miércoles, 6 de marzo de 2019

BILIS



Al soldado israelí
que vi golpeando a un palestino
y al que apuntaba a un niño con el fusil
y al que humillaba a una madre
y al que empujaba a una abuela
y al que…
y al que…
y al que...

Que a tu madre se le empichen todas las sopas hasta el infinito
Que el brillo de cualquier flor que oses mirar te deje sin retina
Que el puño con que golpeaste se te entumezca en la metralla
Que la pobre novia que tienes se salve de ti yéndose con otro

Ha de caer una lluvia que no te moje mientras te quemas en un desierto
Has de sufrir una diarrea estomacal que te haga escapar del orden cerrado
Ha de volarte una lluvia de zancudos letales cuando surques pantanos
Han de salirte gangrenosos sabañones en las horquetas de tus pies

Antes que una enfermedad cerebro vascular te devolverán la masa encefálica
Enloquecerás cuando hagas conciencia de lo que hicieron con tus neuronas
Antes que un infarto te sorprenda en el pecho ausente de remordimientos
sentirás extraños crepitares chamuscados que se apagan para siempre

Aunque la bandera que defiendes rinda honores por tu beso
Aunque haya un himno que cante a tus ausencias bien pagadas
Aunque el pedazo de tierra que usurpaste no se haga ciénaga con tu cuerpo
Aunque la estrella repujada en tu lápida intente inútil resplandor de obituario

Serás nada



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