lunes, 26 de octubre de 2020

BOLIVIA: LAS PIEDRAS ESTAN HABLANDO

 



La solución del problema del indio tiene que ser una solución social. Sus realizadores deben ser los propios indios. Este concepto conduce a ver en la reunión de los congresos indígenas un hecho histórico. Los congresos indígenas, desvirtuados en los últimos años por el burocratismo, no representaban todavía un programa; pero sus primeras reuniones señalaron una ruta comunicando a los indios en las diversas regiones. A los indios les falta vinculación nacional. Sus protestas han sido siempre regionales. Esto ha contribuido, en gran parte, a su abatimiento. Un pueblo de cuatro millones de hombres, consciente de su número, no desespera nunca de su porvenir. Los mismos cuatro millones de hombres, mientras no sean sino una masa inorgánica, una muchedumbre dispersa, son incapaces de decidir su rumbo histórico.

JOSE CARLOS MARIATEGUI

 

Desde 1492, los espacios humanos más despreciados, humillados, violentados y explotados por las hegemonías dominantes son los pueblos indígenas. La conquista y colonización de los territorios del Abya Yala trajo consigo la esquilmación y exterminio de su gente. Quienes han podido resistir esta acción depredadora marcadamente colonizadora hoy muestran al mundo las huellas de una transculturación incesante.

 

Dice la historia que, asesinado el Emperador Atahualpa a manos del psicópata Pizarro, los pueblos sin su gran líder preguntaron a los sabios qué hacer y los amautas recibieron de sus dioses la orden de esperar quinientos años porque entonces las piedras hablarían. Ha llegado ese momento para los pueblos originarios del Abya Yala y lo que ocurre hoy en Bolivia lo demuestra. Las naciones indígenas que conviven en su rica extensión territorial, pueden decir mucho de la historia milenaria que les habla y guía sus pasos, y de las dinámicas expoliadoras que contienen una subestimación impuesta por las clases poseedoras durante cinco siglos.

 

Para comprender este instante trascendental de la historia de la humanidad se requiere practicar una actitud totalmente diferente de la subestimación clavada en la cultura de nuestros pueblos como un puñal por parte del pensamiento occidental. Se debe mirar a los pueblos indígenas y su accionar actual con otra perspectiva. Un cambio significativo que pudiera permitir la focalización de esta visión está en la dialéctica habida entre defensiva-ofensiva desde la resistencia planteada. Colocadas en la ofensiva siempre se ha visto a las clases dominantes frente a los pueblos indígenas, sobre todo por la marcada violencia de sus estrategias.

 

Quienes atiendan las marcas de la violencia social opresora como indicador efectivo de una ofensiva política, serán incapaces de ver a los indígenas en la ofensiva de una política estratégica con visos extraordinarios desde la democracia y la paz. Los signos de violencia no son necesariamente unidades de una ofensiva política eficiente, pueden ser más bien indicadores de desespero y crisis final.

 

Desde antes de la primera victoria electoral de Evo Morales los pueblos indígenas venían tomando la ofensiva política a través de participaciones cada vez más organizadas y victoriosas, ganando espacios en los escenarios sociales. Muestra de esto fueron las estupendas jornadas llevadas a cabo por la preservación, recuperación y defensa de las aguas, que las clases oligopólicas mundiales aún quieren tener en sus fauces para sostener sus modos de vida depredadores. La victoria de Evo Morales fue la reafirmación de que los pueblos indígenas están preparados para gobernar su propio destino como Estado plurinacional.

 

Toda la instigación desatada por las clases dominantes desde la primera victoria electoral del Movimiento al Socialismo (MAS) hasta la violenta deposición de Evo Morales en 2020 para instalar un gobierno de facto, no ha sido más que la demostración de la crisis terminal que viven políticamente esos sectores reaccionarios. Sin proyecto hacia el porvenir y con sólo el guante fascista como respuesta a sus magras expectativas de país, sus acciones anuncian el comienzo del fin de esa clase como hegemonía.

 

El llamado a elecciones como consigna y acción que ni la misma OEA ni el gendarme gringo pudieron eludir ni evitar, dice a las claras el desierto de propuestas  políticas en que se encuentran los sectores de la derecha. El MAS y demás organizaciones asumieron con clarividente acierto el proceso eleccionario. Durante la inevitable campaña electoral los fascistas sólo pudieron apelar a la subestimación y al chantaje violento, con el fin de mostrarse fuertes en un escenario deliberativo que les era (y definitivamente les será) completamente adverso.

 

Pensaron los factores reaccionarios que el genocidio perpetrado durante las aciagas horas del golpe fascista en contra del pueblo en la calle, infundiría miedo en los sectores populares y no ha sido así. La violencia ultraderechista ha sido respondida con una impresionante, perenne y conmovedora toma de la calle y de los espacios sociales por parte del pueblo organizado que ha dado un impulso al proyecto de Patria plurinacional con marcada dinámica revolucionaria.

 

La derecha envalentonada fue perdiendo escenario nacional e internacional en la medida en que se develó la ignominia instalada y de nuevo fueron enarboladas las banderas de la democracia, la justicia y la paz en condena al golpe. La genial y paciente estrategia de llevar a la derecha a las elecciones ha sido un ejemplo de resistencia que hoy coloca a los sectores revolucionarios bolivianos en favorable posición regional.

 

Nunca antes en la historia de nuestros pueblos un proceso electoral significó un trayecto de acumulación de fuerzas para el retorno de un proyecto político, interrumpido por una acción fascista. La victoria electoral de Luis Arce y David Coquehuanca es el signo marcado por los movimientos sociales en Bolivia y una señal devastadora para los sectores de la derecha continental y mundial. El mensaje que está dando el pueblo boliviano con el liderazgo de la impronta indígena es una evidencia indudable de que las piedras están hablando con voces del porvenir de la Pacha Mama.



1 comentario:

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.