sábado, 4 de febrero de 2017

DESAFIO PERMANENTE DE LOS REALIZADORES: HACER CINE DESDE LA GESTA DE CHAVEZ (PARTE I)


Sólo con el lenguaje del corazón podemos avistar en el futuro, lo que será la dimensión del Presidente Hugo Chávez en Venezuela, una vez ocurra su fecunda siembra en el imaginario popular y retomemos la cotidianidad donde lo dinamizaremos con nuestras luchas de todos los días. Hoy podemos constatar cómo el Presidente Chávez se integró a la mediática del siglo XXI, constituyéndose en la gran figura planetaria, en el más extraordinario personaje político, en la más destacada impronta social de este milenio apenas naciente. Quizás la más significativa dimensión suya —por la trascendencia tecnológica de este tránsito epocal que hoy vivimos— ha sido la proyección audiovisual generada a través de su liderazgo, en cuyo epicentro ha estado la educación política. El nacimiento y crecimiento de la personalidad trascendente del Presidente Chávez, transita en el mismo tiempo de consolidación de una poderosa e influyente base informática mundial, donde comunicación, diálogo, mediaciones, imágenes, mensajes, ediciones creativas se amalgaman y se tornan inimaginables en vínculos e integraciones. Allí, en ese ojo huracanado— cambiante e influyente— la extraordinaria vida de este Comandante-Presidente, continuará forjando desafíos mediáticos a quienes encuentren en su proyección hacia las futuras generaciones, creativas maneras de influir a través de su obra. Este reto, aderezado con el poder de la creatividad, con la altura de la ética política ciudadana, con el transparente sol de la verdad histórica, con la fresca sombra del árbol pedagógico, con el hábil brazo del asombro tecnológico, con las claves esenciales de todas las artes posibles e inimaginables, alcanza al oficio cinematográfico con particular llamado. Ya todas las artes se han venido ocupando de la estatura cívica y militar del Chávez mediático desde un pueblo —que como todos los pueblos del mundo— no descansa en transformar en arte todo lo que mira y profundiza, sin embargo, al cine corresponde tal vez el desafío de más envergadura en este acometido cuya finalidad no tiene fin, por el inagotable tinajero a través de cual se filtra un agua popular, fresca y sanadora.

UN PROCER ENVUELTO EN IMÁGENES
PRESIDENTE HUGO CHAVEZ EN SU PROGRAMA RADIAL
Venturoso es ver al Chávez siempre humano en todas las imágenes dedicadas a su trascendencia como líder universal. En el ejercicio de este liderazgo, tuvo el inusual privilegio de haber sido atrapado por la virtualidad de un tiempo «real» cuyo asombro aún nos asalta. Pudiéramos decir que una cámara telemática siguió al Presidente desde su aparición aquel 4 de febrero de 1992, se mantuvo encendida durante todo su recorrido por la gesta popular que le acompañó hasta hoy, donde la sensible ausencia que traza, busca mayores emanaciones creativas de una lente que continuará activada, en la búsqueda de nuevas estéticas que multiformen la ética que él mismo forjó.

La ubicuidad de la posibilidad telecomunicativa del Presidente Chávez en el imaginario de siglo XXI es inédita de cualquier personaje precedente. Si lo proyectamos desde la perspectiva de presidentes venezolanos anteriores no hay comparación posible, porque si en algo se caracterizaron aquellos mandatarios (con la digna excepción del general Isaías Medina Angarita) fue en la mixtificación de su vida privada, en la discrecionalidad habida en sus actuaciones públicas. No fue así con el camarada Chávez. Sin lugar a dudas hoy constatamos que este inédito e irrepetible personaje nuestro, no tuvo (tampoco pudo hacer) privacidad imaginable. Aún en sus momentos familiares, ese «globo ocular pueblo» lo acompañó intentando protegerlo, aconsejarlo, pedirle un favor, orientarlo, denunciarle bajezas de su gobierno, e incluso, el ojo lacayo-imperial buscó atacarlo siempre. «Saber de Chávez» se convirtió en uno de los objetivos políticos mundiales más anhelados, sobre todo el de sus enemigos, de allí que su imagen colocada en los medios audiovisuales haya sido imprescindible, inagotable, tan necesaria como saber el estado del tránsito automotor o el curso del clima o la conflictividad del planeta. Toda esta maravillosa complejidad popular y ciudadana hace del Hugo Chávez Frías humano, el personaje más pertinente de toda la creática que nos acompañará por tiempos. En un país como Venezuela, donde las clases hegemónicas han endiosado a los próceres; donde echaron cemento armado a toda nuestra fabulosa historia patria, hasta el colmo de haber instaurado la abominable costumbre de prohibir el aplauso a nuestro himno nacional; donde sus “sapos cultureros” persiguieron y criticaron a quienes trataron de humanizar a nuestros héroes y heroínas; aquí la trascendencia del Presidente Hugo Chávez plantea retos artísticos muy dignos de asumir.

