domingo, 15 de enero de 2017

EN EL MOSQUERO: COPIADO DE LA REALIDAD O CURSILLO GRATIS DE EDUCACIÓN POLÍTICA


Cerca de mi sitio de trabajo en Caracas hay un lugar con bar incluido que los compañeros llaman cariñosamente “El Mosquero”. Recordemos que esta metáfora popular refiere esos lugares caóticos, llenos de moscas, donde la comida es sabrosa. Desde que llegué una noche de enero a comer, observé que estaban en la barra, además del cúmulo de botellas y los dependientes, cinco tipos conversando variedades. Sobre beisbol, amores, canciones, familia hablaban, hasta que uno de los tipos sacó a la conversa el tema inevitable:

-“Dígame esa vaina. Ahora los chavistas andan con esa vaina del desagravio. Andan diciendo que la oposición le hizo un desagravio a Bolívar. ¡Qué desagravio ni qué desagravio le hicieron a Bolívar! Sacar esos cuadros de la Asamblea no es ningún desagravio. Además, ese Bolívar que aparece en ese cuadro es falso. Por eso sacarlo no es ningún desagravio. Desagravio le hizo a Bolívar el que pintó ese cuadro. Ese no es Bolívar. El Bolívar que yo conocí siempre, es más fino, más blanco, más estilizado. El Bolívar de ese cuadro es rústico, negruzco, feo: ése sí que es un desagravio a Bolívar”.

Un segundo tipo que está de frente, llenando su vaso al voleo de la botella, le dijo:


“Caramba, amigo, yo creo que usted está utilizando mal la palabra. El desagravio lo están haciendo los chavistas al defender a Bolívar porque la oposición sacó el cuadro de la Asamblea”.

“No, no, no, no –exclamó el primero, moviendo el dedo índice de la mano derecha- Nada de eso. Si fueron los chavistas los que se arrecharon por el desagravio de la oposición al sacar el cuadro. Por eso es que lo estoy diciendo. Los chavistas dicen que la oposición hizo un desagravio al sacar el cuadro y eso qué importa. Lo que importa es que el cuadro era feo. Si la oposición hizo un desagravio no importa. Los chavistas se la pasan inventando vainas para desviar la atención de los problemas. En vez de decirle al gobierno para acomodar las colas y bajar los precios, ahora andan diciendo que la oposición hizo un desagravio”.

“Escuche amigo,- dijo el segundo con la calma de quien quiere explicar- para que exista un desagravio tiene que haber un agravio. El desagravio lo está haciendo el chavismo porque ellos dicen que la oposición cometió un agravio contra Bolívar al sacar el cuadro. El agravio lo cometió la oposición y el desagravio lo está haciendo el chavismo”.

“Ah vaina amigo, tú estás enredando la vaina. Aquí no hay ningún agravio. Lo que hay es el desagravio que dicen que cometió la oposición. Además, ese desagravio de la oposición lo está inventando el chavismo para hacer arrechar a la oposición. Yo entiendo por agravio cuando la gente se arrecha, por eso los que están cometiendo el agravio son los chavistas porque están arrechos.”

Un tercer tipo que parecía hundido en sus pensamientos, mirándose en el espejo del bar, se metió en la conversación:

“Yo voy a intentar aclarar. Eso lo vimos en la escuela: ¿Tú no fuiste a la escuela primaria? Un agravio es un insulto contra alguien y un desagravio es la defensa que otros hacen de ese alguien que fue insultado. Es fácil”.

“Mira amigo. –dijo el primero como tomando aire- Yo saqué mi bachillerato y fui a la Universidad hace tiempo; no terminé la carrera porque me casé. Yo sé como es todo. La oposición cometió un desagravio con lo del cuadro porque hizo arrechar a los chavistas y los chavistas cometieron el agravio porque se arrecharon”.

“No entiendes. –dijo un cuarto tipo con cierta resignación- Tienes que aceptar que no entiendes. Es como lo dice el amigo y si quieres busca en el diccionario de la lengua española lo que es agravio y lo que es desagravio. Agravio es lo que ofende y desagravio es lo que denuncia y quita la ofensa. Es como si un tipo te entrara a coñazos a ti y luego viene un amigo tuyo y le entra a coñazos al tipo que te jodió. El que te da tus coñazos a ti comete un agravio contigo y contra quienes te quieren y el pana que le da los coñazos a quien te los dio a ti es el que te defiende y es el que hace el desagravio. El agravio agrede y el desagravio defiende”.

“No, no, no, -dice el primer tipo con toda la pasión de la conversación- eso que tú dices es venganza. Los chavistas son unos vengativos. Claro. Por eso cometen el agravio: por venganza. Ya sé quien me va a aclarar esto”.

El primer tipo saca su celular y pulsa las teclas con los dedos de su mano derecha. Los otros miran con la calma nocturna, la sumisión con que observa el aparato.

“Aquí está”. Guarda silencio mientras sigue mirando el celular.

“¿Y bien?”. Dicen los otros tipos.

“Lo que pasa es que a los chavistas les gusta enredar las cosas. Era como nosotros decíamos. Agravio es agravio y desagravio es desagravio. Agravio es el que se arrecha y desagravio es el que no se arrecha. Y como a los chavistas les gusta andar arrechos se sienten con agravio y como la oposición ganó las elecciones y están contentos hacen el desagravio como yo decía. Está clarito. Todos tenemos la razón. A Bolívar no le hicieron ningún desagravio. Agravio le quieren hacer los chavistas”.

“Desagravio es la cuenta que tienen aquí”. Dice el portugués que despacha en la barra, mientras me retiro del lugar y sonaba una canción de los años 70.

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