La
Guarida del Druida ha recibido información ultra confidencial acerca del
aislamiento en un laboratorio del famoso “Corona Virus”, muy de moda en estos
momentos. Esta hazaña ha sido posible gracias a la iniciativa y el arduo
trabajo de científicos venezolanos cuyos nombres se mantienen en estos momentos
en reserva, dado lo trascendental de esta noticia.
A
través de los últimos adelantos tecnológicos, hemos logrado algo más increíble:
entrevistar al mismo Corona Virus, pues se trata de un organismo inteligente
dotado de metabolismos propios de dinámicas vivientes, posibles de hacerse sensibles por medio de altos mecanismos cibernéticos y algo de nano tecnología.
Para ello hemos usado los siguientes aparatos, a saber: un microscopio
electrónico nuclear marca NAKAYAMA BLUE STATION 42 que sirve de hábitat a tan
inaudita criatura, un receptor intramolecular VX-166-B para establecer la
mediación comunicativa, un simulador de actitudes y voces humanas con generador
de caracteres incorporado serial KDNATAGDLAI467-HT59, altavoces CHINON y
micrófonos DANDUNDAY 500 y pantalla DUBAI YUYU modelo 74937659000276-lmx.
A
LAS 16:48 minutos del 06 de febrero de 2020 en la sede de un laboratorio de
paradero discrecionado se inició la conversación:
LA
GUARIDA DEL DRUIDA (LGD): Buenas tardes señor Corona Virus.
CORONAVORUS
(CV): ¿Qué significa "tardes"?
LGD:
Es un código utilizado para ubicarnos en el tiempo.
CV:
¿Qué significa "tiempo"?
LGD:
Ah no vale. Tú no sabes ni la “o” por lo redondo.
CV:
Así me gusta. Ya nos estamos comprendiendo. ¿Qué hacen con esos trapos blancos
en la cara?
LGD:
Son “mascarillas” para protegernos de ti.
CV:
¿De mí? ¿Y qué he hecho yo para que se protejan de mí?
LGD:
Se dice que tú estás matando la gente pareja, sobre todo en la China donde
naciste. Hay pruebas de que las personas caen como moscas.
CV:
Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja… de seguro que son los gringos quienes andan
diciendo esa mentira.
LGD:
Más o menos. En estos tiempos ellos no son los únicos mentirosos. Los rufianes
se han extendido, pero siguiendo el ejemplo de los gringos.
CV:
Sí. Yo sé más o menos el cuento.
LGD:
¿Y cuál es el cuento?
CV:
Que yo no mato ni el tiempo ése que ustedes tienen; no mato ni las moscas. Yo
no nací en China.
LGD:
¿Cómo es eso? ¿Y dónde te crearon?
CV:
En un laboratorio secreto de intereses comunicacionales. Yo tengo muy poco que
ver con la ciencia y menos con la medicina. Yo soy el producto de una treta
mediática para engañar.
LGD:
¿Cómo así? Entonces, ¿Tú no matas a nadie?
CV:
De risa tal vez. Yo fui creado para aterrorizar a la gente. Para hacerles creer
voy a provocar una terrible pandemia.
LGD:
Entonces, ¿Tú no eres un virus?
CV:
¡Claro que soy un virus! Los virus no negamos nuestra identidad. Pero yo no
mato a nadie. Apenas si causo algún catarro. Por eso quítense esas mascarillas
ridículas que los virus no traspasan pantallas.
LGD:
(luego de quitarse las mascarillas) Dinos entonces cómo se bate el cobre
contigo.
CV:
Yo no fui creado. Fui atrapado en el aire por una pandilla de jodedores al
servicio de la OTAN… de ésos que parecen
chicos de National Geografic ¿Saben lo que es?
LGD:
Si.
CV:
Fui llevado secretamente a un hospital de China y puesto en la sangre de un
moribundo que se murió al instante.
LGD:
¿Verdad? ¿Un muerto que se murió?
CV:
En serio. Al instante. Inmediatamente me sacaron y me identificaron con el
nombre científico de “pendejum gripus creyenticus”. A partir de ese momento me
hice famoso. Un periodista gringo me llamó Corona Virus. Yo creo que ese nombre quiere
hacer apología a los reyes de Inglaterra, para seguirles coronado el poder.
