El mundo se divide en tres categorías de personas: un pequeñísimo número que hace producir los acontecimientos; un grupo un poco más importante que vigila su ejecución y asiste a su cumplimiento, y, en fin, una vasta mayoría que jamás sabrá en realidad lo que ha acontecido.
Nicholas Murray Butler
Miembro del Council on Foreing Relutions (CFR)
Luego
del derrumbe de las Torres Gemelas en Nueva York, Estados Unidos (EEUU), hecho
acaecido en el año 2001, muchos pensamos que cualquier cosa podía ocurrir en la
Pacha Mama. Agitados por los acontecimientos, los espacios de diálogo social se
transformaron en un hervidero cuyas burbujas iban de los criterios a las
especulaciones y sobre todo a las interrogantes y problematizaciones profundas;
fue como si el mundo se hubiese quedado sin respuestas (y sin mentiras).
Una
campanada nos llegó en medio de la credibilidad ganada por el
gobierno gringo. En los primeros días luego del atentado, el historiador venezolano
Agustín Blanco Muñoz analizando aquel trágico acontecimiento en un artículo de
opinión, llegó a la conclusión de que se trataba de un auto ataque producido en
el seno del mismo EEUU. Su aporte se ganó el escepticismo, dada la avalancha de información favorable a la matriz de que
terroristas del grupo Al Qaeda habían perpetrado el hecho.
Pasado
un año entre afirmaciones, incertidumbres, dudas y azares –recuérdese al pueblo bolivariano apoyando al
comandante Hugo Chávez Frías en la presidencia, mientras recibían el primer
latigazo importante de la contrarrevolución en Venezuela- un amigo profesor de
filosofía nos hace llegar la copia del libro La Terrible Impostura escrito por el periodista Thierry Meyssian quien
demuestra en aquellas páginas, con investigación, análisis y datos precisos, los
atentados como una conspiración fraguada en el mismo territorio yanqui.
No
dejando este libro la menor duda al respecto, el mediático y cínico show funerario desplegado por el gobierno
gringo, monigoteado por George W. Bush, con su lluvia de decretos internos y
sus amenazas a todos los países (como si fuese un gobierno mundial) redujeron
al mínimo toda posibilidad de reflexión profunda acerca de lo sucedido, más
allá de que la pandilla de un árabe con cara de loco y metralleta en la espalda,
haya derribado dos torres en la Gran Manzana y atacado nada menos que al sacro
santo Pentágono, mediante una acción suicida; ésta era la misma trama de
siempre que Meyssian detallaba y cuestionaba en su libro. Aquella valiosa
investigación pasó a una especie de ostracismo comunicacional.
MIREN QUE HAY LIBROS EXTRAÑOS
Dos
años después, luego de un estupendo movimiento cívico militar que puso en
derrota la primera avanzada reaccionaria contra el presidente Hugo Chávez, este
mismo amigo profesor de filosofía (debemos decir también: furibundo lector),
en un apasionante diálogo, nos aportó pistas del libro Hitler ganó la guerra, escrito por el economista argentino Walter
Graziani, con la agregada información de que volúmenes del mismo “andaba por
ahí”. Su ofrecimiento de copiarlo como el de Meyssian, se lo tragó el proceso de enfrentamiento popular al sabotaje
petrolero, sorbido por los reaccionarios como otra aplastante derrota. La
urgencia política en la que andábamos no estaba para estar copiando libros subterráneos.
Sin
embargo, tercos como somos con los libros, aquel lo mantuvimos en las
posibilidades lectoras. Algunos días después, pasando por los ventorrillos de
libros viejos del puente Fuerzas Armadas en Caracas, lo vimos chocando lomos tal
vez con una honrosa edición del Decamerón del italiano Giovanni Bocaccio, un bello cuento infantil
de tapa empastada, un antiguo volumen de filosofía o el libro ¿Cómo se elabora el Proyecto de
Investigación? de la investigadora venezolana Miriam Balestrini envuelto en
celofán. La necedad nos llevó a preguntar por el libro afortunadamente
encontrado, sin tener lo suficiente en ese momento como para entrar en asuntos
de oferta y demanda.
