ALADINO Y LA LAMPARA MAGICA (1967) |
Entre
las cualidades humanas no hay virtud más descollante que la
genialidad. Ser un genio o tener una hija o un hijo genio es tal vez,
el deseo más ferviente de todo ser humano y no acceder a los dones
que se dimensionan en este espacio sideral es la frustración
escondida más resentida del alma humana. Ser tocado por el hado de
la genialidad en algún estudio, trabajo, profesión o arte es motivo
de encontrados sentimientos colectivos. Aunque las personas geniales
pudieran ser arrastradas por la vanidad, la genialidad misma abstrae
del mundo común a los verdaderos genios: ésta parece ser su
característica más sobresaliente, por tanto, no debemos confundir
la genialidad con la fama; la mayoría de los famosos carecen del
verdadero genio, debido a que la fama está ligada (sobre todo en la
modernidad) a cuestiones enteramente mundanas, en cambio, no todos
los verdaderos genios son famosos, más en su época, porque la
genialidad está ligada a despliegues que parecen no ser de este
mundo; algo inexplicable. Por ello la noción de genio más cercana,
más fuera de lo común, la hallamos en el bestial libro Las
Mil Noches y una Más que
son historias recopiladas por el poeta Muhammed
el Gashingar,
en donde es común la aparición de seres etéreos, bondadosos o
severos, castigadores y burlones, cuyos dones se llaman genios.
EL GENIO ES DEMOCRATICO |
Aunque
cada quien tiene su «genialidad
particular»
(nada más democrático que el genio humano), nada más difícil de
reconocer que el genio ajeno, cuando éste deslumbra al ojo
colectivo, por varias razones, a saber: la diferencia marcada en
pensamiento y acción con obras precedentes dejadas atrás por
vetustas, la anticipación en el tiempo de planteamientos y posturas
éticas y estéticas que son incomprendidas, la innovación que resta
vigencia a obras otrora destacadas, el distanciamiento de discusiones
gastadas y sin vigencia alguna, la sensación de perdurabilidad en el
tiempo, la universalidad del mensaje que confiere vigencia
permanente, la envidia de quienes pretenden —aún sin reconocerlo—
competir. Nada más pernicioso que creerse genio sin serlo y buscar
reconocimiento sin merecerlo.
CRIA GENIO Y NO DORMIRÁS TRANQUILO
CRIA GENIO Y NO DORMIRÁS TRANQUILO
MILOS FORMAN |
El
cineasta checo-estadounidense Milos Forman se atrevió a llevar al
cine en 1984 el filme Amadeus,
—obra homónima escrita para el teatro por su guionista Peter
Shaffer—; y su mayor atrevimiento fue plantear el
genio artístico como problema. Sin lugar a dudas es Wolfgang Amadeus
Mozart el genio musical más sorprendente de su época y uno de los
más geniales que la humanidad conozca. Cualquier cosa que se pueda
decir del monstruo musical de Salzburgo se quedaría corta ante las
leyendas y mitos que han levantado durante varios siglos sus
habilidades y destrezas como compositor de obras inmortales. Con una
plástica relevante, Forman coloca a un sensible y lúdico Mozart
joven adulto (Tom Hulce), ya reconocido genio musical al servicio de
las cortes monárquicas de Viena, veleidoso, despreocupado y
concentrado en derrochar elevado talento en sus óperas y demás
genialidades.
LEOPOLD MOZART |
Aunque
Forman y su equipo nos llevan a la problematización humana de un
genio colocado en un contexto social donde el medioevo declinaba, no
nos muestra con permanencia la rapacidad de las oligarquías
monárquicas que era en realidad la verdadera causa de las angustias
humanas vividas por Mozart. Se sabe que Mozart fue víctima, en
principio de su padre Leopold, músico genuflexo a cortes y curias
que mal pagaban sus servicios y quien abandona este trabajo para
dedicarse a explotar las cualidades superlativas de su
niño.
Forman intenta ser fiel a esta incidencia, sin embargo, las miserias
traspasadas por Leopold al genial Mozart son causadas por los mismos
miserables reyes y príncipes de siempre y este director no lo
profundiza. Tener en aquella época a un Mozart en casa, es como
tener hoy como hijo a un Babe Ruth: una cuevita inagotable de
dólares. Así como Leopold no dejaba dormir a Mozart con sus
ambiciosos anhelos, hoy algunos padres entorpecen los sueños de sus
hijos, al ver sus hábiles manos con el guante o el madero de
beisbol.