DEL PRESIDENTE DOCUMENTO AL SUJETO HISTORICO DOCUMENTAL
LAS MUJERES TAMBIEN FILMAN
¿Qué no haría el gran documentalista venezolano Jesús Enrique Guédez con todo ese «pietaje» incontable de imágenes recogidas de Chávez? Recordemos que el ojo cinematográfico de Guédez se educó para recrearnos la realidad desde una perspectiva, donde somos como audiencia quienes quedamos incluidos en la realidad de su realidad vista y sentida. Esa intencionalidad fílmica del documento histórico que significa el Chávez multidimensional, bien puede constituirse en clave esencial de los futuros documentales a editarse. Hacer un documental no es la simpleza de organizar con lógica unas imágenes atrapadas de la realidad. Documentalizar un documento complejo de las realidades que nos asaltan, significa atrapar totalidades concretas de esa realidad múltiple e infinita. Realizadores de hoy no pueden tomar el arte documental como un signo del trabajo asalariado, ni como un ejercicio necesario para luego hacer la ficción soñada que vaya al Oscar de Hollywood, ni como un simple apresto para abordar “cosas más difíciles”, ni como un intento de realizar la realidad para distanciarla de lo sucedido. No. El documental es unidad en sí misma y su integralidad cobra posibilidades infinitas como encuentro expresivo con el arte.

Aunque son incontables los trabajos desde la perspectiva documental realizados alrededor de la vida y obra del Presidente Chávez, muchos de ellos institucionales, no se han hecho todavía obras documentales intencionadas donde el personaje se salga de las amarras reales y comience a crear sus propias realidades desde lo real ya creado. Sin plantear ni por asomo “el gran documental sobre Chávez” porque sería ridículo e incoherente, se trata de plantearse un despliegue de ojos artísticos que coloquen a Chávez como creador de infinitas posibilidades visuales, desde donde emanen realidades impensadas. Lo pensado acerca del Presidente Chávez estará siempre en la mediática de todos los días, en cambio lo impensado de nuestro líder, gravita en los multiversos del arte que son inagotables. Sólo viendo en el insondable corazón del pueblo, los realizadores lograrán atrapar a ese «Chávez documental» que continuará llenándonos de nuevas ideas.

EL ATREVIMIENTO MEDIATICO DE UN PERSONAJE HISTORICO
ESTATUA DEL LIBERTADOR SIMON BOLIVAR
El comandante Hugo Chávez es el único personaje que se atrevió a hacer ficción de su propia trascendencia histórica con deliberada conciencia y esto lo convierte en el cuarto majadero de la historia, según la bella idea esbozada por el Libertador Simón Bolívar, quien seguramente pensó en alguien que vendría luego a sumárseles al Quijote, a Jesucristo y a sí mismo: este personaje sería su hijo Hugo Chávez Frías. Esta majadería, como no tendrá las amarras oligarcas y sí contará con las libertades que seguiremos construyendo, será arcilla artística de la cual deben hacerse filmes estupendos, donde el hoy llorado personaje sea compañero de viaje. De la inmensa lágrima que hoy sale del corazón de esta tierra, Chávez se convertirá en lago transparente, adonde siempre acudirá el pueblo para mirarse a sí mismo y el cine venezolano debe aprovechar estos manantiales.

Este Artículo fue publicado meses después de la siembra del Comandante Hugo Chávez Frías en el semanario Las Verdades de Miguel.

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