Fuimos
hasta la Plaza Bolívar para ofrecer entre la amistad, la posibilidad de establecer
una sociedad cultural-lectora muy beneficiosa. Y así regresamos con el costo
ofertado. “Creo que ya se lo llevaron”, dijo el buhonero. Apenas habían pasado
unas dos horas del hallazgo. “Escapó” –dije a los amigos quienes me miraron
sorprendidos- “Se trata de un libro arisco”. Cuando un libro nos huye dejamos
de buscarlo, así como si fuésemos a ver una película al día siguiente de haber
sido retirada de la sala; dejamos de verla. Si lo referíamos en los diálogos, era
para contarlo basado en los testimonios del amigo profesor y hasta nos atrevíamos
a hacer algunas advertencias.
¿UN LIBRO PARA ESTE INSTANTE?
Preocupados
por este año 2021 de asechanzas y urgentes medidas sanitarias, quienes
dimensionamos el blog La Guarida del Druida hablábamos de la diversidad de
alertas, sobre todo culturales, realizadas a finales del siglo XX, para
visualizar hacia lo porvenir lo hoy vivido con la pandemia del COVID-19 y
otras alertas imperiales. Es como si hubiésemos sabido que esto iba a pasar, pues
desde el campo hegemónico venían las amenazas de ataques bacteriológicos.
Fue
cuando nos asaltó la memoria aquel arisco libro. Escéptico como soy de las
redes, creí imposible encontrar tan “peligroso” ejemplar, empero, la diseñadora
del equipo lo encontró en la autopista cibernética con brillante facilidad. Y
fue así como se transformó en espacio visitado con lectura apasionada en un día
y algunas horas más.
La
finalidad de este ensayo, más que hablar centralmente de la obra, es referirla
en el cauce de los acontecimientos actuales. El atributo del libro se
basa en la necesidad de buscarlo con afán y haberlo leído en el momento, no
como la pieza extraña que para muchos significó su aporte, sino como una de las
alertas más lúcidas lanzadas a la conciencia de los seres humanos a inicios del
siglo XXI.
En
el libro Hitler ganó la guerra están
las claves fundamentales de lo que hoy sucede. Es su narrativa intensa, llena
de datos vitales, atosigantes, hasta escatológicos, el avasallante paso de que llevamos
tres cuartos de sus páginas leídas sin darnos cuenta. Es cuando provoca
abandonarlo, salir corriendo a vomitar, hacer un acto de autocompasión humana. Nos
hacemos conscientes del por qué el cineasta estadounidense Stanley Kubrick dejó
su obra póstuma Ojos bien Cerrados (Eyes
Wide Shut, 1999) como advertencia y clave de una sociedad monstruosa como la
gringa.
EL PECADO DE UN LIBRO OCULTADO
Fotografías
de la ciudad de Berlín destruida en 1945 comportan uno de los lugares comunes
de la verdad histórica del siglo XX. Cuando se comienzan a develar los secretos
de aquel Tercer Reich demoledor-demolido, es encontrada por investigadores la frase comunicacional más
impactante: “Una mentira dicha mil veces
se convierte en verdad”, atribuida al otrora poderoso jefe de propaganda
del partido nazi Joseph Goebbles, luego convertida en el chivo expiatorio del
proceder de aquellos fanáticos, racistas, asesinos, provocadores de más de
cincuenta millones de muertos. La conclusión es que al pueblo alemán y al mundo
se les mintió: fueron engañados.
A
partir de este momento la mentira se transformó en categoría positiva de las
ciencias sociales, quedando la verdad como aporreada en la conciencia de la
humanidad. Es frágil y vulnerable la verdad, concluyeron muchos. Entrado el
siglo XXI, quienes quedaron gobernando el mundo (¿desde siempre?) reiniciaron
su trabajo comunicacional, no basado en la poderosa mentira, sino en
la golpeada verdad. Nace paulatinamente lo conocido ahora como post verdad. Esta noción, viajera
subliminal en las redes, tiene como finalidad rebasar las expectativas del
trabajo dejado por Goebbles; ahora se trata de que “toda información es verdad”.
En el ring de boxeo comunicacional del siglo XXI la mentira no existe y se le
cubre de trusa estampada con la frase “Fake news”.
El
pecado del libro Hitler ganó la guerra
es decir la verdad en un momento en que “la verdad” es el valor supremo de la
alienación comunicacional del mundo. La verdad es la mercancía más preciada de
todas cuantas hay en el libre mercado del neoliberalismo impuesto, lugar económico-ideológico
en el cual los grandes medios de producción de verdades aplastan a quienes
quieren ofrecer su verdad desde sitios de enunciación invisibilizados o no
oficiales.
