El
estupendo proceso político que ahora se da en Venezuela es
desplegado en todos los terrenos sociales posibles e imposibles. Uno
de los territorios en donde ocurren las más fabulosas batallas es el
lenguaje. En las llamadas redes sociales llenas de anuncios,
travesuras, asaltos y sinvergüenzuras bullen las más inverosímiles
cantaletas jamás imaginadas de esta guerra semiótica, pero son la
calle, las aceras, busetas, autobuses, vagones, mercados, bares,
oficinas, casas de familia, los sitios predilectos donde los decires,
saberes, refranes, lemas silban sus encendidas cargas de sentidos en
una confrontación inédita para poner a prueba a los pueblos y a la
sociedad mundial.
¿QUE
TRAE ESTE “POR HOY”?
La
guerra económica feroz lanzada por los agentes del imperio
capitalista sobre el pueblo venezolano se cierne incendiada por la
pólvora de una gramática lexical muy dinámica que cambia y se
transforma a cada segundo. En ese caldo de cultivo la subjetividad
transita invisible y provocada por los elementos reaccionarios que
colocan sus voces para influir sobre el ánimo y la emocionalidad de
las gentes. Curiosas formas de decir la cotidianidad van y vienen
como esquirlas de granadas sintácticas que explotan en nuestros
oídos y sentidos, conmoviendo cada momento.
Una
de las frases del instante ligada a la hiperinflación instalada por
el bloqueo que sufre el pueblo venezolano y se ha colocado en la
amplia vocería que viaja de los dependientes que trabajan en los
grandes comercios hasta la descarada cháchara del bachaquerismo más
rupestre y especulativo es la que dice: POR HOY. Ataca los oídos y
ánimos de las personas cada vez que se pregunta por el precio de
algún producto, bien o servicio. Tan poderosa es esta especie de
lema laudatorio de la especulación, cada vez lanzado sobre la
indagatoria económica del pueblo, que opera con una influencia
devastadora sobre el ánimo y los sentidos golpeando la esperanza.
Cuando es dirigido desde el habla, su estallido en cualquier
trinchera de resistencia significa que el precio preguntado subirá
en un instante sin que se pueda evitar. Este POR HOY vulnera la
acción institucional; busca quebrar las relaciones gobierno-pueblo.
¿Qué
significa esta frase POR HOY? ¿Es simplemente la ocurrencia de una
poblada de buhoneros de la escacez? Este es el lema más incendiario
del momento de asalto de las fuerzas reaccionarias sobre un posible
posicionamiento popular en el terreno de su propia economía
solidaria. Y va más allá; simboliza la nefasta noción de País
Portátil que denunció de manera genial el escritor venezolano
Adriano González León en premiada novela homónima. Es el país
puesto y quitado al capricho de los intereses de las oligarquías,
sus imperios y sus lacayos. Simboliza el inmediatismo depredador con
que las fuerzas acantonadas en las playas de la Casa Blanca de
Estados Unidos (EEUU) invaden las mentes de los consumidores de
sentidos para minar sus interpretaciones y fuerzas de resistencia. Es
el POR HOY que utilizan para difundir la idea de que el Presidente
Maduro será apartado del cargo que el pueblo soberano le dio en
elecciones legítimas. El mismo que manosean en los saberes de la
gente para hacer sentir que nada es seguro, que todo es demacrado,
tétrico, que no hay esperanza, que no hay más remedio que aceptar
sus designios, que hoy no se fía sino mañana, que nada se regala,
de que no hay porvenir (sin ellos). Al final se trata de jugar con la
incertidumbre para mantener un caos sin posibilidad de orden.
POR
AHORA
Quienes
vivieron el 4-F y se detuvieron ante los televisores a esperar que el
líder de la rebelión neutralizada dirigiera al país su rendición,
presenciaron uno de los momentos supremos de la historia del siglo XX
en Venezuela. Dejaba el comandante Hugo Chávez -que así se llamaba
aquel teniente coronel libertario- en el imaginario de un pueblo, la
consigna para cargar el bastimento de otra manera de hacer política.
Ese POR AHORA señalaba el camino de una incertidumbre fecunda, el
indicio de que apenas asomaba una acción llena de ideas y dinámicas
ocultas y trascendentes, además significó y significa aún en este
momento del siglo XXI, ubicar las luchas del pueblo de Venezuela y de
los pueblos del mundo en los fecundos terrenos de la complejidad. A
partir de ese grandioso momento se abren los cortinajes de un
inusitado y novedoso teatro de lo real, siempre y para siempre
recursivo, jamás rectilíneo; y lo deja en las manos del pueblo para
que lo interprete de diversas maneras, lo utilice para configurar sus
propias políticas distanciadas definitivamente de las desgastadas
derechistas e izquierdistas de la agotada modernidad. Aquel POR
AHORA, hablando en los términos beisbolísticos del Comandante, picó
y se extendió como esos batazos entre dos jugadores, imposible de
atrapar con las mismas jugadas con las que se hizo la política
durante el siglo XX.
