|
GROUCHO MARX |
El
cine de género no significa el cine en su totalidad, pero al cine desde esta
integralidad, le faltaría una de sus esencias sin la noción cine de género. Los géneros
cinematográficos son el producto de una complejidad sujeta a varias dinámicas y
dialécticas que inciden en su despliegue y dimensionamiento como arte,
industria y mediación comunicativa. Los géneros nacen con el cine mismo, cuando
la visualidad, intereses e ideología de realizadores y compañías cinematográficas,
comienzan a experimentar con este medio poderoso, pues jamás pensaron el
increíble alcance social que tendría. Los mismos hermanos Lumiere llegaron a
decir, con graciosa ingenuidad, que su descubrimiento sería una actividad sin trascendencia.
|
AL PACINO COMO MICHAEL CORLEONE |
¿Cómo
nace el cine de género? No es sencillo adentrarse en esta madeja. ¿Quién niega
que aquellas bisoñas tomas de obreros saliendo de una fábrica, pudieron influir
en el filme Tiempos Modernos (1936)
de Charlie Chaplin, o que el rostro del actor Max Schreck terminara de inspirar
al alemán Friedrich Wilheilm Murnau para su Nosferatu
(1922) hito del género del terror, o que la furiosa travesura radial de Orson
Welles con La Guerra de Los Mundos (1938)
incidiera en todo el género de ciencia ficción, o que la manera como el realizador
ruso Einsenstein logró su personaje del actor Nikolai Cherkasov para su filme Ivan El Terrible, diera clave a otros
cineastas o que la experiencia actoral de Marlon Brando fuera decisiva para su
designación como Vito Corleone en El
Padrino (1972) de Francis Ford Coppola?
|
STANLEY KUBRICK EN LO SUYO |
Sin
dejar de reconocer los recursos habidos en el arte mismo como apoyo a los
géneros, es más adecuado a la realidad decir que el cine de género nace de la
realidad misma. La violencia social inspiró el cine de Robert Aldrich, la
destructividad humana apoyó la visualidad de Sam Peckimpah, los quiebres
cotidianos de la sociedad dieron el bailao a Cantinflas, las tragedias del
pueblo chileno apoyaron el ojo crítico de Miguel Littin. De esa realidad social
compleja, emana el genial interés mostrado por el realizador estadounidense Stanley
Kubrick (1928-1999) en los géneros, para fortalecer su propuesta
cinematográfica.
De un thriller poco común a
la carrera espacial
|
JAMES MASON |
Quizás
el filme que anuncia a un Kubrick con definitiva experiencia cinematográfica,
para el logro de genio formidable en los géneros fue el thriller Lolita (1962) con la sideral actuación
de James Mason. Aquí experimenta por vez primera con fuerza la confrontación
con la crítica, debido al controversial tema de la pedofilia plasmado por el
ruso Vladimir Novokov en la novela que lo inspira. La acertada escogencia de
Sue Lyon como la niña y la versatilidad del inglés Peter Sellers se quedan
cortos, ante la monumental actuación de Mason. El manejo de la trama llega a
una altitud suprema, cuando el profesor Humbert
llora desconsoladamente al darse cuenta que el amor por su hijastra fue en vano.
Ese llanto es de los mejores del cine, quizás sólo comparable al de
Mefistófeles por Richard Burton en el Doctor
Fausto (1962). Aunque es difícil que Lolita
logre alcanzar la notoriedad mítica de El
Padrino, Kubrick logró un thriller que no se debe dejar de lado.
|
PELICULA 2001: UNA ODISEA ESPACIAL |
En
el pináculo de la llamada Guerra Fría, donde el Mayo Francés calentaba las
calle del mundo y con la carrera espacial rayando el firmamento, Stanley
Kubrick realiza con gran genialidad 2001:
Una Odisea Espacial (1968), el mejor filme de ciencia ficción de todos los
tiempos que contó con la participación del mismo autor de la novela, Arthur C.
Clarke como guionista. La supremacía de esta obra está quizás en el eterno retorno abordado como transversalidad
secreta desde el encadenamiento de las imágenes. Un monolito representa el
punto energético que une el comienzo de las eras con los miles de comienzos que
nos acompañan en esta inmensa soledad multiversal. Inolvidables escenas son: el
Zarathustra de Richard Strauss en los primeros amaneceres de la vida primate,
el hueso lanzado hacia el cielo como señal de supremacía, la danza cósmica descrita
por la inmensa nave espacial al son del Danubio Azul de Johannes Strauss, el
enfrentamiento decisivo del ser humano con la computadora Zero y los efectos
especiales del viaje al comienzo de las eras que han sido repetidos hasta el
hartazgo, sin ser superados, por mil y un películas posteriores. La escena
final de 2001: Una Odisea Espacial es
de las más bellas y sorprendentes que se hayan hecho en la historia del cine.
Antes y después de La
Naranja Mecánica
|
LA NARANJA MECANICA |
El
escritor inglés Anthony Burguess y luego el mismo Kubrick fueron acusados por
diversos sectores de haber exagerado la violencia social expuesta en la obra La Naranja Mecánica (1971) y no sabían
que con sus opiniones estaban contribuyendo con el mito del filme que creó el
género cinematográfico de la violencia juvenil. En una excelente entrevista,
Burguess testimonia que el personaje femenino objeto de la violación es
inspirado en un hecho sucedido a su esposa, quien se suicida en la realidad como
producto de la monstruosidad vivida. Este filme fue censurado en varios países
y generó polémicas colocadas en medios de comunicación de la época. Aún no
superada su temática, inspira otras obras como Pulp Fiction (1994) de Quentin
Tarantino, las de Danny Boyle Tumba al
Ras de la Tierra (1994) y Transpoitting
(1996), Los Chicos No Lloran (1999)
de Kimberly Peirce. Para muchas críticas versadas, el cine de Kubrick y el mismo
cine de Hollywood son divididos en dos épocas por La Naranja Mecánica.
El gran susto jamás filmado
|
MARISA BERENSON EN "BARRY LYNDON" |
Quizás
lo mejor del cine de cortesanas lo constituya Barry Lyndon (1975) donde ya es leyenda que Kubrick logró filmar
los escenarios alumbrados con velas sin luz artificial, asistido por lentes
especiales, sin embargo, el último género que visitó con genialidad suprema fue
el terror y logró distanciarse del chiste al que llegan varios de los clásicos horroríficos
como Frankenstein (1931) de James
Whale o Drácula (1931) de Tom
Browning. En el filme El Resplandor (1980),
basada en novela de Stephen King, Kubrick inmortaliza a Jack Nicholson como el
escritor Jack Torrence que intenta matar a su familia afectado por el mal de montaña. Nuevamente se destaca la
dirección actoral del personaje femenino Wendy Torrence (Shelley Duvall) quien
se hace inolvidable con sus llantos de rostro aterrorizado.
|
SCATMAN CROTHERS EN "EL RESPLANDOR" |
Realizar
cine de género con genialidad suprema en cada filme es una proeza que Stanley
Kubrick logró, para hacernos seguidoras y seguidores consecuentes de su
visualidad imperecedera. Muchas y muchos nos encontramos, no pocas veces, en la
fila de las ya desaparecidas salas de
arte y ensayo, persiguiendo las obsesiones de Kubrick que no eran más que
las nuestras, puestas sobre un pedazo de celuloide para seguir forjando este
mito.
AGRADECEMOS AL SEMANARIO LAS VERDADES DE MIGUEL POR LA PUBLICACIÓN DE ESTE TRABAJO EN EL AÑO 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.