Los
agentes de la hegemonía han logrado imponer una metafísica de la verdad en la
cual la mentira no existe o lo más grave: no importa. Es asombroso ver los
diferentes twits citados en las redes y comprobar que todos enarbolan una “verdad”
y si a alguien se le ocurre señalarlo como “mentira” su importancia es insignificante
porque un alud de “verdades” le cae encima.
Hitler
ganó la guerra circuló casi clandestinamente (en las manos de no muchos
lectores-lectoras) como un entrompe de informaciones increíbles, un listado de nexos mundiales difíciles de hacer
seguimiento debido al poder de los involucrados, como un compendio exagerado de
investigaciones realizadas a la clase que gobierna el mundo. Incluso, no es
descartable en su momento, que mucha gente lo haya subestimado por conocer parte de esos datos, no percibiendo siquiera la importancia del título del
libro. ¡Claro! Hoy Hitler es un admirado personaje cinematográfico.
LA DENUNCIA BÁSICA
En
uno de sus documentales dedicados a las corporaciones, el cineasta estadounidense
Michael Moore registra el momento en que un grupo de ciudadanos protesta frente
a la casa de uno de los altos gerentes de una reconocida corporación. Cuando el
cineasta logra entrar a la residencia y entrevista al gerente, llama la
atención de la audiencia en el sentido de que sólo se trataba de un empleado más
de la corporación, no era el dueño. ¿Dónde están los dueños de esa corporación?
Se preguntaban los manifestantes frustrados.
El
libro visitado, trata precisamente de los dueños de las corporaciones, de los
amos reales del mundo, de los terratenientes de nuestra Pacha Mama. Los señala
con sus historias y genealogías, sus nexos arqueológicos, sus clanes secretos, sus
asociaciones pseudo-legales, sus nombres y sobre todo sus apellidos. No va su
narrativa sólo enunciando el Perogrullo del curso de los acontecimientos
mundiales basado en la apropiación del petróleo por las transnacionales, entrando
en cifras y en supuestos sociológicos. Va también sobre quienes han planeado y
planean, quienes han ordenado y ordenan, quienes han perpetrado y perpetran
actos de dominio estratégico sobre la mayoría de seres humanos. En este libro
no sólo se va sobre las causas de los males del planeta –nuestra Pacha Mama—sino
sobre los causantes. Este libro es una especie de Juicio de Nuremberg con lectores-lectoras como jueces.
El
ojo investigador de Graziano no cae solamente en ejecutores intermedios o en
políticos poderosos de transitorio devenir o en multimillonarios aluvionales, mete
su lupa en los nombres del rancio poder, en las articulaciones ventrales,
antiguas, en sus construcciones simbólicas, en su entronizamiento mediático y
además, refiere con datos comprobables lo que han hecho y cuanto son capaces de
hacer. Y nos deja claro que nada de lo sucedido en el mundo es producto de la
casualidad, de que hay un poder dominante agrupado en carteles como el poderoso
Council on Foreingn Relutions (CFR) cuyos miembros dejan como cachorros a los
multimillonarios publicados en la revista Forbes.
¿QUE PITO TOCA HITLER?
Aunque
pareciera pretexto, el Fuhrer alemán es centro de la trama mundial porque sus
postulados, aunque vueltos cenizas han renacido como un Ave Fenix ¿Por qué?
Primero porque asombra cómo Graziano articula un conjunto de verdades ya
restregadas fragmentariamente al mundo, acerca de cómo este peligroso maníaco
accedió al poder ayudado por banqueros como J. P. Morgan (firma involucrada en
el derribo de las Torres Gemelas) y por magnates del petróleo como el poderoso
John Rockefeller (cuyas familias ha extendido su poder hasta el actual momento);
segundo porque demuestra cómo la burguesía mundial encontró en su ascenso y
llegada al poder la doctrina de la cual se ha prendado para gobernar el mundo:
el fascismo; tercero y de vital importancia, porque evidencia el punto de
inflexión habido con la llegada a la presidencia de George Bush padre (1989-1993), cuyo abolengo está emparentado con los
fascistas nazis e italianos y cómo desde su gestión el paulatino renacimiento
del fascismo como ideología renovada ha acelerado su auge global sobre todo en
los EEUU al amparo del supremacismo racista, cuarto, porque demuestra los nexos
entre quienes promovieron las bases del pensamiento neoliberal, quienes
impulsaron la globalización y quienes declararon la Guerra Total: los mismos
con diferentes asociaciones. Descorre las cortinas que adornan los Milton Friedman,
los Karl Popper, los Robert Lucas, los Francis Fukuyama con sus tecnicismos, y
así devela quienes se esconden detrás: el clan inglés Rothschild de
multimillonarios atávicos con la mismísima monarquía inglesa de fondo.