LGD:
Suena extraño ¿No? ¿Y cuál es tu finalidad?
CV:
Con los gringos no hay nada extraño. Mi gran finalidad ya la dije: aterrorizar.
Cuando a la gente la convencen de que yo los mato al instante, a través de las
campañas mediáticas que ya difunden los medios del imperialismo, se encierra en
sus casas o salen con ese ridículo bozal que ustedes llaman mascarilla. No le
hablan a nadie, no se comunican, pierden la confianza en el prójimo y en sí
mismos, se desesperanzan, se deprimen: creen que en cualquier momento van a
morir. Eso les impide desenmascarar esta farsa al ponerse la mascarilla. Les
impide enterarse de la realidad, de lo que sucede y quedan sin posibilidad
política.
LGD:
Parece cierto. Es por esto que ya vemos a alguna gente en Venezuela saliendo
con su “trapo”.
CV:
Son incautos, alienados por el bombardeo informativo.
LGD:
¿Y las imágenes que observamos de la China?
CV:
Muchas de esas imágenes son falsas. ¿Ustedes han preguntados a los chinos que
viven en Venezuela si esto es cierto?
LGD:
No.
CV:
Eso es lo que estos chinos van a responder. ¡No! Los gringos ya tienen un
inmenso ejército de enajenados dispuestos a creer la malignidad de mi existencia.
LGD:
¿Y qué ganan con todo esto?
CV:
imagínense cómo están abarrotados los depósitos de mascarillas, cuyos
fabricantes se van a meter tremendo billete en dólares y euros. Al igual que las
industrias de fármacos cuando anuncien que ya descubrieron el antídoto para
eliminarme.
LGD:
¿No será real?
CV:
¡Claro que no será real! El catarro que yo produzco se alivia con un guarapo de
malojillo.
LGD:
¿Y por qué China?
CV:
Lógico. Los chinos son el mayor acreedor de los Estados Unidos (EEUU). Los
gringos le deben a los chinos hasta el modo de caminar. Por eso la necesidad de
desprestigiarlos y darles la imagen de tragedia. Además son amigos de Cuba,
Venezuela, Nicaragua. Hoy la gente más xenófoba y racista habla en las calles de
que los chinos comen perro, cucarachas, moscas, ratones y hasta ellos mismos;
de que no se bañan, de que huelen mal, de que no se les entiende cuando hablan
y por eso se contagiaron conmigo. ¡Pura paja! El real virus que está matando a
la humanidad en este preciso instante es el engaño. Engañar produce muchos
dólares y euros.
LGD: ¿Quiere decir que los efectos de los virus anteriores también han sido falsos?
CV:
¿Qué comes que adivinas? Por supuesto que han sido todos falsos. Vivieron su
momento de fama como yo y ahora están en el olvido. Excepto uno. Fíjense el VIH transmisor del SIDA (AIDS) que sí es un virus inventado ciertamente para matar; lo crearon para reducir la población en África que era un continente donde sus pueblos habían logrado su independencia del colonialismo y donde hay riquezas inmensas en oro y diamantes. Hoy han cumplido su cometido en África al someter a sus pueblos a la pobreza extrema y maltratar su imagen en los medios: cuando se quiere hablar de algo social horrible los técnicos refieren la "africanización". Y además, ya les han vendido millonarios retrovirus a todos los gobiernos del mundo. Las ganancias de las transnacionales de fármacos son gigantescas. La mayoría son propiedad del poder sionista. También inventaron el virus "ébola" que sacan de vez en cuando para seguirle dando golpes mediáticos a África.
LGD:
Aquel virus del Antrax, por ejemplo, ¿era falso?.
CV:
Si. El pana Antrax. ¿Sabes que los virus nos conocemos? Todos somos super
panas. Algunos mutamos, no matamos. Al pana Antrax lo crearon los gringos para
causar el rechazo de la comunidad árabe cuando la falsedad de las Torres
Gemelas. Todo aquello les funcionó. Fíjate cómo invadieron después a Irak,
Libia, ahora Siria y continúan el acoso de Palestina, de Irán y mucha gente no
se pronuncia contra esas injusticias porque se creyó lo del Antrax.