Aquel
lema, hoy sometido al ostracismo por tirios y troyanos, siguió
secretamente las cargas estupendas y testigos que dejó el Sacudón
del 27-F con su gloriosa y trágica terquedad, golpeó de frente al
país portátil de la oligarquía del patio, dio impulso al
dimensionamiento del poder popular (siempre reprimido por las
prejuiciosas maneras de lo político) que en la calle no descansó
hasta abrir las compuertas de la deliberación ciudadana, hizo
vislumbrar las incidencias sociales a proceso, extrayéndolas del
inmediatismo rumiante de las esperanzas puestas en el porvenir y ante
todo, nos dejó la firme noción de que las cosas no terminan, de que
no hay conclusiones, ni finales, de que las luchas de los pueblos
están sumergidas en un tránsito histórico que se multifurca en la
búsqueda y el encuentro incesante de infinitas maneras de
participación social. Además nos dejó la firme convicción de que
en el seno del pueblo no existe una sola revolución; hay, más bien,
tantas revoluciones como revolucionarios existen, por lo tanto, este
POR AHORA es poderosamente contrahegemónico.
Párrafo
especial merece esta consigna revolucionaria y popular para referir
(con la timidez del caso) el intrincado territorio militar. La
devastación que produjo en los cuarteles venezolanos, vista desde el
terreno de lo cívico, luce impresionante. Aquel 4-F, que en el
terreno de la civilidad es llamado clásicamente un “golpe
militar”, fue en esencia un “golpe al estamento militar” en sus
propias entrañas. La transformación que aquella Fuerza Armada
lacaya del Departamento de Estado de EEUU, amamantada en la Escuela
de las Américas es hoy una realidad impensable para quienes la
sufrimos durante la Cuarta República. Aquel Bolívar, atrapado en el
cartón de la formalidad, que miraba cómo la independencia se perdía
entre los disparates entreguistas del bipartidismo cipayo y la mano
intrusa de la CIA, asaltaba de nuevo el cielo de nuestras armas
históricas para poner orden patriótico y popular de la mano del
comandante Hugo Chávez. “Aquí está tu ejército, Libertador,
necesitado de un cambio definitivo a favor del pueblo. Prodúcelo de
nuevo, Padre” -parece decirle el Tribilín de Sabaneta a un Simón
Bolívar revitalizado que regresó para no descansar jamás. Con la
derrota de aquellos genuflexos de la Plaza Altamira, la realidad del
ejército venezolano dio un paso importante hacia la diferenciación
de la verdusca montonera al servicio del Tío Sam. Y aunque aún
faltan muchas batallas que pondrán a prueba los alcances logrados
por este ejército hoy vinculado a lo cívico y a lo popular, los
cambios que ha dado desde el POR AHORA son notorios y trascendentes.
POR
AHORA PARA DERROTAR EL POR HOY
YULIMAR REYES HEROINA DEL 27-F |
"Por
hoy” significa otra vez, el fin de la independencia, de la
soberanía, de la autodeterminación del pueblo venezolano y las
posibilidades de integrar una política para los pueblos del Abya
Yala. “Por hoy” es el “gingle” de la muerte con que mantienen
en guerra no convencional a la montonera reaccionaria de las clases
medias, llenas de temores creados en los laboratorios del belicismo
mediático que también se impregna en el pueblo. “Por hoy” es la
promesa fallida de sacar al Presidente Nicolás Maduro, en cada fecha
que a los monigotes de turno se les antoje colocar en el almanaque de
su propia frustración. Frente a ese “Por hoy” que tiende a
cancelar las luchas populares en favor de los imperios, está el POR
AHORA soberano de los procesos populares que no finalizan, que tiene
a la terquedad histórica como su más poderoso bastimento para
resistir y a la formación política autónoma como legado del pasado
en el porvenir. Esta célebre consigna está imbricada en nuestra
ancestralidad y se trae en invitación sugerente a todos los
referentes de lucha (desde Guaicaipuro hasta Yulimar Reyes, desde
Marx hasta Kleber Ramírez) a un combate satisfactorio en favor del
pueblo. Este POR AHORA está acompañando con sus incandescencia a
los pueblos de la Pachamama a luchar contra un imperio que se cae a
pedazos. A pedazos y sin remedio.
Es al imperio al que el tic tac tic tac le está sonando...
ResponderEliminar