Hoy
en Europa y en EEUU, Hitler goza de tan buena salud que los neofascistas
amparados en la fachada de “partidos democráticos” toman las calles y amenazan
al ciudadano de a pie con volver al poder para esclavizarnos definitivamente. Quienes
son los responsables de este resurgimiento, financistas activos en múltiples
redes y clanes secretos están reseñados en el libro Hitler ganó la guerra. La llegada a la presidencia de EEUU del
líder ario Donald Trump es una avanzada más de estas fuerzas fascistas que ya
se han quitado la careta democrática. El asalto al Capitolio Federal (2020) luego
de las elecciones en ese país ha sido una instigadora vitrina que muestra al mundo lo que siguen dispuestos a perpetrar.
COVID-19: UN VIRUS CON VARIAS CORONAS
Aunque
en el libro se coloca el tema de los ataques bacteriológicos con mirada somera,
aporta el secreto a voces de virus como el del SIDA, que fueron creados en los
laboratorios de empresas transnacionales para engrosar las arcas
multimillonarias de los oligopolios industriales químicos.
Justo
en el momento de escribir este ensayo, a través de un trabajo escrito del investigador
panameño Julio Yao, nos llega la descripción del desafío planteado por el
gobierno de China al de EEUU en cuanto a investigar las actividades científicas
del gobierno gringo, dado que ya las acusaciones hechas por Donald Trump contra
China en cuanto al origen del COVID-19 resultaron falsas.
Un
refrán de la jerga jurídica reza: “El tiempo pasa la verdad huye”. El
laboratorio militar de Fort Detrick, en Meryland, EEUU, principal foco de
alarma que pudo haber sido una prueba contra el gobierno de este país
como fabricante inicial del COVID-19 fue cerrado en 2019 demostrando el sentido de anticipación y ocultamiento de estas fuerzas hegemónicas y la evidencia del Plan mundial de exterminio poblacional hoy en marcha.
Hay
un análisis en el libro a continuar profundizando en la investigación realizada
a las logias y clanes secretos a los que pertenecen esta élite y sus
cancerberos de confianza. El carácter oculto y vil de estas asociaciones de
discrecionalidad inconfesable, coloca en las ambiciones de sus miembros el
“obtener los objetivos de su vida al precio que sea”. Esta teleología doctrinaria es trabajada con los miembros mediante rituales donde no faltan la
superchería y el sexo.
Igualmente
se colocan dos cruces ideológicos importantes en las ideas de los ingleses Thomas
Malthus y Charles Darwin. Recordemos que el primero postuló el crecimiento geométrico
de la población mundial proporcional al crecimiento aritmético de sus
necesidades, con la conclusión del exterminio “al precio que sea” de la población.
Esto combinado con la ley de selección natural de las especies postulada por Darwin
en la cual concluye que “sólo el fuerte sobrevive”, inyecta las dosis de
racismo suficientes en la mente de los miembros de estos clanes poderosos.
OTRA INTERESANTE CLAVE EN EL OCULTAMIENTO
Un
matemático estadounidense de nombre John Nash y su formulación de la Teoría del
Juego que pudo haber impactado a la economía occidental, le permite a Walter Graziano hacer
un análisis semiótico basado en la laureada película “Una mente
brillante” (Howard, 2001) y así demostrar las habilidades inimaginables de los
agentes hegemónicos para ocultar los hechos reales (verdad) y así crear sus
realidades (“verdades”).
En la
realidad, el matemático John Nash, al formular su teoría y aplicarla a la
economía, demuestra las amplias posibilidades de crecimiento armonizado en la
Pacha Mama si se conciben las relaciones en un gran ámbito de participación
colectiva de la sociedad. Esto echa por tierra el individualismo postulado por
Adam Smith siglos antes y su liberalismo burgués. Lo sorprendente es cómo
Graziano demuestra el ocultamiento de este hallazgo –cuya aplicación
beneficiaría a la humanidad entera- hecho por los poderes económicos
enquistados en las principales universidades de EEUU e Inglaterra y su
influencia en los demás claustros del mundo y cómo la aplicación de la teoría
neoliberal es el triunfo de este ocultamiento.