LGD:
Y ¿De qué estaba compuesto el Antrax?
CV:
El Antrax estaba compuesto de talco de ése que fabrican los sionistas para quemarle
las nalguitas a los bebés pero sin perfume y luego le echan pica-pica para que le
gente crea que se quedará ciega. Los gringos enviaban a unos locos chivúos a
echárselos a las personas en los centros comerciales (porque hay gente a
quienes les han hecho creer que todos los árabes son terroristas chivuos con
miradas de locos): nunca agarraron a nadie, luego los gringos decían que los
mandaba a echar Osama Bin Laden y resulta que Bin Laden se había muerto años
atrás en un hospital de Túnez de hepatitis B.
LGD:
Son unos perversos estos gringos.
CV:
Si. Ahora el pana Antrax anda frustrado por ahí buscando trabajo porque se le
fue la fama a la cabeza. Logró salir en películas de cine y de vaina no se ganó
un Oscar como mejor actor de reparto pero ya lo botaron. La otra vez le dieron
una oportunidad porque querían revivir
la satanización de los talibanes de Afganistán pero fue tratado como un extra y
se arrechó con los gringos: anda por ahí frustrado, tratando de producir
moquillo en los gatos. El pana se hizo viral pero ya nadie lo nombra. Igual
pasó con el virus de la Gripe Porcina que se utilizó para esconder la abominable explotación bestial de las maquilas en el norte de México que afectaba hasta los niños. Hubo gente que creyó
morir reventado como un cochino si apenas les daba una fiebrecita. Pobres engañados. Ahora el virus que está dando
la hora soy yo.
LGD: ¿Y te han ofrecido algún guión para salir en una película?
CV:
He recibido algunas ofertas pero espero mejores.
LGD:
¿Y no crees que existe una guerra bacteriológica contra los pueblos?
CV:
Claro que existe pero antes que bacteriológica es una guerra mediática. Este
tipo de guerra mata la conciencia que es peor que morir de un daño físico.
LGD:
¿Qué recomiendas a los pueblos?
CV:
En primer lugar, no creer en todo lo que le dicen las redes. Hay que informarse bien asegurando fuentes confiables. En segundo lugar
detectar las mentiras y desenmascararlas. En el mundo de la posverdad ya no
existe la mentira; se nos hace creer que todo es verdad y en el mercado de los
medios de producción de sentidos ganan quienes dicen más “verdades” en menor tiempo imponiendo
el ocultamiento de las mentiras.
LGD:
Esto significa haber superado las tácticas del nazi Goebbles.
CV:
Por completo. Yo soy el producto de las verdades entre comillas que inventan
los grandes medios de producción de sentidos. En el momento en que las personas
me detectan como mentira, desmontan el engaño que soy, decodifican la trampa
mental que significo, entonces los efectos terroríficos que produzco se
neutralizan y yo desaparezco de sus conciencias.
LGD:
Luego que tú desaparezcas inventarán otro virus.
CV:
Si la conciencia de los seres humanos y humanas crece, toda la humanidad se
dará cuenta de que el virus realmente peligroso es el capitalismo. Ese es el virus
que mata y engendra todos los males. Al virus del capitalismo es al que hay que
eliminar. Si eliminan ese virus histórico-patógeno, entonces los virus
biológicos serviremos al ser humano a través de la ciencia para sanar muchos de
sus males y enfermedades hasta que desaparezcan.
LGD:
¿Y de qué van a vivir las industrias farmacológicas?
CV:
Esas también van a desaparecer. Luego de esta conversa les recomiendo tomar una
taza de tilo con manzanilla para que se relajen.
LGD:
¿Los virus se relajan?
CV:
No es lo mismo relajarse a este relajo que nos imponen los agentes del capitalismo
para seguir aterrorizando a la gente, pero por lo visto se acerca su fin.
LGD:
Estamos de acuerdo. Con la conciencia cada vez más fortalecida de los pueblos, al
capitalismo le está llegando su fin.
De acuerdo con el entrevistado! Un abrazo
ResponderEliminarBrillante como un sol
ResponderEliminarjajajajaja ami tambien me mato pero de la risa. genial oscar.
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