UNA RIVALIDAD MANOSEADA
UNA RIVALIDAD MANOSEADA
F. MURRAY ABRAHAM (SALIERI) |
Desde
el filme se nos plantea la aparición del músico italiano Antonio
Salieri (F.
Murray Abraham) como el malvado provocador en el trayecto musical de
Mozart. Forman hace de Salieri la encarnación de la maldad, la
tragedia y la envidia que siempre se abalanzaron en realidad sobre el
genio de Mozart y este personaje sirve para encubrir los verdaderos
causantes de estos males: los reyes y reinas de las cortes europeas.
Dicen versiones de la época que Salieri fue acusado de plagio por
Mozart y posteriores especies especulan que fue el causante de su
muerte. El ojo de la cámara de Forman nos refiere la envidia
individual de un compositor asombrado por un genio al cual pretende
en principio superar y luego apenas emular a través de trampas y
argucias. Debió haber muchos espíritus como el planteado por Forman
en el personaje Salieri, pero encajados en las almas inmundas de esos
reyes estúpidos, incapaces del genio, maltratadores del artista,
despreciativos del alma popular.
TOM HULCE (MOZART) |
Asumiendo
una comicidad muy parecida a la época, Forman coloca a Salieri como
ese Maquiavelo seguidor del talento sideral de Mozart, para
asombrarse en una deificación incomprensible y saciar su instinto
frustrado. El maniqueísmo del filme complace a la polaridad entre la
pureza ingenua de Amadeus, como el músico abstraído en su genio,
frente a la envidiosa maldad de un Salieri impotente de volver a
componer una pieza más, mientras existiera un genio de esa magnitud. El
Amadeus de Forman es la metáfora de la fecundidad artística y
Salieri termina encarnando la metáfora de la muerte como entramado
de una maquinación que concluye en la figura del padre: salida
psicoanalítica, teatral y maniquea.
REQUIEM PARA UNA MANIPULACION ARTISTICA
REQUIEM PARA UNA MANIPULACION ARTISTICA
MOZART NOS ESCUCHA |
Son
datos históricos que el verdadero Mozart logra rebelarse contra su
padre y contra el dominio que las cortes impusieron sobre su genio.
Sufriría humillaciones y penurias por parte de los oligarcas, al
resistirse a ser considerado como un sirviente. El artista en
realidad es pionero en buscar la independencia de la tutela
monárquico-eclesial y consigue de manera autónoma algunas
presentaciones. Estos riesgos le traen la estrechez económica y
muchos sobresaltos familiares, ya que había casado y procreado seis
hijos. El Amadeus de Forman apenas muestra los tratos despóticos de
los reyes y se recrea en Salieri atormentado por un genio
inexplicable, inalcanzable e inexpugnable. Datos históricos señalan
que el destacado músico italiano jamás se ocupó de Mozart de esta
manera.
OBRA JOSE GUADALUPE POSADA (MEXICO) |
Sentimientos
encontrados nos deja el eclipse de la obra de Forman. Haber colocado
al genio musical como problema de una época de clases arrogantes que
despreciaban cualquier genio es interesante, independientemente que
lo haya personalizado en un músico envidioso y frustrado ante la
maravilla del genio: que existan este tipo de sentimientos en
personas es totalmente irrelevante desde su incidencia en la
genialidad misma. Sin embargo, haber ligado al genio de Mozart y a su
obra Requiem
con
la muerte influenciada por su padre es un hecho desafortunado, tanto
como apunte histórico de difícil comprobación, como desde la
metáfora artística que por muy despegado de la tierra que fuera
Mozart (como son algunos genios), debió comprender a la perfección
que no fueron ni su padre ni Salieri los fantasmas que persiguieron
su genio, sino los reyes déspotas y sin talento que lo envidiaban.
AGRADECEMOS AL SEMANARIO LAS VERDADES DE MIGUEL POR LA PUBLICACIÓN DE ESTE TRABAJO EN EL AÑO 2012
A propósito de este tema, nada mal estaría abrir una investigación acerca del Sistema Nacional del Orquestas Juveniles e Infantiles y que ha sido cuestionado por el maestro Diego Silva Silva, llegando a considerarlo como la Corporación de Abreu (qepd). Al respecto hay en Carora una persona de nombre Cecil Álvarez quien ha escrito de manera crítica acerca de este sistema y reivindicando las figuras de dos maestros músicos Tomás Martinéz y el maestro Jerez (de origen chileno), ambos fallecidos y quienes al parecer tuvieron mucho que ver con los primeros núcleos de orquestas sinfónicas surgidas en el país. Pero todo el mundo se lo atribuye al maestro Abreu.
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