Ni
una película premiada con el llamado Oscar de la Academia y vista por millones
de personas, instrumento de revelación de este acontecimiento económico, pudo
quitar el velo de los ojos. ¡Claro! En la película no se cansan de machacar
sobre las audiencias, la condición de esquizofrénico del Nash: ¿subestimación?
Las
mil y una verdades entre comillas impuestas por esos grupos de poder se erigen
sobre una gran mole de ocultamientos. ¿Qué ocultan las trampas jurídicas regionales
e internacionales llevadas a cabo en países de nuestro Abya Yala ante las
masacres a poblaciones y dirigentes populares, ante el bloqueo económico genocida
a países que no comulgan con la ideología dominante, ante la instigación a la guerra
entre países fronterizos, ante las acusaciones y prisión de expresidentes luego
declarados inocentes, ante la quema de inmensos reservorios vegetales, ante los
asesinatos o desapariciones forzadas contra mujeres, ante la intervención
descarada en procesos eleccionarios, ante el apoyo cínico a golpes de Estado disfrazados
de levantamientos populares? ¿Qué articulación de poderes se oculta tras el
encarcelamiento de Julian Assange? ¿Qué trato entre estos poderes perpetra el apharteid
montado en Palestina? ¿Qué movidas en el tablero de ajedrez del CFR hacen que
hoy Venezuela se encuentre bloqueada económicamente y asediada por grupos
criminales?
EL LIBRO UNA VEZ LEIDO Y CERRADO
Parece un eufemismo decir que cerramos un libro importante. Por lo profuso e
intenso de su contenido, Hitler ganó la
guerra es un libro revisitable; nada más para detenerse a realizar los
mapas mentales necesarios o extraer citas importantes o precisar la plena vigencia
de los indicios que deja, es revisitable. Además, se trata de un libro, en la
medida de leerlo por primera vez, abierto, imposible de cerrar. Subrayamos: su
vigencia es incuestionable, no tanto por las informaciones como por las
inferencias, intuiciones, deducciones, vínculos, integraciones posibles de
hacer con las mismas. No en vano su autor, cada tanto que llega a una
encrucijada temática dice: “este es un tema para desarrollarlo luego”.
Su
parte final desafía al lector. “¿Y además haberles dado tan importantes datos
sistematizados, quieren que les dé la fórmula para utilizarlos?” –parece preguntar.
La esperanza en las gentes organizadas, cuya experiencia les ha posibilitado
una mentalidad más abierta y una mirada más integradora es su apuesta, para orientarse
en un mundo complejo y a la vez vuelto una complicación al propósito de intereses
poderosos, destructivos, genocidas.
Desde
nuestro Abya Yala también revisitamos con permanencia el eterno libro de la herencia histórica de nuestros
libertadores y libertadoras de la primera independencia; estrategias medulares como
la de crear mil Vietnam frente a
las acechanzas bélicas del imperialismo, formulada por el comandante Ernesto
Che Guevara; la estupenda experiencia del Frente Zapatista de Liberación Nacional
(FZLN), quienes en plena pandemia, han salido a recorrer la Pacha Mama para dialogar su praxis y visiones con los necesarios espacios de sanación integral
entre otros objetivos; ante la siempre importante necesidad de fecundar cada
vez más el acervo investigativo y político a favor de la unidad
revolucionaria de los pueblos para enfrentar el poder revelado y descrito en
este libro.
POR
AHORA UNA CURIOSIDAD
Si Hitler ganó la guerra ¿Quién la perdió?
EXCELENTE...MUCHAS GRACIAS...TU APORTE SERIA UN PUNTO DE INICIO UTIL PARA QUE EN (((MENTEX))) = PENXAR EN (((XINERGIAS))) = CONECTAR MENTES INDIVIDUALES EN COLECTIVO XINERGICO, TODO LO ACONTECIDO CON HITLER Y SUS IMPLICACIONES EN EL MUNDO ACTUAL Y FUTURO... A LOS FINES DE UN TELOS SUPERIOR : "ENTENDER LA COMPLEJIDAD DEL UNIVERSO QUE EXISTIMOS, PARA PODER TRANSFORMARLO PARA MEJOR"...
ResponderEliminarAMILCAR@XINERGIAS
21.4.15.6:44AM
TLF:0212-3113095. XINERGIAS@GMAIL.COM
Un análisis formidable, sobre una obra extraordinaria, que merece amplísima difusión.
ResponderEliminarSaludo. Franklin.
¡excelente!
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