

KKK: ¿Y Borges?

AH: Ja ja ja ja ja... bueno que lo nombras. El muy tonto cree que sumando tragedias puede sacar saldos políticos para erosionar a tu gobierno. Ningún gobierno se acaba con desastres naturales o inducidos para decir que es pavoso. Los gobiernos se acaban dándole coñazos por todas partes, sin dar tiempo a que se recuperen. Por cierto, de dónde sacaron ustedes a esos dirigentes de oposición.

KKK: ¿Cómo los percibe usted Fuhrer?

AH: En términos clásicos el dirigente fascista no debe ser nada brillante. En ese sentido la oposición cumple con un primer importante requisito. Por ejemplo: Von Ribbentrop fue siempre un cretino; Goebbels era un imbécil. Himmler era un despreciable hipócrita, siempre me envidió. Goering era un jala bolas que no tomaba una decisión sin consultarme. Siempre los desprecié a todos. Acabé con la prensa para que jamás los entrevistaran y no pusieran el ridículo como los de ustedes.

KKK:Entonces Fuhrer, Usted no tiene crítica para los de Venezuela.

AH: ¡Claro que sí! La estupidez fascista tiene que ir a la ofensiva. Yo tuve la virtud de hacer notorios aquella cuerda de imbéciles. Conmigo pusieron a Europa de rodillas y eso no se hace sólo banalizando la política. Banalizarla es un acto esencial, pero hay que dar el paso de destruir la democracia: ése que dio Pinochet. ¡Cómo hubiese querido tener a ese chileno en las SS!

KKK: Pero su proyecto fue derrotado, Fuhrer.

AH: Sí. Esa es la raya eterna. Me derrotaron.

KKK: ¡Qué vaina! ¿No? Un mensaje final del Fuhrer para la oposición.

AH: ¡Hasta la derrota siempre!














Nuestro agradecimiento al Periódico Alternativo Querella por la publicación de este artículo en Septiembre-Octubre de 2012

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