domingo, 5 de noviembre de 2017

EL MITO DE UN EXILIO VICTIMIZADO


LUIS ALMAGRO CIPAYO

Entre los cuentos escritos por el poeta uruguayo Mario Benedetti se encuentra una ficción acerca de un grupo de exiliados que vive en una ciudad de Estados Unidos (EEUU) y se reúne cada tarde para hablar de sus experiencias. El tema central que los ocupa siempre es el Uruguay que dejaron atrás. Las características de estos personajes refieren a mujeres y hombres de una clase media profesional o comercial que vive arrimada en el gran país del norte, al cual no cesan de elogiar como el modelo para existir. Cuenta la historia que estos personajes se dedican a hablar mal del país que los vio nacer. Lo definen como “poca cosa”, “gente llena de taras humanas y sociales”, “pobres tipos”, “gobernantes mediocres”, “mentalidad subdesarrollada”, “familias suyas que se quedaron padeciendo lo indecible”, en fin, hablan acerca de un pueblo que da lástima y del cual hay que avergonzarse. 




¿QUE LE PASO A MI VIEJITA?
A la mitad del cuento aparece alguien que da cuenta de un desastre natural ocurrido en aquel país y estos personajes cambian completamente su postura arrogante y se sumergen en el zanjón de la lloradera y la lástima, preguntándose cada quien por el destino de los familiares, se arrastran hasta el teléfono público para saber noticias del barrio donde vivieron, la suerte de “la viejita” y de los amigos, angustiándose por su terruño, llamando para enterarse de inmediato acerca de lo sucedido. Finalmente, el mismo mediador de la información aparece luego desmintiendo la especie debido a una lamentable equivocación. Estos uruguayos exiliados, ya más calmados, vuelven a la posición de arrogancia y de vergüenza que mostraron al inicio del cuento.


SELENA QUINTANILLA: MALOGRADA
Esta es la característica general del actual exilio venezolano. Gentes adiestradas ideológicamente para responder al desarraigo trabajado durante décadas. Las mediáticas gobernadas por las clases hegemónicas en Venezuela han construido un discurso (sobre todo durante los años 1958-1998) que ha respondido a los intereses burgueses de la ideología capitalista. Gentes que miran, construyen y viven imaginarios totalmente alienados de la cultura del Abya Yala natal, y tienen la mentalidad, los anhelos, los modos de vida en los supuestas ventajas que venden los EEUU y la Europa a través de sus películas y otras mediáticas. No es ahora que sienten el desarraigo, sería un equívoco entenderlo así; desde un tiempo que ni ellos mismos saben, sus mentes fueron adaptadas al modo de vida mercantil, individualista, capitalista y ante cualquier transformación de la sociedad, por mínima que sea, rechazan el acto de mirar lo diferente que puede ser el porvenir. Tarde o temprano iban a reaccionar con este “marcharse a otro lugar”. 


AMY WINEHOUSE: MALOGRADA
Hoy en Venezuela se pretende trabajar por una sociedad diferente a la capitalista que ha instaurado el hegemón. La diferencia está en desplegarse en una ciudadanía que priorice por la solución colectiva de los problemas, por mirar al prójimo cerca de uno, por acortar las distancias sociales hasta eliminarlas, por optimizar los procesos educativos para el beneficio de un devenir social en paz y democracia y muchos otros beneficios para las mayorías. Los espacios en materia de socialismo son los que las comunidades han ido fortaleciendo durante años que en las últimas dos décadas han podido ganar espacios sociales. En las instituciones aún es bien poco lo que se puede cosechar de socialismo o revolución, sin embargo, ya esta realidad incipiente lograda en poco más de una década asusta a estos potenciales exiliados. 


TUPAC SHAKUR: MALOGRADO
A quienes se van de Venezuela se les ha preparado durante años para rechazar la propuesta social y política que está en marcha y lo que se ha hecho durante los dos gobiernos bolivarianos en materia propagandística y mediática es muy poco en comparación a lo que se hizo en aquellas décadas contra sus mentes y modos de vida. La Venezuela que ellos siempre se imaginaron para el futuro ha sido un gran territorio lleno de Centros Comerciales, con sus dosis discretas de manos mendigas abiertas a la caridad y la represión desatada para detener las distintas rebeliones venidas de la pobreza.  


WHITNEY HOUSTON: MALOGRADA
Es cierto que en Venezuela no había tradición de largos y poblados éxodos. El petróleo lo impedía. A lo sumo se ha hablado de “exilios dorados” de cierta clase política y artística en la primera mitad del siglo XX. El viajero impenitente en Venezuela era un “bicho raro”. Más bien somos un pueblo que ha recibido distintos exilios de otros países, realidad que da cuenta el gobierno del general Marcos Pérez Jiménez. En el tema de irse del país, nuestra cultura está signada por el poema “Vuelta a la Patria” de Juan Antonio Pérez Bonalde y la canción “El Norte es una Quimera” de Luis Fragachán; muestras románticas de selectos exilios. El poema lo escribe un criollo que inicia su regreso por mar gritando como el invasor “De Triana” al ver las costas de su: “¡Tierra! ¡Tierra!”. Y la canción es un bailable merengue que sirve de burla a quienes regresan mintiendo los logros que tuvieron en EEUU.  


ROBIN WILLIANS: MALOGRADO
Otro mito es la llamada “fuga de cerebros”, cuestión que navega los procesos educativos que estas gentes han vivido, en donde se alaba las falsas bondades de la educación privada, lo excelso negado de las universidades autónomas o los grandes apellidos de las familias que pudieron costear sus estudios. Muchos de estos “cerebros” llevan sus dosis de alienación burguesa en el equipaje.  


PHILLIP SEYMOUR HOFFMAN: MALOGRADO
Vivir en donde el ser humano le dé la gana es un derecho humano. Nos puede gustar o no el lugar donde hemos nacido. Las razones del desarraigo son insondables en la vida humana. Podemos largarnos o quedarnos donde queramos o nos quieran. Sin embargo, hoy se manipula con el éxodo en Venezuela, haciéndolo ver como producto de una cruel dictadura, cuando la causa mayoritaria responde a móviles genuinamente políticos de gentes que defiende un modo de vida capitalista que les han vendido y no quieren que esa situación se transforme en lo más mínimo. Son un auténtico ejército de reserva alienada del capitalismo. Defensores del establishment a capa y exilio.  


EL CAPITALISMO LOS ESPERA
Cierto porcentaje de estos exiliados abrirá los ojos ante el desencanto que produce el engaño del capital: siempre pasa, pero la gran mayoría seguirá en el sueño que el capitalismo les montó para que defendiera sus intereses hasta su último aliento de vida. No saben que el sistema que ayer los adiestró y hoy los alienta se derrumba inexorablemente y es bastante probable que presencien su última catástrofe en las mismas entrañas del monstruo.
 

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